Ciriaco de Urtecho (original) (raw)
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Diccionario biográfico de parlamentarios españoles. 1820-1854, Madrid, Cortes Generales, 2012. Edición digital , 2012
Dilemas del marxismo en América Latina. Antología esencial de textos de José Aricó. Edición, selección y prólogo de Martín Cortés. Buenos Aires, CLACSO, 2017, 998 páginas.
San Cipriano de Antioquía es sin lugar a dudas, uno de los espíritus más cosmopolitas de toda la historia de la magia. Su historia, está llena de pliegues y repliegues de sentido, superposiciones de lugares y personajes, su propia imagen se confunde con la de su homónimo Cartaginés, su lugar de origen, Antioquía, es también por supuesto, para sus devotos Gallegos, la ciudad mítica hundida en el fondo del Lagoa de Antela, en Galicia, en la cuenca de origen del río Limia, que los Romanos tomaron por el Lete, el río del olvido, que se halla más allá de la muerte. San Cipriano, es también, por otro lado, una reserva natural en la región de Antioquía, en Colombia. Para decirlo brevemente, Cipriano ha estado en todas partes y conoce a todo el mundo. Es ese tipo.
Revista Elementos, 2021
The lack of debate is not the only proposal of the new academic left, which bases its historical legacy in denied archives of dictatorship. Equally, there is a missing dialogue between close scientific disciplines. Likewise, the absence of references to gender disparity seems to complement its decolonizing agenda, after reading "The Black Christ (Saint Uraco's Legend)" (1927) by Salarrué (1899-1975), without a reference to Meso American history. San Uraco is still alive as the scapegoat to be expelled for a solid cultural renewal, since the concept of a "total social fact" implies a totalitarian epistemic. Cultural studies reject historiography, ethnography, and gender from their field, by reproducing literature as an autonomous sphere. Severe restrictions forbid rescuing painful national archives, interpreted as a subpoena to reincarnate dark errors buried/sown (tuka in Nahuat) for the blossoming of truth. Following an elementary agricultural image, like a flower (Anthos), Truth emerges from the rotten seed hidden under the soil.
Chimo, de «Indio principal» a «Procurador General de los pueblos indios del Perú» Bulletin de l'Institut Français d'Études Andines / 2008, 37 (1): 199-215
Los orígenes del son jarocho se remontan al siglo XVIII en donde la música venida de España, primordialmente de la zona de Andalucía y de las Islas Canarias adquiere un carácter muy peculiar en nuestras tierras al mezclarse con las influencias africanas que pululaban la cuenca del caribe en esas épocas y el sustrato indígena que poblaba originalmente estas tierras. Ya desde el siglo XVII y gracias a la Inquisición sabemos de ciertos géneros musicales propios de " mulatos y gente de color quebrado " que se practicaban en diferentes sitios de Veracruz y otros lugares de la Nueva España. Sones como " El chuchumbé " , " El jarabe gatuno " y otros bien pueden ser los antecedentes directos de los diversos sones que pueblan el territorio nacional, entre los que está el son jarocho. Santiago de Murcia ya recrea en a mediados del siglo XVIII algunos " sones de la tierra " que evidentemente abarcaban los universos afromestizos en los que el son jarocho se estaba forjando. Sevillanas, fandanguillos, bulerías, garrotines, peteneras desde España ya eran resultado de una mezcla bastante interesante de la música árabe con la tradición gitana, melodías judías y música bizantina. Si reunimos las coplas, el rasgueo de los laúdes y guitarras y el zapateo con el tejido rítmico, la antifonía, la improvisación, y el uso de jitanjáforas y onomatopeyas, elementos provenientes de África, podemos imaginar cuales son las herencias musicales que conformaron en tierras veracruzanas lo que actualmente conocemos como son jarocho. Evidentemente estas herencias se han repartido en forma desigual a lo largo y ancho del territorio veracruzano, lo cual ha resultado en evidentes diferencias según las regiones ya que en algunas como los Tuxtlas la influencia indígena, principalmente nahua y popoluca, es mayor que en otras como el Puerto de Veracruz y sus inmediaciones en que la influencia africana se deja sentir. El siglo XX encuentra al son jarocho conformado en la forma en que lo conocemos actualmente. Para la década de los veinte en pleno auge reformador vasconcelista, la Secretaría de Educación, se dio a la tarea de investigar y recopilar las diversas manifestaciones populares de las diferentes regiones de México y entre ellas estaba por supuesto Veracruz, con lo que el son jarocho