“La «democratización» de la Iglesia. Una tarea pendiente”, Mensaje 526 (2004) 11-15 (original) (raw)
Related papers
La Iglesia de Francisco: de la politización explícita a la vía de la democratización interna
Metapolítica, 2019
Tradicionalmente problemáticas, las relaciones entre Iglesia y política parecen haber entrado en una nueva fase con el pontificado de Francisco, el primer Papa latinoamericano. El discurso papal ha adquirido tonos explícitamente políticos. Es posible que se estén dando transformaciones no solamente en la participación de los católicos en política sino también en las relaciones Iglesia-Estado y eventualmente en el gobierno de la Iglesia.
El ecumenismo, tarea esencial del obispo
Vida Nueva, 2021
Comentario al Vademécum ecuménico para obispos publicado el 4 de diciembre de 2021 por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
La ejemplaridad cristiana en una sociedad democrática. Anotaciones para una Iglesia en salida
Estudio agustiniano, 2019
Algunas líneas de reflexión actual están advirtiendo de que las sociedades democráticas son sostenidas por ciudadanos ejemplares y responsa-bles de sus acciones, más allá de la mera exigencia de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes. La ampliación y universalización de los compromisos democráticos exige a los cristianos del siglo XXI-miembros de una Iglesia en salida hacia la humanidad-una vivencia profunda de su fe como ciudadanos que hacen presente el Reino de Dios mediante su testimonio que se transforma en praxis habilitadora de su fe. Los sujetos de dicha ejemplaridad encuentran algunos campos privilegiados de acción, el trabajo por la justicia y el diálogo, que les exigen un plus de racionalización y una actitud de conversión.
La inculturación del Evangelio, un desafío crucial de la Iglesia Católica
Estudios Públicos, 2006
Los creyentes de cualquier religión viven su fe "inculturada", es decir, de acuerdo a los valores, ideas y sistemas de expresión y de acción de su propia cultura. Lo mismo ocurre con la fe cristiana. Un problema surge cuando se intenta llevar el Evangelio de Jesús a pueblos de culturas diferentes de la de los evangelizadores. El problema ya se presentó en la época del Nuevo Testamento, cuando Bernabé y Pablo empezaron a misionar a los no judíos. Volvió a presentarse cuando, a partir del Renacimiento, se fue gestando en la Europa ya cristianizada la cultura moderna. Aunque el Concilio Vaticano II (1962-1965) dio los primeros pasos de apertura de la Iglesia católica hacia el mundo moderno, ésta-se advierte en este ensayo-está lejos de haber logrado resolver el problema de la
“Situación y tareas de la Iglesia actual”, Mensaje 514 (2002) 33-37
S e han cumplido ya cuarenta años del inicio del Concilio Vaticano II. Dicha fecha constituye un motivo para reflexionar una vez más sobre aquel acontecimiento que. sin dudas, marcó la vida de la Iglesia en ci siglo XX y que, además, está llamado a orientar los próximos pasos en el nuevo milenio. Es claro que tenemos ante nuestros ojos un contexto religioso y cultural parcialmente diverso al que afrontaron los padres conciliares. Conceptos como globalización neoliberal, terrorismo, diálogo intercultural e interreligioso, creciente brecha entre ricos y pobres, fundamentalismos, etc., son comunes al momento de explicar nuestra situación. Quizás uno de los factores más importantes está dado por la acentuación de aspectos culturales caracterizados como posmodernos. Desde una perspectiva filosófico social, el núcleo de este proceso de (pos)modernÍ7ación, que impregna la mentalidad y la vida diaria de los hombres y mujeres de todas las edades y estratos sociales, se concentra sobre todo en la primacía incondicional del sujeto individual frente a todas las tradiciones e instituciones vinculantes. Esto se expresa en múltiples factores: un pluralismo radical: la legitimación del cambio continuado; la quiebra de la tradición y de la memoria cultural; el desprestigio de todas las instituciones y de las estructuras centralizadas y, por el contrario, el creciente aprecio por los procedimientos democráticos; el proceso continuo de secularismo y el surgimiento de una nueva religiosidad independiente de las grandes iglesias, etc. Estas tendencias. si bien son más evidentes y radicales en el hemisferio norte, impactan hoy todas * Teólogo.
Seminarios sobre los ministerios en la Iglesia
El desafío más significativo de la formación sacerdotal en la actualidad se encuentra en el fundamento antropológico del sujeto llamado a esta vocación y ministerio. La Exhortación Pastores dabo vobis ya señaló esta realidad en su capítulo primero hace treinta años. Hoy esta dimensión se ha agravado aún más por la “crisis antropológica” que padecemos. La transformación digital; la ideología de género; el individualismo y la fragmentación de la existencia suponen un verdadero desafío a la formación sacerdotal para una vocación esencialmente sacramental, célibe, fraterna y permanente.