El patrimonio cultural en México, un recurso estratégico para el desarrollo (original) (raw)

El Patrimonio, un compromiso ineludible para México y los mexicanos, que desconocemos pero exigimos, que gozamos y destruimos. Al comenzar un análisis de la problemática que nos aqueja en este rubro, de vital importancia para el país, como territorio soberano e independiente para la región, con necesidades y compromisos ineludibles para la Nación, con obligaciones y derechos para el individuo, con el derecho a gozar y disfrutar con responsabilidad para el mundo; con la necesidad de organizar a todos los niveles, pero sobretodo, desde organismos internacionales, la salvaguarda -a través de métodos diversos- de los tesoros naturales, mundiales y culturales que se encuentran en la superficie de la tierra. Así de amplio y complejo es el problema. La perspectiva que nos presenta el autor CARLOS LARA, nos ofrece un panorama claro y aterrador, urgente y tardío, pero sobre todo bélico. El conformar y difundir marcos de discusión sobre el Patrimonio, significa primero que nada, entender y comprender que es y cómo se compone -etimológicamente hablando el Patrimonio. Se genera de Pater (padre) y Monium (matrimonio); son bienes heredados de ascendientes, por lo que en la medida del compromiso histórico y el respeto a futuras generaciones, la humanidad, debemos de cuidar, conservar, y proteger. El autor nos acerca a situaciones legislativas (nacionales e internacionales) que ejemplifican el esfuerzo y lucha, que organizaciones locales, regionales e internacionales plantean desde plataformas diversas ante el embate avasallador de la cuarta religión: el consumismo. El debate socio/ económico de la viabilidad de necesidades -reales o ficticias-, de principios éticos y morales, de las consecuencias de estos sistemas, serían tema fundamental para el entendimiento de valores de esta sociedad globalizada y globalizadora. Ya el autor menciona las puntuales aportaciones del sociólogo GARCÍA CANCLINI y DE SALGERO en los beneficios y desventajas que conllevan tales acciones globalizadoras, dando pie a una investigación y análisis más profundo sobre el tema socio/económico. Por ahora la investigación realizada por CARLOS LARA, nos sumerge y acota a un marco jurídico incompleto, pero perfectible, a casos particulares (no del todo exactos por su subjetividad) del caso mexicano que se apoya y contradice en la misma ley, e igualmente en las recomendaciones de los organismos internacionales. Podríamos hacer un estudio completo de cuáles son los cuestionamientos substantivos en un debate de protección ambiental, de preservación y conservación tangible o intangible del patrimonio, pero no llegaríamos a conclusiones viables, sino anteponemos preguntas como ¿a quién beneficia toda esta epistolar legislación sobre el Patrimonio? La respuesta, -adoptada al vocablo globalize (global)- sería: al ser humano. Ojo, este universo tan amplio «el ser humano», encierra cualquier cantidad de matices e intereses, desde el más mezquino e injusto, hasta el más loable y democrático. ¿Qué hacer para satisfacer a universos e intereses tan opuestos? La respuesta no la tenemos, llevamos miles de años de experiencia y sistemas socioeconómicos de ideologías, colores y tendencias diversos, y aunque podemos jactarnos de ciertos avances y equilibrios, la humanidad no ha podido darle gusto y satisfacer las diversas demandas y necesidades que se plantean. La voracidad de intereses económicos disfrazados de compromisos culturales, la descarada exigencia de los derechos y libertades sin compromisos y responsabilidades de organismos y asociaciones, la falta de intereses justos, politizan las acciones legales por parte del Estado, conllevan a obtener al final de este claro estudio, la necesidad de exigir un Estado de Derecho, inaplazable para poder combatir esta voracidad, libertades malentendidas, este conformismo politizado de carácter partidista, y al fin, beneficiar a las comunidades que lo crearon, sin importar nacionalismos, proteger sitios y entornos naturales sin beneficios individuales, conservar los beneficios artísticos mundiales, para estudio y deleite de nuevas generaciones sin buscar vencidos y vencedores. Bien comienza el estudio que nos ocupa con la cita de CLIFFORD GEERTZ «Si no tenemos las respuestas, discutamos las preguntas». El autor nos presenta una estructura académico jurista, en la cual las aportaciones de especialistas en los dos campos, defienden y argumentan sus posturas; cabe destacar las aportaciones del maestro FLORESCANO, sus clasificaciones y análisis, que convergen en propuestas amplias e incluyentes, no sólo en la clasificación nacionalista, sino las estructuras temporales; la aportación de ANTONIO MACHUCA sobre el movimiento permanente de la cultura, su producción y manifestaciones. Sin embargo la postura responsable y adelantada que presentaba el Estado Mexicano como Nación incipiente e independiente desde 1897, en materia de «protección cultural» y a pesar de la clasificación «antigüedades mexicanas», -siendo poco claro el concepto-, existía ya entonces una proyección jurídica que serviría de base para la conformación de un marco jurídico posterior. Este compromiso del Estado Mexicano por proteger «nuestro» Patrimonio e indirectamente el de la humanidad, ha presentado fallas irreversibles, críticas feroces, pero sobretodo adolece de la misma enfermedad que al resto de las leyes en nuestro país: la falta del Estado de Derecho. CARLOS LARA nos permite profundizar en un campo vital, pero poco conocido, en un tema imprescindible en la historia moderna, pero descuidado jurídicamente, en un tesoro natural que obtuvimos gratuitamente y el cual hemos destruido, no seamos cómplices de esta enorme contradicción y cobremos conciencia todos de este suicidio colectivo que ejercemos a diario irresponsablemente. Este libro nos permite conocer la atmósfera sobre la legislación cultural, pero principalmente, nos permite dar el primer paso responsable, conocer y comprender para poder contestar algunas de las respuestas responsablemente. WALTHER BOELSTERLY Director del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del INBA