Reformar el corporativismo militar: la acción política del duque de Montemar como ministro de guerra (1737-1741) (original) (raw)

“No debemos ser mirados como extranjeros”: las corporaciones militares flamencas y las reformas ilustradas en la España del siglo XVIII

E. MARTÍNEZ RUÍZ, Presencia de flamencos y valones en la milicia española, Madrid, Ministerio de Defensa, Comisión internacional de historia militar, 2018, p. 123-146.

Esta contribución estudia los diferentes intentos de reforma que afectaron a los cuerpos de la nación flamenca a lo largo del siglo XVIII. En los años de la posguerra, estructurados en torno a los altos oficiales de la Guardia Real, los exiliados flamencos constituyeron un lobby dinástico en la España borbónica que buscaba más la renovación de los vínculos dinásticos que la reconquista española de Flandes. Sin embargo, el dinastismo francófilo de los militares flamencos supo adaptarse al nuevo rumbo político y convertirse al dinastismo mediterráneo de la reina Isabel Farnesio. Por lo tanto, los privilegios militares de los flamencos fueron conservados y reforzados a lo largo del reinado de Felipe V, transformando paulatinamente a las Guardias Valonas en una corporación militar muy endogámica. La gran reforma militar de Ensenada pretendió liquidar las instituciones militares felipistas heredadas de la guerra de Sucesión y de las guerras de Italia. Sin embargo, tras el fracaso del ministro de Fernando VI, se hubo de esperar la segunda mitad del reinado de Carlos III para que se retomara el reformismo. Esta vez, aprovechando de tensiones internas a la oficialidad, Floridablanca consiguió establecer un control estrecho de la administración militar sobre los cuerpos flamencos. Además, la Revolución francesa desorganizó totalmente las redes de reclutamiento de oficiales y soldados, cuando, al mismo momento, se produjo una profunda renovación del personal militar bajo la dirección de Manuel Godoy. Este doble proceso dio la estocada a los cuerpos flamencos, que se fueron llenando en pocos años de oficiales de origen hispano. This contribution studies the various attempts to reform the Flemish regi- ments throughout the 18th century. In the post-war years, organized around the main generals of the royal guard, the Flemish exiles constituted a dy- nastic lobby in Bourbon Spain, which sought more the renewal of the dynas- tic bonds than the Spanish reconquest of Flanders. However, the Flemish officers managed to adapt their pro-France dynasticism to the new political course and convert to the Mediterranean dynasticism of the queen Isabel Farnesio. Therefore, the military privileges of the Flemish were preserved and reinforced throughout the reign of Philip V, gradually transforming the Walloon Guards into a very inbred military corporation. The great military reform of Ensenada sought to liquidate the Felipist military institutions inherited from the War of Succession and the wars in Italy. However, after the failure of Fernando VI’s minister, we had to wait until the second half of Carlos III’s reign for a new reformism. This time, taking advantage of internal ten- sions within the nation’s official, Floridablanca managed to establish a tight control of the military administration over the Flemish corps. In addition, the French Revolution totally disorganized the recruitment networks of officers and soldiers, when, at the same time, there was a profound renewal of mi- litary personnel under the leadership of Manuel Godoy. This double process gave the blow to the Flemish regiments that were filled in a few years with officers of Hispanic origin.