Prefacio a la versión en español (original) (raw)

2019, El ABC de una paz olvidada

Prólogo a la primera edición en castellano La definición y construcción de un nuevo orden mundial es una de las características más sobresalientes del siglo XX. A comienzos de siglo, se puso a prueba el orden internacional que había resultado del Congreso de Viena de 1814-1815. Para finales del siglo XIX, Estados Unidos ya había surgido como un nuevo actor, fijado su posición de poder en el horizonte internacional, y contribuido a construir un nuevo orden continental y subcontinental en América. La Conferencia de Niagara Falls de 1914 anticipa los procesos que tendrán lugar en Versalles al finalizar la Gran Guerra cinco años más tarde. Los hechos que transcurrieron en la frontera entre Canadá y Estados Unidos son una ventana al nacimiento de las relaciones internacionales y el derecho internacional del siglo XX, y del orden internacional contemporáneo. Michael Small sintetiza los hechos que dieron lugar a la Conferencia de paz de 1914, perfila a cada uno de los actores que la convocaron y participaron en ella, describe el contexto tenso en medio del cual se dio la mediación, y elabora en detalle sobre la misma. Su cuidadosa tarea le permite al lector acceder al proceso de construcción de un sistema internacional que identifica a la paz como el valor fundamental del mismo, en su etapa inicial. Los participantes en la Conferencia afianzaron los principios que el Convenio de La Haya afirmó en lo referente a la construcción de acuerdos negociados, la necesidad de acción internacional para resolver conflictos armados internos, y el imperativo de construir un marco de cooperación institucional para evitar conflictos futuros. En el evento descrito por Small podemos identificar tres importantes ejes temáticos: la hegemonía norteamericana, el Sistema Interamericano, y la frontera entre lo internacional y lo nacional en las relaciones exteriores. Primeramente, la Conferencia de 1914 hace manifiesta la posición de Estados Unidos como Estado dominante en asuntos de política exterior a nivel regional durante el siglo XX. Para 1914, la afectación de intereses económicos y geopolíticos estadounidenses, orientados hacia Asia en el costado del océano Pacífico y afianzados en el Atlántico gracias a su control del Caribe se habían convertido en un asunto altamente sensible en su política exterior. En 1904, el presidente Theodore Roosevelt pronunció en un discurso lo que se convertiría en corolario a la Doctrina Monroe de 1823 y serviría de trasfondo para la intervención directa de los EE. UU. en Cuba, México, y Centroamérica. En el caso de México, los EE. UU. adoptan dos posturas, una que puede ser caracterizada de manera general como realista y otra institucional frente a la coyuntura política