Sobre un tono cuantitativo adoptado recientemente en los estudios literarios (original) (raw)

2016, Congreso humanidades digitales

Este trabajo elabora una lectura metacrítica de la propuesta de "lectura distante" de Franco Moretti, propuesta de un valor insoslayable para las humanidades digitales. La hipótesis que guiará nuestro análisis señala que la perspectiva teórica de Moretti anula el carácter acontecimental de la lectura, dejando de lado el valor virtual de la obra literaria. La utilización de algunas herramientas digitales como el Big Data para el análisis literario reintroduce una serie de problemas alrededor de la subjetivaciones lectoras y a su inclusión en los nuevos dispositivos de poder de la gubernamentalidad algorítmica. Decidí que nadie podía verme, decidí que no iba a dejar que me moleste el miedo de estar perdido, aun cuando el milagro podría haber ocurrido, la llegada, casi fuera de toda esperanza (tras infinitas distancias, montañas, riesgos, peligros), de aquellos insectos que enviaba desde tan lejos el diplomático a la virgen que había esperado tanto. Las leyes del reino vegetal son un artefacto regido por reglas todavía mayores. Si la visita de un insecto es necesaria para la fertilización de una flor, esto es porque la autofertilización, la inseminación de una flor por sí misma, llevaría, como una sucesión de matrimonios incestuosos, a la degeneración. Degeneración feliz, degeneración aislada, pero, en última instancia, estéril. En cambio, el cruzamiento de los insectos abre la oportunidad del encuentro de sucesivas generaciones a un vigor todavía desconocido para los propios elementos. Esta vigorización puede, por supuesto, ser excesiva. Pero así no se entendería porque todas las especies se desarrollan fuera de toda proporción. Marcel Proust-A la Sombra de las muchachas en flor Los homenajes podrían ser engañosos. El tono, el pathos del homenaje siempre puede ser malentendido o signado como mala fe. Decir que hay un tono cuantitativo, es decir, también, que hay un tono apocalíptico. Una línea que se extiende por miles de años de escatología y que en nuestra escena contemporanea cristaliza en dos figuras, equivalentes en valor operativo a nuestro entender: Jacques Derrida y Marcelo Topuzian. Poco importa si el apocalipsis es de la filosofía o de los estudios literarios, hoy es el apocalipsis de nuestras nuevas curiosidades. Podríamos hacer una lectura sintomática del estado de nuestros estudios literarios (y de las humanidades en general) analizando la producción referida a las nacientes humanidades digitales. Lo que abundan son aproximaciones instrumentales a las nuevas tecnologías digitales que invaden cada aspecto de nuestra vida, demostrando una grave resistencia a la teoría. De lo que se trata es de una relación extrañada entre el objeto de las humanidades y la técnica con