Las huertas y la vid, el vino y el chinguirito en la villa de Aguascalientes a fines de la época virreinal (original) (raw)
Estudios de Historia Novohispana
Este artículo muestra el gran desarrollo que tuvieron las huertas en la villa de Aguascalientes durante la segunda mitad del siglo XVIII y en especial la forma en que el cultivo de la vid se usó como parapeto para encubrir la producción de chinguirito, un aguardiente hecho a base de salvado y piloncillo que estaba prohibido. Una investigación judicial iniciada en 1784, que se complicó mucho debido a las maniobras legales y las argucias de los cultivadores, que fue a dar hasta el Consejo de Indias de Madrid y sólo se sentenció once años después, puso en evidencia que la villa era una enorme fábrica de chinguirito y que el negocio, que era vital para la supervivencia y prosperidad del lugar, involucraba a una gran cantidad de cultivadores, fabricantes y comerciantes, pero también a las autoridades locales e incluso al párroco. En forma paradójica, la liberación en 1796 de la fabricación y venta de chinguirito, que coincidió con una medida especial que autorizaba el cultivo de la vid y la fabricación de vino en la villa de Aguascalientes, arruinaron el viejo negocio. El desastroso efecto que tuvieron estas medidas, que en teoría alentaban lo que en la práctica arruinaron, demostró que, en Aguascalientes y otros lugares similares, para ser negocio la fabricación de chinguirito debía ser ilegal. El artículo se basa en la revisión de documentos procedentes del Archivo de Indias de Sevilla, el General de la Nación y el Histórico de Aguascalientes, así como en la revisión crítica de la bibliohemerografía referida al tema.