Juan Rulfo - Pedro Páramo (original) (raw)
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Rulfo, Juan. Pedro Páramo. 1955
El mexicano Juan Rulfo figura, a pesar de la brevedad de su obra, entre los grandes renovadores de la narrativa hispanoamericana del siglo XX. De formación autodidacta, trabajó como guionista para el cine y la televisión. Con sólo dos obras de ficción publicadas -el libro de relatos El llano en llamas y la novela Pedro Páramo-, ha ejercido una decisiva influencia en la literatura en castellano del último medio siglo. En 1983 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Pedro Páramo se publicó en 1955, dos años después de los relatos de El llano en llamas. En el arranque de la novela, Juan Preciado promete a su madre en el lecho de muerte ir en busca de su padre, Pedro Páramo, un pequeño cacique pueblerino a quien no conoce. «El olvido en que nos tuvo cóbraselo caro» le dice ella, y Juan parte hacia Comala, un pueblo mítico que es el verdadero protagonista de estas páginas. Allí, envuelto en una tierra vieja que está sobre las brasas de la tierra, «en la mera boca del infierno», se encontrará con las voces de la memoria de personajes de ensueño, que irán tejiendo una historia de deseos y pasado, de muertos y visiones irreales, que abarca desde mediados del XIX a las revueltas cristeras de comienzos del XX. Anclada en terreno firme, la novela se dispara en múltiples direcciones rompiendo el tiempo, confundiendo realidad y alucinación, fundiendo violencia y lirismo con sus conversaciones entrecortadas. Entre espectros, la desolación de Comala hace realidad ese «valle de lágrimas» que compone la geografía universal del dolor, llena de ecos, violencia y aire envenenado. En su laconismo, Pedro Páramo supone un impresionante ejemplo de condensación narrativa. Rulfo vio la necesidad de que el autor desapareciera y dejara hablar a sus personajes libremente, mediante una estructura «construida de silencios, de hilos colgantes, de escenas cortadas», cediendo el turno al lector para que llene esos vacíos. Afín al realismo mágico, el ambiente de esta historia se tiñe de soledad, fatalismo y mitología.
El mexicano Juan Rulfo figura, a pesar de la brevedad de su obra, entre los grandes renovadores de la narrativa hispanoamericana del siglo XX. De formación autodidacta, trabajó como guionista para el cine y la televisión. Con sólo dos obras de ficción publicadas -el libro de relatos El llano en llamas y la novela Pedro Páramo-, ha ejercido una decisiva influencia en la literatura en castellano del último medio siglo. En 1983 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Pedro Páramo se publicó en 1955, dos años después de los relatos de El llano en llamas. En el arranque de la novela, Juan Preciado promete a su madre en el lecho de muerte ir en busca de su padre, Pedro Páramo, un pequeño cacique pueblerino a quien no conoce. «El olvido en que nos tuvo cóbraselo caro» le dice ella, y Juan parte hacia Comala, un pueblo mítico que es el verdadero protagonista de estas páginas. Allí, envuelto en una tierra vieja que está sobre las brasas de la tierra, «en la mera boca del infierno», se encontrará con las voces de la memoria de personajes de ensueño, que irán tejiendo una historia de deseos y pasado, de muertos y visiones irreales, que abarca desde mediados del XIX a las revueltas cristeras de comienzos del XX. Anclada en terreno firme, la novela se dispara en múltiples direcciones rompiendo el tiempo, confundiendo realidad y alucinación, fundiendo violencia y lirismo con sus conversaciones entrecortadas. Entre espectros, la desolación de Comala hace realidad ese «valle de lágrimas» que compone la geografía universal del dolor, llena de ecos, violencia y aire envenenado. En su laconismo, Pedro Páramo supone un impresionante ejemplo de condensación narrativa. Rulfo vio la necesidad de que el autor desapareciera y dejara hablar a sus personajes libremente, mediante una estructura «construida de silencios, de hilos colgantes, de escenas cortadas», cediendo el turno al lector para que llene esos vacíos. Afín al realismo mágico, el ambiente de esta historia se tiñe de soledad, fatalismo y mitología.
Libro descargado en www.elejandria.com, tu sitio web de obras de dominio público ¡Esperamos que lo disfrutéis! Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo. «No dejes de ir a visitarlo-me recomendó-. Se llama de otro modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte». Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas. Todavía antes me había dicho:-No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.-Así lo haré, madre. Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala. Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por el olor podrido de las saponarias. El camino subía y bajaba: «Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para el que viene, baja».-¿Cómo dice usted que se llama el pueblo que se ve allá abajo?-Comala, señor.-¿Está seguro de que ya es Comala?-Seguro, señor.
2016
Resumen "Murmullos", muertos convocados, de forma parca y pulida sin reposo, sin tregua, que vagan para expiar culpas. La novedad de Pedro Páramo no es sólo el tema-un muerto quien cuenta la historia desde su tumba a otra muerta-sino la voz y las historias que arrasaron a esa Sodoma-Comala, con la que se encuentra el narrador (un hijo pródigo en busca del Padre y su paraíso perdido). En ese páramo de vida enlazada a la muerte da comienzo esta novela de desencuentro y de ilusiones fallidas. La novela se concibe a partir de pequeños cuentos (setenta fragmentos), en los que comulgan sus diversos personajes. Textos trasmutables: en la novela, el final es el principio, y el principio, igual, podría ser ese final.
Muerte, poder y humor en Pedro Páramo de Juan Rulfo
Abstacto En este trabajo se indagan tres ejes referenciales del lenguaje en Pedro Páramo: la muerte, el poder y el humor. Éstos colaboran en la articulación de la visión trágica de la colectividad rural y la realidad histórica. En la población de Comala, con similitudes con el infierno cristiano, la presencia de la muerte es permanente. Pedro Páramo, figura central en Comala, se erige en gobernante demoniaco y cumple con la función de la Muerte, mostrando el deterioro que suscita. En medio de este panorama triste, existe espacio para el humor como método para enfrentar la adversidad y la expresión de angustia más potente. Palabras clave: muerte, poder, humor, Pedro Páramo. Abstract This work explores three main reference frames of language in Pedro Páramo: death, power and humor. These work together to articulate the tragic view of country communities and historical reality. In the village of Comala, similar to Christian Hell, the presence of death is permanent. Pedro Páramo, main character in Comala, rises to be a devilish ruler and fulfills Death's role, displaying the decay brought by it. In this dismal panorama, there is still room for humor, as a mean to face adversity and also the most powerful expression of anguish. Keywords: death, power, humor, Pedro Páramo.
El mexicano Juan Rulfo figura, a pesar de la brevedad de su obra, entre los grandes renovadores de la narrativa hispanoamericana del siglo XX. De formación autodidacta, trabajó como guionista para el cine y la televisión. Con sólo dos obras de ficción publicadas -el libro de relatos El llano en llamas y la novela Pedro Páramo-, ha ejercido una decisiva influencia en la literatura en castellano del último medio siglo. En 1983 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Pedro Páramo se publicó en 1955, dos años después de los relatos de El llano en llamas. En el arranque de la novela, Juan Preciado promete a su madre en el lecho de muerte ir en busca de su padre, Pedro Páramo, un pequeño cacique pueblerino a quien no conoce. «El olvido en que nos tuvo cóbraselo caro» le dice ella, y Juan parte hacia Comala, un pueblo mítico que es el verdadero protagonista de estas páginas. Allí, envuelto en una tierra vieja que está sobre las brasas de la tierra, «en la mera boca del infierno», se encontrará con las voces de la memoria de personajes de ensueño, que irán tejiendo una historia de deseos y pasado, de muertos y visiones irreales, que abarca desde mediados del XIX a las revueltas cristeras de comienzos del XX. Anclada en terreno firme, la novela se dispara en múltiples direcciones rompiendo el tiempo, confundiendo realidad y alucinación, fundiendo violencia y lirismo con sus conversaciones entrecortadas. Entre espectros, la desolación de Comala hace realidad ese «valle de lágrimas» que compone la geografía universal del dolor, llena de ecos, violencia y aire envenenado. En su laconismo, Pedro Páramo supone un impresionante ejemplo de condensación narrativa. Rulfo vio la necesidad de que el autor desapareciera y dejara hablar a sus personajes libremente, mediante una estructura «construida de silencios, de hilos colgantes, de escenas cortadas», cediendo el turno al lector para que llene esos vacíos. Afín al realismo mágico, el ambiente de esta historia se tiñe de soledad, fatalismo y mitología.
El mexicano Juan Rulfo figura, a pesar de la brevedad de su obra, entre los grandes renovadores de la narrativa hispanoamericana del siglo XX. De formación autodidacta, trabajó como guionista para el cine y la televisión. Con sólo dos obras de ficción publicadas -el libro de relatos El llano en llamas y la novela Pedro Páramo-, ha ejercido una decisiva influencia en la literatura en castellano del último medio siglo. En 1983 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Pedro Páramo se publicó en 1955, dos años después de los relatos de El llano en llamas. En el arranque de la novela, Juan Preciado promete a su madre en el lecho de muerte ir en busca de su padre, Pedro Páramo, un pequeño cacique pueblerino a quien no conoce. «El olvido en que nos tuvo cóbraselo caro» le dice ella, y Juan parte hacia Comala, un pueblo mítico que es el verdadero protagonista de estas páginas. Allí, envuelto en una tierra vieja que está sobre las brasas de la tierra, «en la mera boca del infierno», se encontrará con las voces de la memoria de personajes de ensueño, que irán tejiendo una historia de deseos y pasado, de muertos y visiones irreales, que abarca desde mediados del XIX a las revueltas cristeras de comienzos del XX. Anclada en terreno firme, la novela se dispara en múltiples direcciones rompiendo el tiempo, confundiendo realidad y alucinación, fundiendo violencia y lirismo con sus conversaciones entrecortadas. Entre espectros, la desolación de Comala hace realidad ese «valle de lágrimas» que compone la geografía universal del dolor, llena de ecos, violencia y aire envenenado. En su laconismo, Pedro Páramo supone un impresionante ejemplo de condensación narrativa. Rulfo vio la necesidad de que el autor desapareciera y dejara hablar a sus personajes libremente, mediante una estructura «construida de silencios, de hilos colgantes, de escenas cortadas», cediendo el turno al lector para que llene esos vacíos. Afín al realismo mágico, el ambiente de esta historia se tiñe de soledad, fatalismo y mitología.