El cuerpo freudiano y lo Simbólico (original) (raw)

Las pedagogías del cuerpo y el corte epistemológico freudiano

Pedagogia del corpo, 2023

De manera más o menos genérica se puede decir que la expresión “pedagogía del cuerpo” remite a ese momento específico en el que, como complemento de la educación intelectual y moral, también el cuerpo es objeto definido de una educación, de un programa cultural formulado en términos de discurso pedagógico. En palabras de George Vigarello, remite a “la voluntad de diseñar pedagógicamente los cuerpos” (Vigarello, 2005, p.13). De H. Spencer heredamos la conocida tripartición de la educación consagrada a fines del siglo XIX: la educación se definía como intelectual, moral y física. No obstante, si adoptáramos ese registro, sabemos que la educación del cuerpo no se juega solamente en la palabra “física”; en los elementos intelectuales y morales de la educación se pueden identificar aspectos que hacen a la educación del cuerpo y que, tal vez, en última instancia, sean los más relevantes. Por paradójico que parezca, la educación del cuerpo se juega más en la articulación intelectual y moral que en lo físico, y esto porque se interviene en lo físico a partir de un saber del cuerpo y una moral. (Fragmento de la introducción)

El inconsciente freudiano y sus destinos

The singularity and topicality of the concept of the Freudian unconscious mind has been the topic of debates among psychoanalysts and within other fields of contemporary thought. Taking "representation" as a fundamental notion in the construction of the Freudian concept, this paper highlights the limits of the considerations of representability and the symbolic, already present in Freud, which led J. Lacan to reconsider the concept, thus moving it farther away from any phenomenical and naturalistic conception. This paper states then that the Freudian unconscious mind neither can nor should be assimilated to the unconscious mind deduced by the neurosciences, even if certain Freudian elaborations seem to justify it, thus questioning the concept of the unconscious mind as a "reservoir" of mnemic traces or organic memory.

El cuerpo ritualizado

¡Pasen y vean! Estudios corporales. Universidad Autónoma de Barcelona, 2008

Cualquier texto es una lectura de época. El siglo XX se ha caracterizado por una expe riencia estética intensa, tanto en número como en la profundidad de sus manifestaciones que hace imposible un ordenamiento coherente. Las artes visuales se han sometido a un proceso de hibridación y mestizaje cuya delimitación es imposible. Una de las características comunes a todas las vanguardias clásicas ha sido el plan tear una dialéctica contra la logicidad de la palabra. La posibilidad de acabar con el estratificado discurso del lenguaje se uniría a la propuesta de Nietzsche acerca de que su fin establecería la conclusión de la metafísica tradicional. Este sentido del mundo comprendería un desplazamiento de la concepción clásica de las artes. La eliminación de la lógica textual supondría acentuar el gesto y, con él, el lenguaje corporal. Las primeras escisiones entre imagen y palabra aparecen en las experiencias teatrales de finales del XIX, que basan su dramaturgia en la destrucción del carácter tradicional del teatro como ataque a la burguesía, una praxis que sería literalmente asumida por los prime ros movimientos artísticos del XX. Las experiencia de la destrucción adelantada por Alfred Jarry (1997) fue asumida por el poeta y promotor (contra)culcural F. T. Marinetti, que comprendió que para cambiar las referencias culturales de la burguesía había que sacudir su conciencia. Como Jarry, esto sólo se podría generar a través del escándalo y la provocación. Los futu ristas elaboraron una dramaturgia en la que el cuerpo sería el protagonista. Una experien cia que continuaron los dadaístas a través de Hugo Ball y Kurr Schwitters, los constructivistas soviéticos y, en menor medida, los talleres de la Bauhaus coordinados por Oskar Schlemmer (Paz: 2000). Las manifestaciones corporales asumidas como hecho artístico se desarrollaron en políticas paravanguradistas aisladas, con referencia a grupos dogmáticos pero sin una clara conexión grupal. Este fue el caso de Arthur Cravan, que convirtió su cuerpo en motor de su experiencia vital. Su obra más conocida, si se puede acepar esa terminolo gía, fue un combate de boxeo celebrado en la Plaza Monumental en 1916, contra el excampeón del mundo de los pesos pesados Jack Johnson (Borrás e lmaz: 1993). Pese al escándalo que se organizó tras seis asaltos, Cravan era consciente de la provocación, celebrada posteriormente en algunos textos dadaístas (Borrás, 1993: 61). Dos años antes, invitado a impartir una conferencia por Picabia y Duchamp, apareció ebrio, insultó al público y, fi nalmente, acabó desnudándose (Cravan 1991). En España, Ramón Gómez de la Serna consiguió a través de sus acciones y su acti tud paravanguardista que despareciera el concepto que delimitaba arte y vida. El carác ter de sus representaciones se basaba en una política corporal en que actuaba como demiurgo de las acciones que realizaba. Sus conocidas conferencias baúl, conferencias 209

Oscuro interior: lo siniestro freudiano y sus raíces románticas

2020

espanolEn 1919 Sigmund Freud publica Das Unheimliche, texto clave para entender la categoria estetica de "lo siniestro". No obstante, aunque el concepto de Freud es seminal, este es a su vez fruto, como el propio Freud indico, de las reflexiones y lecturas realizadas por el medico austriaco en el ambito de la literatura romantica alemana. No obstante, aunque la interpretacion del concepto de "siniestro" por parte de Freud y la interpretacion romantica comparten base comun, hay matices muy distintos que tienen que ver con el contexto historico de unos y otros, pero tambien con su relacion con conceptos como lo simbolico o lo racional El presente trabajo busca ahondar en la compleja naturaleza de las teorias romanticas sobre lo siniestro para centrarse despues en el contraste entre la teoria romantica, tratando de establecer la evolucion del concepto. EnglishIn 1919 Sigmund Freud published The Uncanny, a key text to understand the aesthetic category of the uncanny....

La esclavitud sofística del alma al cuerpo en el Fedón

Sapere Aude. Vol. III, N° 5, 2012

En este trabajo analizo la metáfora del amo y el esclavo en el Fedón de Platón, utilizada para describir las relaciones entre el alma y el cuerpo. Mi objetivo es determinar el rol que el sofista desempeña en la esclavitud del alma al cuerpo, considerada perniciosa por los filósofos. En ese sentido, identifico los deseos propios del cuerpo y del alma, así como las opiniones (dóxai) acerca de lo bueno que surgen en el alma como consecuencia de perseguir deseos anímicos o corporales. Finalmente, desarrollo la manera en que el sofista alimenta la dóxa propiamente somática, que identifica lo bueno con lo placentero.

El dualismo semántico del cuerpo humano en el Fedro de Platón

La noción de cuerpo (sôma) desarrollada en la obra platónica es fundamental para comprender la teoría antropológica que el filósofo expone en diversos diálogos, de los cuales el Fedro no es una excepción. Allí plantea distintos tópicos a discutir con su interlocutor, entre ellos el tratamiento de la experiencia amorosa y su relación con la locura, el tratamiento del alma y de su reencarnación, la utilidad de la escritura y el análisis de la retórica, en los cuales interviene a menudo el tema del cuerpo. De estas intervenciones, se despliegan, a lo largo del diálogo, dos concepciones del significado que tiene ésta noción. En diversos estudios, se ha conciliado este dualismo, en el cual el cuerpo aparece como un obstáculo (empodion) pero a la vez como un vehículo (ochēma) que permite al filósofo alcanzar el conocimiento de las Ideas.1 En el presente trabajo procuraré determinar, a través del análisis de los tópicos tratados en el segundo discurso de Sócrates, cuáles son las concepciones del cuerpo humano que se sostienen, a fin de mostrar por qué, si bien se pueden delinear nociones aparentemente opuestas, estas logran convivir sin contradicción y conforman una concepción coherente respecto del cuerpo, basadas en un doble significado. La primera mención importante del cuerpo humano en relación al alma que puede encontrarse en el segundo discurso de Sócrates es al momento de la explicación de la encarnación, en la cual se clasifican los cuerpos de acuerdo a la visibilidad de las Ideas que haya experimentado cada alma (248c – 249a). Se puede interpretar que, en este pasaje, se está haciendo alusión al hecho de que el alma cesa su estado puro de inteligibilidad al momento de su contacto con lo corpóreo o sensible, lo cual permitiría una caracterización negativa de éste último. Sin embargo, Sócrates no hace fuerte hincapié en esto, y se limita a describir cómo será, de acuerdo al tipo de vida que cada alma encarnada lleve, el destino que ella tendrá, por lo que el cuerpo es percibido más bien como un “envase” del alma que le sirve de recipiente para desplazarse dentro del mundo sensible. La segunda alusión a lo corpóreo se hace dentro del contexto de reivindicación de la reminiscencia. Dice Sócrates: “[…] De ahí también que el hombre que haga el debido uso de los medios del recuerdo es el único que, por estar siempre iniciándose en misterios perfectos, se haga realmente perfecto” (249c). Hasta este punto de análisis del diálogo, podemos ver que Platón no se ha referido al cuerpo como un obstáculo del alma, sino más bien como un medio o recurso para alcanzar un estado de perfección, siempre y cuando se lo utilice de manera adecuada. No obstante, a pesar de esta visión del cuerpo como medio para el recuerdo, Platón introduce en el 1 Para esta concepción de conciliación entre las distintas nociones del cuerpo, ver Eggers Lan 1995; Fierro 2013 diálogo una tercera aproximación a esta noción (250a-c). Es aquí donde surge el problema de desdoblamiento del concepto. Explícitamente, es definido como un sepulcro, una cárcel que encierra al alma. Al inicio del pasaje, el autor parte desde la premisa de que, aquellas almas que logran evocar las Ideas contempladas en un estado anterior y que, por lo tanto, atraviesan un estado de locura erótica, “desconocen lo que les ocurre por la insuficiencia de sus percepciones” (250a). Estas percepciones, únicamente posibles a través de la existencia corpórea, son insuficientes porque los mismos órganos que las hacen posibles son en sí mismos deficientes, y es esta deficiencia la que caracteriza al cuerpo. Platón estaría diciendo que, a pesar de ser el cuerpo el medio indispensable que tiene el alma para recordar, es, a su vez, el impedimento de una completa visualización. Al terminar su tributo al recuerdo de las Ideas, Platón retoma la cuestión de la Belleza. Este pasaje es importante debido a que el cuerpo vuelve a aparecer como un vehículo; esta vez, en relación a la experiencia erótica. Es mediante “el más claro de nuestros sentidos” como aprehendemos la Belleza, “la más manifiesta y la más amable” (250c). Consecuentemente, el amante pasa por un estado de pasión en el cual “se reanima la germinación del plumaje” (251a). Por lo tanto, ¿podría esta locura erótica, estado cuya reivindicación es el objetivo principal en esta parte del segundo discurso de Sócrates, tener lugar en ausencia de un cuerpo que sea su detonante? ¿De qué otra manera podría el hombre acceder al recuerdo de la Belleza si no fuera mediante sus sentidos? Podría inferirse que todo su discurso es un intento de mostrar la manera en la cual el hombre –más específicamente, el filósofo-, preso de su destino y también de su corporeidad, podría lograr un desapego total de ambos mediante una responsabilidad terrenal. Muestra, en última instancia, que la filosofía es el conocimiento de encontrarse en un estado medio entre el mundo inteligible y el mundo sensible, y es a partir de este auto-conocimiento que se debe encontrar la manera de desapegarse del cuerpo, de superar ese obstáculo, pero entender que constituye, a su vez, la condición sin la cual el filósofo no podría alcanzar ningún grado de verdad, el medio a través del cual el conocimiento de las Ideas se hace posible. No debemos dejar de lado que el Fedro es un diálogo de transición entre la obra media y la obra tardía de Platón. Esto es relevante por el hecho de que, hasta este momento de su obra, ha mantenido la concepción de que el cuerpo es una cárcel para el alma, especialmente un obstáculo en el Fedón (65a). Sin embargo, en los diálogos tardíos, como en el Timeo, el cuerpo mortal de los seres humanos “ha sido diseñado para el mejor propósito y, en este sentido, es un receptáculo apropiado para el alma”. Podemos concluir, luego de lo analizado, que el Fedro se posiciona entre estas dos concepciones antropológicas de Platón, conciliando ambas, porque es en esta etapa de su vida y de su obra en la cual comienza a darle un lugar más privilegiado al ámbito de lo sensible, al cual el cuerpo pertenece. Es así que logra concentrar en un mismo relato, tanto las características positivas de lo corpóreo como las negativas, para expresar que lo sensible es un impedimento para el conocimiento, pero que si se lo utiliza correcta y responsablemente, puede favorecerlo, dentro de las cadenas que condicionan al hombre: las del destino.