Presentación del Dossier "Nietzsche y la literatura", en Boletín del Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria Nº 18, UNR, octubre 2017. (original) (raw)

(eds.): La recepción de Nietzsche en España. Nuevas aportaciones desde la literatura y el pensamiento. Bern: Peter Lang 2018. 386 pp. Nietzsche, ese filólogo rechazado por sus colegas tras el bochornoso escándalo que supuso Die Geburt der Tragödie (1872), ¿habría aceptado la etiqueta de filósofo que le otorga hoy la posteridad y la academia? Difícilmente, si tenemos en cuenta su valoración de los filósofos como momificadores, enterradores o sepultureros de la vida y la metáfora en el túmulo o el sarcófago del concepto. Y es ahí donde radica el primer acierto de los editores de esta publicación. No la han intitulado introduciendo términos como "filología" o "filosofía", sino que han utilizado dos que se compade-cen mucho más con la, en buena medida, indefinible figura de Nietzsche: "literatura" y "pensamiento". Comenzaré mencionando el prólogo, en el que los editores, aparte de resolución y agudeza, demuestran en no pocas ocasiones un admirable humor. La ironía con la que relacionan el predicamento de Nietzsche en nuestra cultura de finales del XIX y principios del XX con la galofobia es sencillamente deliciosa. Se ponen serios, acto seguido, para reconocer respetuosamente la aportación central de Gonzalo Sobejano en el estudio de la recepción del brumoso (o quién sabe si luminoso) pensador de Röcken. Y antes de ofrecernos una exposición de las contribuciones de los autores, como es habitual en este tipo de libros colectivos, establecen con precisión cuatro etapas, que, a su vez, son cuatro paradigmas en la acogida de Nietzsche en España. A saber, politización y empleo en la literatura (primeras tres décadas del siglo XX), interlocución cuestionadora de la metafísica (Ortega y Gasset, María Zambrano), recuperación buscadora de revitalización (Trías, Savater), inserción en la investiga-ción universitaria (Diego Sánchez Meca). Consideran los editores que los estudios de la recepción de Nietzsche en nuestros lares (los de Sobejano y Vázquez) han atendido más a la filosofía que a la literatura. Es obvio que resulta más sencilla la detección del pensador en un campo que dialoga con él o que lo convierte en objeto temático, que en otro que lo toma como inspira-ción o lo alude. Precisamente el impulso hacia un estilo corporal, de liminaridad entre lo orgánico y lo artístico es lo que Antoranz considera vivo y presente en el Nietzsche de Baroja y Azorín. Gimber se centra en la recepción en el contexto de la Gran Guerra. Esa época en la que se produjo en la neutral España un inhabitual superávit en la balanza de pagos. Nietzsche fue absorbido de modo poliédrico en aquella España. Los con-servadores, los institucionistas y literatos difícilmente reducibles a un denomi-nador común (Blasco Ibáñez, Ricardo León, Cansinos Asséns) muestran una va-loración nunca totalmente favorable ni plenamente desfavorable del estudiante de Pforta.