H. P. Lovecraft - El ser en el umbral (original) (raw)

Lovecraft y el Crimen del Siglo

2011

1 el autor y su contexto histórico. Los últimos años han visto discurrir un significativo incremento en lo que a estudios de orientación académica en torno a la figura de Howard Phillips Lovecraft (1890-1937 respecta, encauzados particularmente a la comprensión literaria e histórica de su vida y obra, estudios que, aun sin abstraer su personalidad del entramado sociocultural en el que maduraron y se perfeccionaron "Prosa und Poesie", otorgan demérito a la comprensión póstuma que, como portavoz consciente de una época y de un Volksgeist, de una Volksseele anglosajona, el oscuro autor nativo de Providence enarbolaba cual bandera caída, sacrificada a la modernidad. Sucintamente expresado: Lovecraft no ha sido hasta ahora estudiado filosóficamente como autor filosófico. 1 Cultivado en el seno de una ilustre familia de rancia estirpe anglosajona, su vida discurrió principalmente entre las calles sembradas de estilo victoriano y colonial de lo que él consideró, en sí mismo, el reducto último de su Nueva Inglaterra en el mundo: "Yo soy Providence," -escribió tras regresar de Nueva York en abril de 1926-"y Providence es yo -juntos, indisolubles como una unidad". 2 Comprensible resulta que, habiendo sido la prosa y, en especial, su relato sobrenatural -el relato "weird", palabra que no adquirió el significado actual de "misterioso" hasta 1815, con la influencia machbethiana de las "Weird Sisters"-el que lo convirtiera en autor conocido, la revitalización del horizonte lovecraftiano se encuentre en relación extrema con el cometido último de restituir su lugar de honor en la literatura estadounidense, en las riberas del Massachusetts de Poe. libros serie 8. a 2011/1 292 h. p. lovecraft: el crimen del siglo 5 La Torre del Virrey

H. P. Lovecraft - El color surgido del espacio

Al Oeste de Arkham, las colinas se yerguen selváticas, y hay valles con profundos bosques en los cuales no ha resonado nunca el ruido de un hacha. Hay angostas y oscuras cañadas donde los árboles se inclinan fantásticamente, y donde discurren estrechos arroyuelos que nunca han captado el reflejo de la luz del sol. En las laderas menos agrestes hay casas de labor, antiguas y rocosas, con edificaciones cubiertas de musgo, rumiando eternamente en los misterios de la Nueva Inglaterra; pero todas ellas están ahora vacías, con las amplias chimeneas desmoronándose y las paredes pandeándose debajo de los techos a la holandesa.

EN LAS MONTANAS DE LA LOCURA H.P. Lovecraft

1936

En las montañas de la locura es una novela de H. P. Lovecraft que cuenta la historia de una expedición a la Antártida que descubre seres biológicamente extraordinarios.

H. P. Lovecraft y Zealia Bishop - El túmulo

I Tan sólo en estos últimos años la mayoría de la gente se ha parado a pensar en el Oeste como una nueva tierra. Supongo que la idea ganó terreno porque nuestra propia y peculiar civilización era nueva aquí; pero, hoy en día, los exploradores están excavando bajo la superficie y sacando a la luz aquellos capítulos de la vida que surgieron y cayeron entre estas llanuras y montañas antes de que comenzara la histeria que recordamos. Nada sabemos acerca de un emplazamiento pueblo de 2.500 años de antigüedad, y fue un duro golpe para nosotros cuando los arqueólogos fecharon la cultura subpedregal de México en 17.000 o 18.000 años antes de Cristo. Escuchamos rumores sobre cosas aún más antiguas, lo bastante -hombres primitivos contemporáneos de animales extintos que hoy en día conocemos sólo a través de unos pocos y fragmentarios huesos y utensilios-como para que la idea de novedad se desvanezca vertiginosamente. Los europeos normalmente captan el sentido de antigüedad inmemorial, y los profundos sedimentos de sucesivas corrientes vitales, mejor que nosotros. Sólo hace unos pocos años, un autor británico dijo de Arizona que es «una región de brumas lunares, muy atractiva a su manera, tanto como severa y vieja.., una tierra antigua y solitaria». Aun así, creo sentir más profundamente la apabullante -casi horrible-. antigüedad del Oeste que cualquier europeo. Todo comenzó con un incidente sucedido en 1928, un suceso que he tratado de rechazar por todos los medios como una alucinación en sus tres cuartas partes, pero que ha dejado una espantosa e imborrable impresión en mi memoria de la que no me es fácil librarme. Sucedió en Oklahoma, adonde mi trabajo como etnólogo de los indios americanos me llevaba constantemente y en donde había apreciado ya antes ciertos temas desconcertantes y diabólicamente extraños. No se equivoquen... Oklahoma es mucho más que una mera frontera de pioneros y empresarios. Hay viejas, viejas tribus con viejos, viejos recuerdos allí, y cuando los tam-tam truenan incesantemente sobre las expectantes llanuras en el otoño, los espíritus de los hombres se acercan peligrosamente a murmurados asuntos primordiales. Yo mismo soy blanco y procedo del Este, pero cualquiera es bienvenido a participar de los ritos de Yig, Progenitor de Serpientes, lo que uno de estos días me ocasionará un susto de muerte. He visto y oído demasiado para ser «sofisticado» en tales asuntos. Y sobre esto versa ese incidente de 1928. Podría tornarlo a risa.., pero no puedo. Había ido a Oklahoma para rastrear y cotejar un cuento de fantasmas, uno entre la multitud que es corriente entre los colonos blancos, pero que tenía fuertes matices indios y -estaba seguro-una fuente indígena última. Aquellos cuentos sobre espectros del aire libre eran muy curiosos y, aunque sonaban insípidos y prosaicos en labios del pueblo blanco, tenían resabios de parentesco con los estadios, más oscuros y ricos, de la mitología nativa. Todos ellos estaban tramados alrededor de los grandes, solitarios y, a simple vista, artificiales montículos de la parte occidental del estado, y todos ellos incluían apariciones de aspecto y equipajes sumamente extraños. El más extendido, y uno de los más antiguos, llegó a ser muy famoso en 1892, cuando un alguacil del gobierno llamado John Willis penetró en una región de

Sábato y Lovecraft

De acuerdo con Sábato, pueden pasar semanas, meses e incluso años sin que sienta la "necesidad compulsiva de escribir", pero en ese tiempo "vivo muy inquieto y siento que 'eso' anda en mi cabeza"; entonces registra "imágenes ambiguas y nada claras", anota frases, bosqueja personajes y situaciones. Y así: "Todo eso se va juntando, supongo, va aumentando la presión, se va congregando en nuestra conciencia y en nuestra subconsciencia hasta que estalla y debemos escribir". Por otra parte, también ha reconocido que "nuestra cultura proviene de Europa" y que "lo que hagamos de original se hará con esa herencia o no haremos nada en absoluto" (El escri-tor…: 27, 31). Para mí el "Informe sobre ciegos" es lo mejor que ha escrito porque a la vez logró exorcizar esas fobias y alucinaciones que lo obsesionaron desde niño y reelaborar y depurar innumerables relatos, en especial los de Lovecraft y sus sucesores.