Recensión de "La constitución económica de 1978", de Ubaldo Nieto (original) (raw)

2020, Revista de Derecho Mercantil

Es un lugar común y tradicional el comenzar la asignatura de derecho constitucional afirmando que la norma fundamental consta principalmente de dos partes desde la que puede ser analizada, la dogmática y la orgánica. Sin embargo, suele olvidarse que la efectividad de los derechos como fundamento del orden político que estructura los poderes públicos depende, en gran medida, de la articulación de una tercera parte, la económica, que está dotada de principios y elementos diferenciados. En el caso español ha existido una prolongada desidia en el estudio de lo que la dogmática alemana comenzó a llamar en el periodo de entreguerras como "constitución económica", y desde los primeros trabajos de Óscar de Juan y Bassols Coma nadie había intentado actualizar un análisis integral de todos los preceptos que, en nuestra ley de leyes, están destinados a regular el sistema económico que el constituyente pretendió. Esta es la principal virtud del libro que aquí reseñamos, obra del notario y doctor en Derecho Ubaldo Nieto Carol, que constituye un renovado resumen del conjunto de aquellos preceptos y de los principios que los vertebran en la Constitución de 1978. La obra se divide en seis partes, en las que se van analizando progresivamente las disposiciones constitucionales atinentes al constitucionalismo económico en la historia española, los derechos que sobre la temática ha desplegado nuestra Carta Magna, los principios rectores de la política económica y los mecanismos de intervención estatal, y el siempre polémico y complejo principio de unidad de mercado. Nieto Carol nos recuerda que la constitución económica del 78 es hija de su tiempo y del paradigma del Estado social, en el que éste articula una serie de instrumentos potestativos de intervención que deben respetar, en todo caso, el marco general de una economía de libre competencia (art. 38) y el derecho a la propiedad privada (art. 33). La Constitución ofrece un abanico de posibilidades a los poderes constituidos para modular sus políticas económicas, pero siempre dentro del marco general de un sistema capitalista así sancionado por la normatividad del texto y reforzado, en sus elementos más liberales, por la incorporación de