Prólogo del libro de memorias políticas del Dr. José Rizo Castellón (original) (raw)

2012, Prólogo del libro "Memorias de un Vicario"

Siempre he pensado que los buenos libros llegan a nuestras manos de forma similar a cómo acuden los verdaderos amigos a nuestras vidas: sin llamarlos y en los momentos en que más los necesitamos. Así me sucedió con Confesiones de un Vicario, obra autobiográfica de mi amigo y paisano de tierra adentro, el ex Vicepresidente de la República de Nicaragua doctor José Rizo Castellón. Este libro, además de estar escrito con el impecable estilo de un ilustrado político—rarísima combinación en nuestro país—también está redactado con sinceridad, virtud todavía más escasa entre quienes han ejercido el poder. La obra le hace honor a la personalidad multifacética de su autor. No es suficiente describirla como una memoria política o una biografía personal. Gracias a una prosa llena de legítimo encanto por su Jinotega natal, conoceremos la historia de las familias Rizo, Gadea y Castellón y anécdotas llenas de color sobre esa pequeña gran ciudad y sus verdes montañas bañadas de brumas con aroma a café. También asistiremos a escenas trágicas que en el pasado han marcado la piel de nuestra historia y cual síndromes postraumáticos reaparecen como fantasmas que nos recuerdan el ancestral apego de nuestra clase política a los pactos, a la violencia y al caudillismo. El autor nos lleva de la sonrisa que arranca su fino humor político a la tristeza cuando nos recuerda, por ejemplo, los magnicidios de José Zepeda y José María Estrada en 1837 y 1856 respectivamente, la muerte del ilustre liberal Benjamín Zeledón en 1912 cuando luchaba contra la intervención estadounidense, hasta crímenes más recientes como los asesinatos en 1991 de Enrique Bermúdez, líder de la Resistencia Nicaragüense ya desmovilizado y el de Arges Sequeira, vicepresidente del PLC en 1992, entre otros hechos fatídicos que nos hacen sentir casi atrapados en el pasado por una fuerza centrípeta. Para aquellos nicaragüenses de mi generación que con vértigo e indignación presenciamos el acelerado desmontaje de la república frágilmente constituida en 1990, este libro también ofrece la rara oportunidad de conocer la perspectiva de un protagonista u observador en los engranajes que hicieron posible el auge y caída del Partido Liberal Constitucionalista (PLC). Para muchos liberales del interior del país, José Rizo era uno de los dirigentes a través del cual conocimos ese partido. Para la mayoría de voluntarios locales en el norte, el entonces alcalde de Managua doctor Arnoldo Alemán era una lejana referencia que luego tuvo un meteórico ascenso al poder. Para quienes jamás conocimos ni el despacho ni la hacienda del caudillo, José Rizo fue efectivamente el Vicario y el rostro del partido en los pueblos del corredor del olvido.