Desarrollo psicológico y educación 2. Psicología de la educación (original) (raw)

Desarrollo psicológico y educación 1. Psicología Evolutiva

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PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y DE LA EDUCACIÓN

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier procedimiento, incluyendo la reprografía y el tratamiento informático sin la autorización de CEDE. 10. PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y DE LA EDUCACIÓN 3 CEDE -C/ Cartagena, 129 -28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © CEDE -www.pir.es PRESENTACIÓN El Área de Psicología Evolutiva genera unas 17 preguntas aproximadamente por convocatoria (ver gráfica). En el examen, las preguntas que se incluyen de este área son de dos tipos principalmente: a) Relacionar autores clave de la Psicología del Desarrollo con características generales de su modelo. b) Conocer los principales hitos del desarrollo humano, así como su edad de aparición. La estructura de este Manual es la siguiente: un primer tema introductorio que hace un repaso general a los modelos teóricos evolutivos más importantes y después una serie de temas que recorren las características de los diferentes periodos del desarrollo humano (primera infancia, segunda infancia, adolescencia, edad adulta y vejez). Hemos utilizado como criterio para esta división del desarrollo las edades aproximativas a las etapas propuestas en el modelo de Piaget y sus seguidores (Sensoriomotor, Operaciones Concretas, Operaciones Formales, y Posformal). Finalmente, el material se completa con dos temas sobre Psicología de la Educación: el primero en relación con los modelos teóricos y el segundo acerca de los factores más relevantes en el proceso educativo. Madrid © CEDE -www.pir.es Tel.: 91 564 42 94 − La introducción de los test mentales. Alfred Binet y Théodore Simon (1872-1961) publican su test de inteligencia (1905) que tendrá una enorme repercusión en trabajos posteriores. La idea de Binet era elaborar un instrumento que permitiera conocer el nivel de cada niño para que pudiera seguir la enseñanza con éxito.

Desarrollo psicológico y procesos educativos

Del desarrollo necesario al desarrollo mediado • La reflexión sobre las relaciones entre el desarrollo psicológico y la educación debe iniciarse retomando la discusión del capítulo 1 en torno a la distinción entre lo abierto y la cerrado en el código genético. Si quien esto lee recuerda el sentido de lo que allí se escribió sobre estos temas, estará de acuerdo en que el papel de la educación vendrá en gran parte determinado por el grado de apertura del código genético. Veámoslo por la vía negativa: si en una determinada especie la mayor parte de los comportamientos individuales aparecen desde el principio genéticamcnte programados (como fruto de la evolución de esa especie), de manera tal que el aprendizaje cumpla un papel mínimo, el comportamiento de los miembros de esa especie será bastante insensible a los efectos de la experiencia; o será sensible sólo para permitir aquellas pocas adaptaciones al entorno que sean imprescindibles para sobrevivir. Diremos entonces que el desarrollo de esa especie está fuertemente canalizado y podremos predecir con muy poco margen de error cuál será el comportamiento de cada uno de sus miembros en diferentes circunstancias. Estos comportamientos que están así programados pueden ser muy simples o muy complejos. De esta forma, ocurre que el comportamiento de las moscas es mucho menos complejo que el de las abejas, que dominan unas destrezas de comúnicación a través de la forma y el sentido del vuelo, unas técnicas de obtención de alimento, unas habilidades en la construcción de celdillas, y una complejidad en la organización de su vida colectiva, que son muy superiores a las habilidades o destrezas de las moscas corrientes. Más simple o más complejo, sin embargo, el desarrollo y el comportamiento de las moscas y abejas están rigurosamente prefijados en el código genético que de la evolución de la especie respectiva le llega a cada uno de los individuos que la componen. A medida que aumenta la complejidad de las especies (y tal complejidad encuentra reflejo en el desarrollo cerebral) podemos observar cómo se va atenuando la rigidez de la herencia, lo que se manifiesta por la mayor apertura al aprendizaje. Según ascendemos en la escala animal, en efecto, la plasticidad gana sitio a lo estereotipado. Cuanto más complejo sea un organismo, menos podemos predecir a priori su comportamiento, al contrario de lo que ocurre con los organismos simples. Lo mismo sucede con el desarrollo: muy predecible en los organismos simples, resulta mucho menos previsible en los organismos complejos. Con la complejidad del sistema nervioso se atenúa el rigor de la herencia y, en consecuencia, aumenta la plasticidad del comportamiento y del desarrollo, es decir, aumentan el papel y la importancia de los procesos de aprendizaje. En la especie humana, con un nivel considerable de desarrollo cerebral, la plasticidad y la capacidad de adaptación al medio son las características más sobresalientes del comportamiento y del desarrollo. Pero no sólo nuestro código genético presenta un mayor grado de apertura con relación al de otras especies animales, sino que además Los humanos somos la única especie conocida capaz de generar una cultura y de transmitirla a las generaciones posteriores. Con ser importante, la diferencia esencial entre el comportamiento y el desarrollo de los miembros de la especie humana, y el comportamiento y el desarrollo de otras especies animales, no reside únicamente en la mayor apertura al aprendizaje de los primeros. Lo que diferencia verdaderamente a unos de otros es que, en el caso de los humanos, esta capacidad de aprendizaje trasciende a los miembros individuales de la especie, de tal manera que los aprendizajes realizados por una determinada generación pueden transmitirse a las siguientes debidamente organizados bajo un formato cultural. De este modo, el comportamiento y el desarrollo de los seres humanos no sólo se caracterizan por la mayor apertura al aprendizaje que les posibilita su código genético, sino por el hecho de que esta capacidad se inscribe en un marco social y cultural adquiriendo así un cierto carácter acumulativo. Junto a la herencia biológica, cabe entonces hablar de una herencia cultural como factor condicionante del comportamiento y del desarrollo