La evolución del lenguaje (original) (raw)
Capítulo 32 de Roger Lewin, Human Evolution: an Illustrated Introduction. Blackwell, 2005 (5ª edición), pp. 222-228. El lenguaje es una característica exclusiva del Homo sapiens. Las cuestiones de cuándo y por qué surgió el lenguaje son fundamentales para entender nuestra especie. Las evidencias tanto de los fósiles como de la arqueología tratar de contestar a la cuestión de "¿cuando?" — al principio y de forma gradual o tarde y de forma rápida — pero dan lugar a conclusiones contradictorias. La cuestión de por qué surgió el lenguaje es igualmente desconcertante. La respuesta "obvia" — para mejorar la comunicación — es la que se prefiere desde siempre, pero ideas más recientes se centran en la necesidad de construir una mejor realidad cognitiva. Una gran frustración para los antropólogos es que, por su naturaleza, el lenguaje es prácticamente invisible en los materiales arqueológicos. Por lo tanto las pistas hay que buscarlas en fuentes indirectas: en las herramientas de piedra, entre los indicios de organización social y económica, en el contenido y el contexto de las pinturas y otras formas de expresión artística y en los propios restos fósiles. Una cuestión general sobre la evolución del lenguaje humano se refiere a la dinámica de su aparición. ¿Fue un proceso lento, gradual, que se inició al principio de la historia de los homínidos y que se desarrolló en su forma moderna sólo recientemente? ¿O fue un proceso rápido, que se desarrolló recientemente en la historia de los homínidos? Esta sección examinará varias líneas de prueba, tomadas de los fósiles y de aspectos de comportamiento identificados en los materiales arqueológicos. Evidencia fósil En los últimos años, los investigadores han analizado varios tipos de pruebas en fósiles de homínidos. En primer lugar, la información se extrae de endocastos, que proporcionan un mapa poco detallado de la superficie del cerebro. En segundo lugar, los indicios de la estructura del aparato fónico en el cuello (la laringe y la faringe) dan pistas sobre la capacidad lingüística, como también la aporta el tamaño del orificio en el cráneo a través del cual pasa el nervio de la lengua y el grado de inervación con el diafragma, reflejado en el tamaño del canal espinal. Los mecanismos neuronales principales de las funciones lingüísticas se encuentran en el hemisferio izquierdo en la gran mayoría de los seres humanos modernos, incluso en la mayoría de los zurdos. Sin embargo, como sucede con muchas de las funciones mentales complejas, las capacidades lingüísticas no se pueden ubicar de forma precisa en zonas específicas del cerebro. Tradicionalmente, el área de Broca, visible como una pequeña protuberancia en el lado izquierdo del cerebro en dirección hacia el frente, ha sido asociada con el lenguaje, especialmente con la-1