Oaxtepec: una de las raíces históricas del patrimonio biocultural (original) (raw)
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Diálogos de Campo, 2016
En el año 2011 comenzó una colaboración entre lingüistas y etnobiólogos para documentar la lengua y el conocimiento biológico del pueblo ixcateco, cuyo territorio se encuentra en Santa María Ixcatlán, Oaxaca. La documentación formó parte del proyecto "Textual and Lexical Documentation of Ixcatec, a highly endangered Otomanguean language of Oaxaca, Mexico” motivado por la crítica situación de la lengua ixcateca, pues queda en el mundo tan sólo una decena de personas que lo pueden hablar fluidamente. El proyecto se desarrolló entre 2011 y 2013 y durante ese periodo el enfoque se extendió a sectores de la comunidad ixcateca hablantes y no-hablantes de la lengua. Numerosos ixcatecos colaboraron en el proceso de documentación y un sector más amplio se involucró en actividades organizadas para la difusión y revaloración de su lengua, conocimiento tradicional y riqueza natural. Esto incluyó un concurso fotográfico, un intercambio de experiencias y la elaboración de un material de jueg...
Ciencia Nueva. Revista de Historia y Política , 2022
Se analizan las narrativas históricas de los jardines prehispánicos como representaciones idealizadas del manejo de la naturaleza en los discursos cientificistas que los interpretaron como «botánicos». Desde el siglo XIX, la identidad nacional se cimentó sobre la revaloración del pasado prehispánico, tratando de fundamentar raíces del ser mexicano, pero sin desmarcarse de los cánones europeos. La domesticación de la naturaleza no fue ajena a esta forma de interpretar la historia, pues se recurrió a la exaltación de las experiencias de conocimiento sobre la flora o vegetación de las sociedades del pasado. Sin embargo, la lectura que se realizó no consideró necesariamente el contexto espaciotemporal en el que surgieron y adaptó un discurso reivindicatorio de los jardines a las circunstancias del cientificismo occidental. Para ejemplificar lo expuesto, se recurre a dos casos de jardines prehispánicos: Tetzcotzingo, estado de México, y Oaxtepec, estado de Morelos.
Patrimonio biocultural y despojo territorial en el Río Mayo. Los guarijíos de Sonora y el proyecto de presa Los Pilares-Bicentenario, 2019
Reseña del libro Jesús Armando Haro Encinas y Ramón Martínez Coria Este es un artículo de acceso abierto bajo la licencia CC BY-NC-SA 4.0
La diversidad cultural oaxaqueña a la luz de la ética ambiental
LiminaR Estudios Sociales y Humanísticos
En este artículo se trata de poner en relación algunos aspectos de las cosmovisiones de diferentes pueblos originarios del estado de Oaxaca (México) con ciertos intereses de la ética ambiental contemporánea, como las perspectivas del pragmatismo ambiental y la ética ambiental comparada. Así, se mostrarán dos elementos presentes en las cosmovisiones de diferentes etnias oaxaqueñas que resultan relevantes para la ética ambiental, como son la existencia de deidades ligadas a la protección ambiental, y también algunas ideas sobre el lugar que el ser humano ocupa en el mundo.
LA HERENCIA BIOLÓGICA CULTURAL DE LOS ANCESTROS MEXICANOS
Diario de Campo. Boletín Interno de los Investigadores. Méxicoadores del Área de Antropología. No. 17, , 1999
Uno de los orgullos mexicanos es nuestro patrimonio biocultural que es ampliamente reconocido a nivel mundial y que está sus-tentado por una enorme riqueza representada en obras maes-tras de arte arquitectónico, escultórico, pictórico, cerámico, expresadas en las culturas teotihuacana, maya, zapoteca, tolteca, azteca, etcétera. A esta riqueza debemos sumar el acer-vo osteológico formado por esqueletos de diferentes periodos cronológicos-desde la aparición del hombre en América hasta el hombre moderno-; por ello, nuestro país está considerado como uno de los más ricos en vestigios históricos y arqueoló-gicos a nivel mundial. El conjunto de estas diversas manifestaciones cultura-les fue creado por artistas nativos a lo largo de muchos siglos, durante la época prehispánica. Posteriormente, con la conquista española, se mar-có una fase más en la historia cultural de México. En este tiempo de dominación virreinal se construyeron, en cada uno de lo que ahora conocemos como estados de la República, ciudades con características urbanistas y arquitectónicas muy diferentes a las de la época prehispánica, que ahora están consideradas en algunos casos como patrimonio cultural de la humanidad. Con ello se incrementaron los acer-vos documentales, así como el de los esqueletos humanos de los diversos grupos que poblaron nuestro país, desde periodos muy tempranos hasta la actualidad. Estos hom-bres fueron quienes construyeron las bases de nuestras raí-ces e identidad cultural, de las que los mexicanos hoy en día nos sentimos orgullosos. En este breve escrito sólo nos referiremos a las colec-ciones óseas humanas que se encuentran bajo la custodia de Cráneo precerámico del hombre de Chimalhuacán, pertenece a un indivi-duo adulto con una antigüedad de 35.44 ±3.99 en miles de años. la Dirección de Antropología Física del Instituto Nacional de An-tropología e Historia, las cuales constituyen nuestro objeto de investigación; sobra decir que estas colecciones están consi-deradas como algunas de las más importantes en el mundo. Para lograr la conformación de este acervo osteológico com-puesto de esqueletos humanos procedentes de diferentes re-giones del actual territorio nacional y de los distintos periodos cronológicos (precerámico, prehispánico, colonial y moderno), han transcurrido 129 años de intenso trabajo realizado por es-pecialistas interesados en estudiar las poblaciones pretéritas de México. Del periodo precerámico se tienen las primeras evi-dencias reportadas sobre la presencia del hombre en la Cuen-ca de México desde el año de 1870, cuando fue localizado en el tajo de Tequixquiac, a una profundidad de 12 metros, un hueso de sacro de camelido fósil, tallado toscamente en forma de ca-beza de cerdo. Posteriormente, en el año de 1884, se anunció el hallazgo de un esqueleto humano empotrado en la toba caliza del Peñón de los Baños; éste fue marcado como el Hombre del Peñón 1. De esas fechas y hasta el año de 1984, se han obte-nido 25 especímenes, la mayoría localizados en la cuenca de México, teniendo una antigüedad que oscila entre los 4000 a 35000 años a.C. Estos esqueletos pertenecen a los individuos que posiblemente fueron los primeros hombres en llegar a la cuenca de México. Sus vestigios culturales se pueden apre-ciar en las puntas de proyectil con acanaladuras (Fol-som, Clovis, Ohio), donde se demuestra una maestría en el dominio de las técnicas para tallar el sílex y otros materiales. Su forma de vida era de cazadores nómadas: estos individuos formaban pequeños grupos que habitaban en cuevas, en forma estacional Entierro primario No. 152, de sexo femenino, de edad adulto, en posición decúbito lateral derecho flexionado. Proyecto Cholula, Puebla, 1968.