Participación política de las mujeres en Cuba: Normas de género, representación y violencia política en el imaginario social de las mujeres de Cuba: 2019 (original) (raw)
1. Introducción Según las estadísticas oficiales, Cuba ha hecho grandes avances en igualdad de género (Stephens, 2013). Es el segundo país con la mayor cantidad de mujeres en la Asamblea Nacional del Poder Popular (53.2%), tiene uno de los mayores porcentajes de mujeres con educación superior y están bien representadas en campos profesionales como profesoras, médicas, economistas, entre otros. Sin embargo, a pesar de los cambios que se produjeron oficialmente después de la revolución cubana de 1959 con respecto al género, la cultura patriarcal se mantiene preponderante; pues aún se espera que las mujeres se hagan cargo de las obligaciones domésticas y de cuidado, incluso si tienen un trabajo de tiempo completo (Hernández-Truyol, 2017). Además, las mujeres empleadas en Cuba no tienen posiciones de poder, ni políticas ni monetarias. En efecto, las profesiones que generalmente son sinónimo de riqueza y poder no producen la misma recompensa económica, pues las doctoras y profesoras, entre otras, son técnicamente empleadas por el Estado y, por lo tanto, ganan un salario alrededor de USD 50 por mes. A diferencia de lo que afirma el gobierno, la igualdad de género está muy lejos de ser una realidad (AAUW, 2011; Grogg, 2014, 2015; Rose, 2015). La mayoría de las cubanas no creen que el sexismo exista porque crecieron oyendo que fue erradicado por la revolución. Existe una fuerte y sistemática propaganda social y control de medios e información que distorsiona significativamente las percepciones sobre la realidad y que es reforzada con encuestas oficiales que reafirma lo propagado. Por ejemplo, en la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (2016), el 89,4% de las personas considera que en Cuba se aplican las leyes que las protegen, y el 89,2% opina que existen políticas y acciones específicas a favor de ellas. Sin embargo, esto no se condice con la realidad. Aún hay altos niveles de acoso sexual callejero (Oxfam, 2018), y ante los casos de violencia doméstica, la policia no sabe cómo intervenir. Esto es así porque en Cuba no existe una ley especial de violencia de género, lo que hace muy dificil promover la prevención, reconocer la violencia, registrarla o atenderla.