REFLEJOS DE EGIPTO REFLECTIONS OF EGYPT (original) (raw)

2017, Reflejos de Egipto. La coleccion de cerámica fatimí del Museo de la Alhambra/Reflections of Egypt. The Fatimid Ceramics Collection of the Alhambra Museum

El arte de la cerámica china, ejerció una notable influencia sobre la forma y el estilo decorativo empleado en cada uno de los países del islam después del siglo VIII. Sin embargo, en cuanto a la técnica de reflejo dorado, no se tienen otras evidencias más que a una creación musulmana. Lo interesante es que dentro del mundo de la cerámica, nos encontramos con una de las más bellas creaciones: la cerámica dorada, cuya aparición no será casual, sino un proceso evolutivo que lleva a tener un gran dominio técnico. En la mezquita de Qayrawān (Túnez) se encuentran decorando la fachada del miḥrāb 139 azulejos de reflejo dorado, los más antiguos con datación conocida. Ibrāhim ibn al-Aglabí (856-863), ordenó llevar desde Bagdad a Qayrawān los azulejos, según nos cuenta Abū Bakr c Atīq ibn jalīf Taŷabi (+ 1031). Estilísticamente, estas piezas muestran una dependencia de lo mesopotámico, tanto en formas como en decoración. El profesor Sarre, nos indica que Sāmarrā, ciudad fundada por el califa al-Mu'taṣin en el 838, para sustituir como capital a Bagdad, es abandonada por la corte en el 883. En sus excavaciones aparece gran cantidad de esta cerámica que muestra el grado de desarrollo en el siglo IX. No obstante, se piensa que estos fragmentos fueran traídos de Baṣra o Bagdad, viniendo esto a corroborar, por otra parte, lo que la tradición dice acerca de los azulejos de la mezquita de Qayravān: "... fueron llevados desde Bagdad por un alfarero..." La gran cantidad de hallazgos cerámicos encontrados en Fusṭāt hizo pensar también en el origen egipcio de esta cerámica. Balbina Martínez Caviró apunta un dato muy importante sobre ello. La rebelión de los esclavos en el sur de Mesopotamia, entre el 869 y el 883, provocó la destrucción de Baṣra. Posiblemente entonces, sus alfareros emigraron a Egipto, llevando consigo los secretos de fabricación de la cerámica de reflejo metálico continuando su producción con una alta calidad técnica. Egipto fue el centro desde donde se difundió por todo el Cercano Oriente el arte de la cerámica dorada. Será el inicio de esta técnica que tendrá tanta importancia a lo largo de los siglos y germen de la cerámica dorada nazarí que podemos disfrutar en esta sala del Museo y en las anteriores de la Exposición Permanente, en las que vemos una selección de piezas nazaríes con decoración blanca, azul y dorada, y las piezas excepcionales de Jarrones de la Alhambra. Las piezas que aquí presentamos proceden en su totalidad de Egipto y son ejemplo del origen de esta técnica y su desarrollo y riqueza decorativa. Técnica En un primer momento, es imprescindible el uso de arcillas decantadas y depuradas hasta poder obtener una masa muy fina que permita un modelaje a torno; después las piezas se dejan al aire para que se oreen, pasando seguidamente al horno, donde tienen su primera cochura a la temperatura de unos 800º, donde la atmósfera debe estar limpia de impurezas. A esta primera cochura se le da el nombre de juaguetear. Como resultado, obtendremos los ejemplares con su forma definitiva, pero con las superficies porosas. El segundo paso consiste en darle una capa impermeable blanca para tapar el color del barro, siendo dos los procedimientos empleados para ello, según apunta Manuel Gómez-Moreno: 1º En un primer momento la pieza se bañaba en una engalba o engobe, pero con un resultado sin brillo y deleznable. Pero lo definitivo fue aplicarles una capa vidriada, compuesta de sulfuro de plomo y combinada con sal común y arena silícea. Este baño, de por sí transparente sobrepuesto a la engalba, ocultaba el color del barro, daba a las piezas firmeza y brillo. 2º El segundo procedimiento es exclusivamente oriental y consiste en darle a las piezas una capa impermeable por medio de la inmersión en un líquido formado por una mezcla de sales de estaño y plomo, con sílice y galena como fundentes, que, a través de la resistencia que opone al vitrificarse el óxido de estaño mezclado con el sulfuro de plomo, le da opacidad, blancura y mayor dureza, pasando posteriormente al horno de donde saldrán esmaltadas. Este procedimiento constituyó una de las grandes novedades que presenta la cerámica musulmana del siglo IX, sustituyendo con ventaja a las engalbas. Una vez finalizada esta operación, se procede a la decoración, la cual conlleva la aplicación del dorado, que se adapta tanto a la loza blanca estannífera como a la plomosa con engalba, y se obtiene por una mezcla de cobre, hierro y plata sulfurados que se depositan en las piezas mediante una pluma de ave como pincel. Posteriormente pasan al horno, ahora con una temperatura de unos 500º a 600º; en esta fase el horno ha de alimentarse con leña de plantas aromáticas como el romero, retama..., que, al quemarse, desprenden gran cantidad de humo. El horno al tener casi cerrados los tiros, produce una escasez de oxígeno, por lo que el fuego reduce los óxidos metálicos, logrando con ello la fijación del dorado en una capa superficial muy fina. Este dorado puede presentarse con distintas tonalidades: desde un dorado oliváceo, cobrizo o color marrón. El dorado, que tiene por base el esmalte estannífero, debe llevar entre sus componentes plata, mientras que para conseguir el color purpura es necesario el cobre y hierro. En ocasiones, esas distintas tonalidades pueden ser originadas por la composición de los distintos elementos de su elaboración, sino por los efectos con el contacto con la tierra. El uso de las diferentes tonalidades también aporta datos interesantes: 1 El dorado policromo, desarrollado a lo largo de los tres primeros tercios del siglo IX, aparece usado con temas fundamentalmente geométricos y vegetales, con punteados, temas lineales de simples rayados, líneas en zigzag , etc., que rellenan toda la superficie. 2 El dorado monocromo, aparece a partir del último cuarto del siglo IX en adelante. Procedente de este momento hay piezas con una decoración figuración humana y de animales de forma muy esquemática, en el que los rasgos faciales se representan con líneas identificativas de cada uno de los elementos de la cara de forma muy simplista. El fondo restante de la pieza cerámica perfila las figuras con temas irregulares rellenos con punteados, rayitas….. En algún ejemplar la decoración dorada muestras acabados esgrafiados sobre el dorado mostrando una delicadeza y acabado muy cuidado (R5315)