El museo como sitio de experiencias de resignificacion (original) (raw)
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MUSEOS: DISEÑO DE LA EXPERIENCIA
El diseño de la experiencia museística ha ido evolucionando en las últimas décadas como respuesta a los vertiginosos cambios sociales y tecnológicos que se están produciendo en el mundo. Son cambios importantes y los seguirá habiendo; recordemos los tiempos, no muy lejanos, de aquellos primeros experimentos en el diseño de la experiencia digital aplicada a la museografía. Por lo general, se trataba de estaciones de trabajo sencillas para un único usuario, desafiando a los visitantes a alcanzar un simple objetivo concreto. Efectivamente, estos sistemas fueron el precedente de un estilo de instrucción que implicaba la interacción persona-computadora en el espacio del museo. La idea era hacer que el aprendizaje fuera una experiencia práctica más activa para el visitante, y en su día fue una buena idea, una innovación que surgía al comprobar que las experiencias de los museos debían ser más animadas y receptivas. Encontrarse con una tarea que completar es siempre una experiencia motivante para los visitantes del museo, pero las limitaciones de aquellos primeros “interactivos” eran importantes. Aparte de los problemas de usabilidad y accesibilidad, que podían estar justificados en un contexto de desarrollo de medios experimentales, aparecía el permanente problema de la caducidad tecnológica, pues se trataba de unos sistemas que se vieron muy pronto coartados por el limitado diseño de la experiencia.participara, incluso conceptualmente, en la acción de generar significados. De manera divertida, en el lenguaje del museo, el adjetivo " interactivo " se convirtió en un sustantivo – una cosa al lado (pero aislada) de otras cosas de la colección. Todo esto, actualmente, nos puede parecer irrelevante, pero creemos que es bueno echar mano de la memoria para repasar el enfoque históricamente prefijado que tenían los museos (y aún tienen) sobre ciertas cosas y cómo éstas han influído en su evolución.
El Sentido de los Museos en la Historia
El siguiente ensayo es una reflexión heurística sobre el sentido de los museos en el marco general de la cultura occidental y su historia, construida a partir de una matriz de foucaultiana y una investigación de campo previa realizada en el Estado Zulia a finales del 2001 sobre las Representaciones de los museos y "lo antropológico". La base empírica, en detalle, para el análisis ya fue expuesta en un trabajo anterior (Ver Pereira, 2000). Se concluye, entonces, que los museos son comparables a instituciones de "reforma moral" a la semejanza de las cárceles y los manicomios, que, por lo tanto, se insertan en la metodología por excelencia para la construcción del orden social aparecida en las sociedades europeas a partir del surgimiento de la Modernidad, es decir, con posterioridad a la Escolástica, una tendencia en la cual los museos maduraron en los siglos XVII y XVIII.
Resumen El museo se fue consolidando como institución consagrada a la ciencia a lo largo del siglo XIX y puede decirse que su propósito ha sido mucho más complejo que el de darle un orden histórico, evolutivo o taxonómico a los diversos saberes, objetos y ele mentos del mundo colonizado. Han simbolizado, tal como el Museo de Ciencias Na turales de La Plata, el triunfo de quienes lo construyen, es decir, de las clases dirigentes nacionales y regionales, de la modernidad eurocéntrica, del " progreso " , permitiendo la exhibición de un pasado " primitivo " , " bárbaro " y/o " atrasado " que ya ha sido necesariamente superado. En este sentido, el museo se ha convertido en un dispositivo político de exce lencia que ha justificado el despojo material y cultural de las subalternidades, deste rritorializando y reterritorializando lo no deseado, lo inconveniente, transfor mándose en autoridad intelectual para negociar los límites sociopolíticos externos e internos del Estado nación. En este marco, el trabajo propone problematizar el rol del Museo Leleque en Patagonia, en tanto herramienta ideológica que reconstruye un pasado geohistórico y que legitima la actual conformación jurídica y política del te rritorio, el cual desconoce, entre otros, los derechos ancestrales de los pueblos origi narios en la región.
El museo como espacio de cuestionamiento de los discursos hegemónicos
"Existe en América Latina otra barrera aún más temible y desesperante [para los intelectuales]: la imposibilidad en que se encuentran enormes masas populares de acceder a los productos culturales que podrían ayudarlas a pensar por sí mismas, a elevarse en su conciencia política, a ir descubriendo las raíces más auténticas de su identidad nacional y latinoamericana". En esta cita, extraída de un artículo titulado “Sobre la función del intelectual”, Julio Cortázar identificaba a los intelectuales con una suerte de grupo de avanzada llamado a iluminar al pueblo el camino hacia la liberación de las dictaduras que oprimían buena parte del continente. Para ello debían tomar conciencia de su papel político y combatir los discursos hegemónicos en sus países. También daba cuenta de dos barreras: la censura y el analfabetismo. Han pasado más de treinta años y algunas de las tesis de este artículo mantienen su vigencia. El presente trabajo se servirá de algunos de los argumentos del escritor argentino para actualizarlos, cuestionarlos y ponerlos en relación con el mundo de los museos. Al pensar en estas instituciones es ineludible preguntarse si abordar cuestiones sociales es parte de su razón de ser o es una responsabilidad que pueden asumir, pero también ignorar; y también si esa participación en asuntos sociales pasa necesariamente por convertir a los curadores, educadores e investigadores que crean las actividades de los museos en esos intelectuales de avanzada a los que se refería Cortázar, atribuyéndoles una clarividencia que les faculta para iluminar el camino del pueblo. Se discutirá, por tanto, su función social, su capacidad para cuestionar los discursos dominantes y se distinguirán dos posiciones desde las que los museos pueden actuar como productores de discursos críticos con la cultura hegemónica: como agentes de vanguardia o como agentes de retaguardia.
“Si estás creando cosas que tienen un alto potencial de fracaso, especialmente si estás haciendo cosas que no se han hecho nunca antes, y aprendes de esas cosas… el fracaso se convertirá en experiencia.” George Lucas. Tanto las organizaciones corporativas como las organizaciones sin ánimo de lucro, reconocen cada vez más que el fracaso es una parte necesaria en el proceso de una planificación exitosa. No es fácil adoptar este enfoque cuando el “fracaso” se confunde con “ser un fracaso”, conscientes de que las características negativas generales del fracaso nos perjudican como aprendices, trabajadores, organizaciones y, consecuentemente, en el ámbito de los museos. En estos tiempos de rápido cambio social, tecnológico y económico, todas las organizaciones tienden a probar cosas nuevas para obtener éxito, y ese esfuerzo en innovación requiere mucha tolerancia al riesgo. A medida que los modelos de negocio de los museos experimentan profundas perturbaciones, estas instituciones, en particular , necesitan sentirse cómodas con el fracaso positivo. Pero los museos requieren aliento, herramientas y retroalimentación positiva para resistir la larga tradición que les ha convertido en “templos de las musas” – deambulando por la inopia – y que ha caracterizado al sector...
El museo, un hecho comunicativo de disciplinamiento
REVISTA LUCIÉRNAGA-COMUNICACIÓN, Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid-PCJIC & la Universidad Autónoma de San Luis Potosí- México- UASLP., 2015
Los museos son un fenómeno de masas, que no solo comunican un mensaje en sus salas expositivas por la manera de disponer las piezas museales, sino porque su dimensión comunicativa incluye a todos los elementos que lo constituyen – enclave geográfico, edificio, colección, eventos–, impregnando de una u otra forma a todas las áreas de trabajo y las actividades institucionales. Por lo tanto, dicha entidad es portadora de significaciones en su mensaje de carácter plural. No obstante, nuestra hipótesis de trabajo se inscribe en considerar que los museos del siglo XXI continúan siendo una herramienta de instrucción del sistema capitalista, por tanto, su mensaje instruye en las nuevas lógicas consumistas que alienta el sistema. En este artículo se hace una exploración de diferentes autores que analizan el carácter comunicativo del museo. Para ello, en primer lugar, consideramos al museo un instrumento de disciplinamiento, y en segundo, como un fenómeno de masas. Para orientar el análisis relacionamos distintos enfoques críticos de la museología y algunas posiciones analíticas de las teorías comunicativas que permiten indagar de manera específica preceptos generales y contemporáneos sobre este tipo particular de institución cultural.