Carlos Astarita - Editorial (original) (raw)

Carlos Astarita - Le Goff. Balance crítico de un legado

Los primeros trabajos de Jacques Le Goff, sobre mercaderes, banqueros e intelectuales de la Edad Media, presentan cualidades que anuncian su desarrollo posterior: débil teoría económica y mayor desarrollo sobre historia de las ideas. A partir de 1964, con la publicación de La civilización del occidente medieval, se produce un cambio. Ese cambio se inscribe en una nueva orientación general de la escuela de Annales: el estudio de las mentalidades. Le Goff pretende realizar un análisis de la mentalidad del hombre medieval. Su estudio se basa principalmente en textos eruditos eclesiásticos. Se demuestra en este artículo que ese tipo de fuentes permiten acceder a la mentalidad de la parte sacerdotal de la clase de poder. De manera secundaria, Le Goff estudió fuentes literarias que permiten acercarse a la mentalidad de los caballeros. Para el análisis de los campesinos y de distintos sectores subalternos se necesitarían otro tipo de fuentes que nunca fueron utilizadas por Le Goff. Este análisis mantiene algunas semejanzas con el materialismo histórico, pero también tiene profundas diferencias con la doctrina de Marx. En base a esto se determina el alcance del legado de Le Goff.

Cerca de la revolución: aproximación al estudio de Carlos Astarita sobre los movimientos comunales

Sociedades Precapitalistas, 2020

En el libro Revolución en el burgo Carlos Astarita analiza los movimientos comunales urbanos europeos, el perfil de todos los sectores sociales que participaron de las luchas, sus condicionamientos estructurales y sus motivaciones, la conexión con otras rebeliones, la dimensión religiosa y la aportación del conflicto comunal a la configuración de elementos del Estado moderno y a la teoría política. El objetivo es brindar una aproximación a los contenidos centrales de la obra y a su fisonomía general.

Entrevista com Carlos Zárate Botía

2018

Carlos G. Zarate Botia is a colombian professor and researcher, with experience in studies on the region of the triple border between Colombia, Brazil and Peru. In this interview, it is observed how his work provides an accurate view at thinking the frontier in an interdisciplinary and historical perspective. It is analyzed how the national and state barriers can be worked from cross-border studies, with methodologies that allow to understand the national differences in its movements between the borders. Care and dedication are observed in the study of a territory located in the largest tropical forest in the world and built not only by distinct national realities, but also by ethnic and cultural realities involving encounters and disagreements between western and westernized populations. From his research investments, possibilities for social sciences are more open to theoretical-methodological pluralities.

Dimitas Arias

Porque era de bahareque y porque lo apuntalaban dos palos por el costado de abajo y un diente de tapia por el interior, no se había venido al suelo aquel cascarón de casa. Era el techo un pelmazo gris de algo que así pudo ser palmicho como carmaná, todo él constelado de parchones de musgo, de lamas verduscas y de tal cual manojo nuevo, puesto allí por vía de remiendo. Bardaban el caballete hasta cuatro docenas de tejas centenarias, por entre cuyas junturas medraba el liquen y asomaban mustias y enfermizas unas matas de viravira; pendíale por un extremo, desparramándose que era un gusto, un matorral de yerbamora fructificado además. Era el interior una gran sala, con un tenducho de madera en el ángulo frontero a la puerta de entrada, el cual se cerraba como una alacena y olía a ratones y a viejo. De tierra apisonada, y con muchos hoyos y rajaduras era el suelo. Dos ventanillos de batientes partidos por mitad, alumbraban el local; daba el uno a la Calle-abajo, y el otro, al Callejón de El Sapero, pues la casa aquella estaba en la esquina. Tenía tres puertas: la de entrada, una que comunicaba con un cuartucho, y la del interior; esta última se abría a un corredor húmedo; y esto era todo el edificio; que el tingladillo que hacía las veces de cocina estaba aislado obra de doce varas más adentro. Unas piedras medio enterradas en el suelo servían de pasadizo. Defendían esta propiedad: un trincho, cubierto de maleza, por el lado del callejón; dos guayabos machos, tres naranjos agrios y un saúco, entreverados con unos palos carcomidos, por los dos lados restantes. Arrimadas a los cercos, hileras de ruda y de eneldo, una mata muy cuidada de romero de Castilla y unas cuantas de rosa chagre. Detrás de la cocina, se extendía un solar inculto y pro indiviso, que allá muy lejos tenía por lindero natural el arroyo enlodado y fétido conocido con el nombre de El Sapero. La casa estaba situada en la punta de la Calleabajo, la Patagonia del pueblo, como quien dice.