Caridad, beneficencia y poder en la casa de la reina Isabel la Católica: El limosnero de la reina (original) (raw)
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"Reinar es servir". Ética para Isabel la Católica
Moralia , 2013
El libro El Jardín de las nobles doncellas, que el agustino Martín de Córdoba escribió para Isabel la Católica, es un espejo de princesas único que contiene importantes elementos de teología moral. Sus contenidos se presentan agrupados en tomo a cuatro ítems: la teología moral general, la ética política, la ética familiar y la relación con la tradición agustiniana. Es una obra de moral práctica especialmente significativa para comprender la teología moral profemenina del siglo XV, con resabios del m.undo medieval pero abierta a un claro horizonte renacentista. The Garden of Noble Maidens is is a book written by the Augustinian monk Martin de Córdoba for the future queen Isabel la Católica. It is a unique mirror of princesses that contains important elements of moral theology. This paper studies this book under four headings: general moral theology, political ethics, family ethics and the relation of this book's theology to the Augustinian tradition. El Jardín is a book that is especially relevant for the understanding of XV century's pro-women moral theology. It presents some reminiscences ofthe medieval world but it is clearly open to the horizon of Renaissance.
Entre la utilidad pública, la beneficencia y el debate: la limosna en Orizaba, 1700-1834
Poco tratada en la historiografía mexicanista, la historia de la limosna nos ilustra sobre los cambios en la cultura religiosa y política de finales del siglo XVIII. Tradicionalmente, la limosna servía lo mismo para la construcción de templos, para pagar el culto y ornato de las imágenes religiosas, para sostener al clero y para financiar la caridad. Por todo ello, entraba en el concepto de “utilidad pública”, es decir, la de una comunidad en concreto. En las fronteras entre sagrado y profano, la colecta de limosnas era realizada en múltiples lugares y tanto por corporaciones religiosas como civiles, bajo la tutela del rey. En las primeras décadas del siglo XIX, su utilidad fue puesta en cuestión por la opinión pública, y se le vio incluso como rival de la recaudación estatal, pero sobre todo se vio desplazada por la beneficencia organizada por las nuevas instituciones municipales.
Las caridades de Isabel la Católica (1495-1504)
Homenaje Al Profesor Eloy Benito Ruano Vol 1 2010 Isbn 978 84 8371 704 2 Pags 71 90, 2010
Tantas son sus mercedes, tantas sus caridades, tantas las sus virtudes, tantas las sus vondades 1 Hace años Eloy Benito Ruano sacaba a la luz el Libro del Limosnero de Isabel la Católica, don Pedro de Toledo, con una edición de sus cuentas, que transcribía y estudiaba 2. Hoy queremos colaborar en este volumen de homenaje con una breve aportación al estudio de la caridad y la munificencia regias, con otras cuentas reales correspondientes a la última década del reinado isabelino. Benito Ruano demostraba en su estudio que la figura del Limosnero encargado de distribuir las limosnas regias aparece en la corte castellana del último cuarto del siglo XV, en la persona de capellanes reales, si bien no se trataba de oficiales específicos que estaban organizados en una oficina que programara y encauzara sistemáticamente la munificencia regia 3. Desde el primer trimestre de 1486 es cuando comienzan a aparecer uno o varios limosneros que actúan de forma más o menos oficial y permanente
Las privadas de la reina: amistad y política en el entorno de Catalina de Lancáster
La participación de las mujeres en lo político. Mediación, representación y toma de decisiones. Mª Isabel del Val Valdivieso – Cristina Segura Graiño (coords.), Madrid, A.C. Almudayna, 2011
La relación que las mujeres mantenían con el poder en Castilla en la baja Edad Media es aún mal conocida, pero conviene distinguir entre el vínculo que les venía dada por pertenecer a la familia real, el poder que procedía del reconocimiento de su autoridad y el derivado de la privanza. En el presente trabajo estas relaciones serán ejemplificadas a partir de las figuras de Catalina de Lancáster, para el primer caso, Teresa de Ayala, para el segundo, y Leonor López de Córdoba e Inés de Torres, para el tercero. Los perfiles de estas cuatro mujeres servirán para analizar los sutiles límites entre lo público y lo privado en la corte castellana de la baja Edad Media.
[2020] A hechura de la Reina Católica. Isabel I de Castilla y la instrucción devocional de sus hijas
Isabel la Católica y sus hijas. El patronazgo artístico de las últimas Trastámara, 2020
Los iconos, tapices o libros de horas que circularon en la corte de Isabel la Católica reflejan la difusión del rezo en silencio, que admitía una mayor concentración comunicativa con la divinidad y una relación más íntima e individualizada con Dios; ello no quita, sin embargo, que no fuera así mismo costumbre en su entorno rezar versos cantando. En el terreno doméstico, tales lecturas devotas cumplían una función suplementaria y reguladora de la mujeres de la alta nobleza castellana, adoctrinadas para hacer de su casa un convento y ocupadas en seguir el discurrir del día según las horas canónicas. Misales, breviarios, diurnales, capitularios y evangeliarios funcionaban así como elemento invisible de control de la vida femenina, y —no por casualidad— son éstos los libros que más se prodigaron en las bibliotecas formativas que Isabel concibió para sus hijas como regalo de bodas. Las hijas de los Reyes Católicos comenzaron de muy niñas sus estudios y lo hicieron siempre bajo la tutela de religiosos, siguiendo un deseo expreso de los monarcas. Esto dejó en ellas una estela espiritual de marcado regusto tardomedieval, en la que ocupaba un lugar central, por delante de otros escritos piadosos, la Vita Christi de Ludolfo de Sajonia, cuya traducción al romance —realizada entre 1499 y 1501 por el poeta franciscano Ambrosio Montesinos— controló personalmente fray Hernando de Talavera, confesor de la reina, y por encargo específico de ésta. Es innegable que el contenido espiritual y moralizante de la Vita Christi concordaba bien con las lecturas que la reina Isabel consideraba más adecuadas para una princesa española, a las cuales se añadiría un peculiar núcleo programático integrado por otros autores espirituales. A la luz de estos y otros aspectos —como el análisis de las prácticas cultuales, imágenes y “paños de devoción” reunidos por Isabel y su hija más longeva, la infanta Juana—, nuestra propuesta tratará de definir los límites de la piedad privada de Isabel de Castilla y su eventual diferenciación con respecto a los de Fernando de Aragón. ¿Cuál fue la función de la formación religiosa, acorde con la “hechura” de la autoridad isabelina, que recibieron las hijas de los Reyes Católicos, y cómo debe interpretarse ésta dentro de la política matrimonial hispánica? ¿Pueden, por último, extrapolarse a partir de aquí unos patrones característicamente nacionales o de género para la devoción femenina de la clase aristocrática en el primer Renacimiento castellano?