Pedro Pascual Uhagon Olea (original) (raw)
El siglo XIX de Euskal Herria es un siglo pleno de acontecimientos convulsos. Todas las fuerzas y agentes sociales se activan al unísono y se predestinan a una colisión como consecuencia del deseo de prevalencia de unos y el ansia de progreso de otros. El modelo de sociedad del Antiguo Régimen se hallaba en un callejón sin salida. La sociedad estamental y la economía de base señorial fenecían en su propia extenuación. Este proceso se vio acelerado por el empuje de la burguesía liberal, que consiguió transformarse en la clase hegemónica capaz de aglutinar en un mismo frente y en la lucha por la culminación de un ideario de libertad, a las clases urbanas y un importante sector del campesinado. Julián de Egaña y San Sebastián. En todo este complejo contexto, destaca con luz propia una figura intelectual y política como la de Julián de Egaña. Nuestro personaje nace en Tolosa en el año 1786 y desarrollará sus capacidades intelectuales y profesionales en la ciudad de San Sebastián; una ciudad que al igual que las ciudades de la Edad Media hacían libres a los hombres (según el dicho que algunos atribuyen a Hegel), la ciudad de San Sebastián hacía liberales a sus habitantes. Julián de Egaña vivirá inmerso en este ambiente eminentemente liberal y, por ende, en una dinámica económica, social, política y cultural, muy distinta, e incluso opuesta, a la realidad socio-política del resto de la Provincia y de la que él, en cierta manera, era heredero ya que formó parte de la línea de transmisión del pensamiento que sobre la foralidad y la historia de las Provincias Vascas se va fraguando a lo largo del siglo XVII, a través de la labor profesional e intelectual de su abuelo, Domingo Ignacio de Egaña, y su padre, Bernabé Antonio Egaña.