La destrucción de la infancia: una nota sobre la banalidad del mal (original) (raw)

De la naturalización de la violencia a la banalidad del mal

2017

Este artículo indaga sobre los temas de la naturalización de la violencia y la banalidad del mal, como un acercamiento a la realidad colombiana actual. Se analiza cómo, en una época de adelantos científicos e información al alcance de todos, en un contexto de Modernidad, no se razona sobre las consecuencias de los actos inhumanos, lo que permite visualizar la pérdida del sentido del concepto de persona. Se concluye con el planteamiento de posibles alternativas alrededor de la necesidad de reflexionar sobre los procesos de subjetivación, como parte indispensable en la construcción de ciudadanía, vista como la formación de la persona para la participación activa en un colectivo que parte de la necesidad de formarse a sí misma para conocer las capacidades propias desde las necesidades, los intereses y las diferencias, a fin de poder identificarse con el otro y con lo otro, y, a partir de ahí, construir sociedad. Abstract This article studies the issues of naturalization of violence and the evil´s banality to get closer to the reality Colombian, this reality is living today. The reality Colombian is an age of scientific advances and information available to all. However, the context of modernity, there is a lack of reasoning about the consequences of inhuman acts, which allows one to visualize how one loses the human being. So, with the possible alternatives that express the need to reflect the processes of subjectivation as an indispensable part in the construction of citizenship as formation of the person to public participation, to start from yours need, capacities, interests and differences. Therefore they can identify with the other and with the other and from there build society.

"Historia de la voluntad y banalidad del mal"

Arbor: ciencia, pensamiento y cultura, 2010

This article discusses the connections existing in The Life of the Mind between the theory of the banality of evil and the history of the will. It interprets Eichmann in Jerusalem as a work about bureaucratic evil, but above all as research concerning both moral and juridical responsibility. From the history of the will it highlights three different aspects that can be connected with the problem of responsibility: the ontology of contingency, the idea of individuality linked to the will and the capacity of transcendence and resistance that we see in the Duns Scotus' theory, where liberty equals indifference. Finally, it suggests a link between the banality of evil and the ontology of good as these are present in "Some questions of moral philosophy" (1965)(1966), the fight against Gnosticism and the defence of a relationship between morality and evil's intelligibility. banality of evil; history of the will. RESUMEN: El artículo plantea las conexiones entre la tesis de la banalidad del mal y la historia de la voluntad presente en La vida del espíritu. Interpreta Eichmann en Jerusalén como una obra sobre el mal burocrático, pero sobre todo como estudio acerca de la responsabilidad, tanto jurídica como moral. De la historia de la voluntad resalta tres aspectos que pueden ser puestos en conexión con el problema de la responsabilidad: la ontología de la contingencia, la idea de individualidad vinculada a la voluntad y la capacidad de trascendencia y resistencia subyacentes en la teoría de Duns Escoto de la libertad como indiferencia. Por último, sugiere una vinculación entre la banalidad del mal y la ontología del bien desarrolladas en "Algunas cuestiones de filosofía moral", de 1965-1966, la lucha contra el gnosticismo y la defensa de una relación entre moralidad e inteligibilidad del mal.

Art{iculo sobre la banalidad del mal

En su libro Eichmann en Jerusalén, Hanna Arendt acuñó el concepto de banalidad del mal para caracterizar una forma de perversidad que no se ajustaba a los patrones con que nuestra tradición cultural ha tratado de representarse la maldad humana. Polemizando con Gersholm Scholem, quien le reprochó haber defendido aquí una tesis contradictoria con el análisis desarrollado en su obra anterior Los orígenes del totalitarismo, Arendt le reconoció haber rectificado de opinión: "Ahora estoy convencida de que el mal nunca puede ser «radical», sino únicamente extremo, y que no posee profundidad ni tampoco ninguna dimensión demoníaca. Puede extenderse sobre el mundo entero y echarlo a perder precisamente porque es un hongo que invade las superficies. Y «desafía el pensamiento», tal como dije, porque el pensamiento intenta alcanzar cierta profundidad, ir a la raíz, pero cuando trata con la cuestión del mal esa intención se ve frustrada, porque no hay nada. Esa es su «banalidad». Solamente el bien tiene profundidad y puede ser radical". La expresión 'mal radical' remite a Kant, quien la introdujo en su obra La religión dentro de los límites de la mera razón para referirse a una propensión de la voluntad a desatender los imperativos morales de la razón. La propia Arendt aludía expresamente a Kant en la segunda edición revisada de Los orígenes del totalitarismo: "Es inherente a toda nuestra tradición filosófica el que no podamos concebir un «mal radical», y ello es cierto tanto para la teología cristiana, que concibió incluso para el mismo demonio un origen celestial, como para Kant, el único filósofo que, en término que acuñó para este fin, debió haber sospechado al menos la existencia de este mal, aunque inmediatamente lo racionalizó en el concepto de una «mala voluntad pervertida», que podía ser explicada por motivos comprensibles". Arendt emplea aquí la expresión 'mal radical' para referirse a los crímenes perpetrados en los campos de concentración nazis. Aunque no explica en qué consiste la radicalidad de ese mal, sitúa su especificidad en que era "anteriormente desconocido para nosotros" y en que es "un mal absolutamente incastigable e imperdonable que ya no puede ser comprendido ni explicado por los motivos malignos del interés propio, la sordidez, el resentimiento, el ansia de poder y la cobardía". En todo caso, al referirse a Kant insinúa una discrepancia importante: mientras que el mal radical designa en Kant una perversión que podemos entender por referencia a motivos, el mal radical al que Arendt se refiere no es racionalizable.

Reflexiones sobre la desaparición de la infancia

Pedagogía y Saberes, 2003

Si la infancia ha desaparecido o está en vías de desaparecer, las reflexiones y prácticas pedagógicas tendrían que transformarse. El presente artículo retoma algunos estudios en los que la infancia es considerada como una categoría social, histórica, y por tanto, variable en el tiempo y en distintas culturas; de otro lado, señala algunos trabajos que desde la década de los años ochenta han venido planteando la “desaparición” de la infancia y, a propósito de ellos, esboza algunos reflexiones preliminares sobre las implicaciones que tal acontecimiento tendrá para el saber pedagógico, el maestro y la escuela.

Hanna Arendt y la banalidad del mal

El caso Eichmann impactó a la joven periodista en aquel ya lejano 1963. Hanna Arendt tenía la misión de informar sobre el juicio público al ex oficial nazi que había sido llevado desde su escondite en Argentina, donde usaba el nombre de Ricardo Klement, hasta el tribunal en Israel que lo acusaba de atroces crímenes de guerra. Eichmann era culpable de haber conducido, como un eficiente gerente, la llamada solución final, el holocausto judío de Hitler, con el resultado de millones de judíos asesinados. No vale adentrarse en las tortuosidades de un juicio a todas luces parcial, pues al igual que los crímenes juzgados en Nurenberg, el acusado estaba en desventaja frente a sus acusadores. Pero no es mi intención discutir esa parte, ni menos el defender o justificar a un criminal, sino referirme a lo que ocurrió en el alma de Hanna Arendt, quien se enfrentó al mal en una personificación que no era habitual. Creyó ver en quien había hecho tanto daño a su pueblo un monstruo, pero se encontró con una persona que se veía tan normal como cualquiera de la sala.