EL COMUNISMO (original) (raw)

Con el término comunismo, se han definido tradicionalmente diversas concepciones colectivistas de la organización social, basadas en la comunidad de bienes y en la propiedad colectiva de los instrumentos de producción y de la riqueza producida. En la época contemporánea, el término comunismo aparece generalmente asociado con el de socialismo. Su aparición fue casi simultánea, ya que el vocablo socialismo fue utilizado por primera vez en 1834, por Pierre Leroux en Francia y por los discípulos de Robert Owen en Gran Bretaña, mientras 1839 en París por algunos grupos revolucionarios clandestinos. La difusión mundial que después ha experimentado el término comunismo debe atribuirse a su adopción por los clásicos del marxismo y al extraordinario impacto internacional de la revolución soviética de octubre de 1917. Como consecuencia, se ha complejizado mucho la utilización del término, ya que éste se emplea no sólo en su sentido originario-como un ideal político y un proyecto de organización social-sino también para definir un movimiento político-social organizado y la fase superior de una formación económico-social que se inicia con la fase socialista y culmina en la comunista. Se distinguen también otros usos del término, como son los de comunismo primitivo, comunismo igualitario, comunismo de guerra, etc., derivados de los textos en que Marx, Engels, Lenin, etc, abordaron distintos fenómenos históricos, movimientos, teorías y doctrinas relacionados con los procesos de emancipación social. Comunismo primitivo Por comunismo primitivo se entiende, en la teoría marxista, una etapa del desarrollo de las formaciones económico-sociales, caracterizada por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad colectiva de los rudimentarios instrumentos de producción y la distribución igualitaria de los productos. Corresponde a la etapa gentilicia del desarrollo de la sociedad, en la que la actividad laboral humana se basaba en la cooperación simple. Para Marx, este tipo primitivo de producción colectiva o cooperativa era, naturalmente, resultado del desamparo en que se encontraba el individuo aislado, y no de la socialización de los medios de producción. Como consecuencia, el hombre primitivo no concebía la posibilidad de una propiedad privada de los instrumentos de producción. Sólo algunos de éstos, que le servían también para defenderse de las fieras, le pertenecían en propiedad personal. Trabajo tan primitivo no creaba excedente alguno después de cubrir las necesidades más perentorias, y tal inexistencia de plusproducto impedía la explotación del hombre por el hombre. Con las sucesivas divisiones del trabajo, y el desarrollo de las fuerzas productivas, el comunismo primitivo de la sociedad gentilicia entró en crisis y dio paso a las sociedades basadas en la explotación humana. Esta fase inicial del desarrollo humano no debe ser idealizada, a pesar de que se distinguió por su democratismo, por el espíritu de cooperación en el seno de cada comunidad gentilicia y por el florecimiento de las virtudes colectivas. Según Marx y Engels, tales rasgos positivos quedaban, en gran parte, neutralizados por una muy insuficiente satisfacción de las necesidades vitales y la total impotencia ante las fuerzas naturales. Por el contrario, en la futura sociedad comunista se recuperarán los rasgos morales positivos del comunismo primitivo, pero sobre una base científico-técnica que permitirá al hombre satisfacer plenamente sus necesidades naturales y sociales. Comunismo igualitario Se utiliza la denominación de comunismo igualitario para definir a las concepciones comunistas premarxistas; es decir, a las que han precedido a la elaboración del comunismo científico-también denominado socialismo científico-de Marx y Engels. No obstante su diversidad, se las puede globalizar para definirlas como una forma de utopía social que integra el ideal de una sociedad basada en la propiedad colectiva sobre los instrumentos de producción (en ello se diferencia del igualitarismo, que proyecta establecer un régimen de propietarios iguales), y en la igualdad total, absoluta, de todos los productores, no sólo en el sentido económico y político-social sino también en la igualación de todas las necesidades. Tal concepción del comunismo resuelve de forma unilateral, primitiva, el problema de la relación entre la sociedad y el individuo; fundamenta la subordinación incondicional de los intereses del individuo a cierta «sociedad de iguales» abstracta, o a ciertas entidades concretas; el Estado, el falansterio, la comuna, etc. Como forma de protesta espontánea, instintiva, contra las opresiones sociales y la desigualdad de clases, las ideas del comunismo igualitario se desarrollaron en la ideología popular de la Antigüedad y del Medioevo. Entre tales concepciones comunistas igualitarias figuran las que en el siglo Ir antes de nuestra era se desarrollaron en Palestina por los miembros de la secta de los eseos «los justos» o esenios. No se limitaron a su enunciación teórica sino que se organizaron en colectividades comunistas basadas en el alojamiento, la actividad cotidiana y la comida en común. Es de destacar la amplitud de este movimiento comunista, pues llegó a integrar a más de cuatro mil personas. Otra modalidad de comunismo igualitario fue la implantada en Esparta por la legislación de Licurgo. Se la ha calificado también de comunismo militar, ya