Reseña de Vicente Huidobro o el atentado celeste (original) (raw)
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Bibliografía sobre Vicente Huidobro
Huidobro Homenaje 1893 1993 1995 Isbn 84 88301 04 9 Pags 183 197, 1995
* Como se podrá observar, la mayor parte de los estudios sobre la obra de Vicente Huidobro giran en torno a un número bastante limitado de temas. La presente bibliografía pretende recoger libros y artículos que ofrecen algún interés, por su novedad o enfoque. Salvo alguna excepción; no hemos incluido los manuales, historias o referencias en panoramas generales.
Vicente Huidobro, las lágrimas del arco iris
1990
Vicente Huidobro, las lágrimas del arcoiris rl..) pero en /0 infamia dc aquel/os ojos huí una hin grave, (0/11<) sí ¡u ochos rijos enterrados JfliJtI1'ttfl /2/5" ('1/OS 11)6/a lid. »
Vicente Huidobro o la voluntad inaugural
Revista Iberoamericana, 1979
Conmueve leer las lineas de Nebrija, escritas en 1492, sobre las futuras diversidades y mudanzas de la lengua espafiola, porque esas lineas estan formuladas en una lengua que casi quinientos afios despues la sentimos en efecto mudada y diversa. Nebrija, sin saberlo, ahora predica con el ejemplo 1. Una situaci6n semejante, aunque invertida, surge del soneto de Quevedo <. Fue 1 Vease Antonio de Lebrija [o Nebrija], <Pr6logo , en Gramdtica castellana, reproduction phototypique de l'6dition princeps (1492) (Halle: Max Niemeyer, 1919).
Vicente Huidobro y los límites de la novela
Anales De Literatura Hispanoamericana, 1997
La elección del sustantivo «limites» en el titulo precedente, tiene un marcado carácter irónico porque, a nuestro modo de ver, para Huidobro, según se desprende de su práctica novelística, la novela no posee límites y, por ello, las novelas de Huidobro, desprecian y parodian las normas del género narrativo, entendido en su formulación tradicional, dentro del más depurado criterio de la vanguardia, que desde cualquier manifestación artística destmirá con gozo tanto la imagen tradicional del mundo como la mirada tradicional, mimética o perspectivista sobre el mismo mundo Por otro lado, Huidobro fue un convencido y gran poeta y un estricto teórico de la poesía, despreocupado por la definición de la novela como género narrativo tradicional, por lo que es posible suponer que esa modalidad de lo literario, entendida de manera rígida y limitada, no le interesaba en absoluto, o le interesaba únicamente por la materia que, indefectiblemente, la constituye, es decir, el sustrato verbal, la palabra, mediante el que es posible la creación de universos no preexistentes 2
Vicente Huidobro: del reino mecánico al Apocalipsis
Revista Iberoamericana, 1994
Desde sus inicios creacionistas, el pensamiento literario de Huidobro se fue moviendo entre dos polos: el Genesis y el Apocalipsis; la gestaci6n de un mundo mediante la palabra y la postrera aniquilaci6n de ese mundo. "La poesia-dice Huidobro-estA antes del principio del hombre y despuds del fin del hombre. Ella es el lenguaje del Paraiso y el lenguaje del Juicio Final" (716).' "Ecuatorial" se abre en uno de sus extremos con un discurso adanico, fundacional: "Era el tiempo en que se abrieron mis pirpados sin alas I y empece a cantar sobre las lejanias desatadas", y se cierra en el otro con los sones del "clarin aun fresco que anuncia / el Fin del Universo". Algo semejante, aunque a otro nivel, sucede en Altazor. El poema se inaugura en el "Prefacio" con el nacimiento del hdroe y de su entomo recidn creado: "Naci a los 33 aflos el dia de la muerte de Cristo", y culmina en el Canto VII con el colapso de Altazor y el estallido del mundo verbal que lo circunda. El aspecto "adanico", al que ya me he referido en mi articulo "Vicente Huidobro o la voluntad inaugural", puede ilustrarse con el simple expediente de recurrir al nicleo de la teoria creacionista, sintetizada en esta declaracidn suya: "La poesia es el vocablo virgen de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recidn nacida. Ella se desarrolla en el alba primera del mundo" (716). Como contrapartida, Temblor de cielo contiene una de las visiones ma1s apocalipticas que existen en Ia poesia de Huidobro: Al mismo instante hubo en el cielo un espantoso terremoto. Se romplan las estrellas en mil pedazos, se incendiaban los planetas, volaban trozos de lunas, saltaban carbones encendidos de los volcanes de otros astros y venlan a veces a clavarse chirriando en los ojos desorbitados de los hombres. La muchedumbre hula despavorida. Unos se escondlan pidiendo auxilio bajo ia tierra, otros cafan de rodillas golpeaindose el pecho y clamando perd~n con los brazos levantados al firmamento (446). ' Las citas de Huidobro, tanto en prosa como en verso, provienen de: Obras completas de Vicente Huidobro I, pr~logo de Hugo Montes (Santiago: Andrds Bello, 1976). S6Io las citas de la novela La prdxima proceden del tomo H. Indico las piginas en medio de parC.ntesis. OSCAR HAHN instinto. Enriquecido por los siglos y poseedor de todos los secretos, ei hombre emprenderi un viaje circular a los origenes; una vuelta en espiral al punto de partida, para recomenzar 6l mismo, con sus propias manos, la fundacibn del orbe. "Sera el periodo de la creacibn artificial despuds del periodo de la creacion natural", dice el poeta. "Y despuds sera el fin del mundo" (309). En el pensamiento de Huidobro, aunque finjan ir hacia el Genesis, todos los caminos conducen al Apocalipsis.
Poemas aéreos, poemas atados a la tierra: algunos apuntes sobre Vicente Huidobro
2011
• • • Resumen Tal vez la más conocida de las guerras del poeta chileno Vicente Huidobro-autor de Altazor-fue la que adelantó contra la anécdota y la descripción que durante siglos mantuvieron "el poema atado a la tierra". En esa lucha, el autor no dudó en lanzarse, sin ataduras, contra la tierra, es decir, contra la tradición de su propio lenguaje. Nunca fue tan apropiado hablar de "caída libre", pues Huidobro, en su personalísima búsqueda terminó atravesando espacios y tiempos y hallando sentidos en el caos. Como lo señala Octavio Paz, "las palabras pierden su peso significativo y se vuelven, más que signos, huellas de una catástrofe estelar".
Apocalipsis y exotismo colonial:: sobre Vicente Huidobro
INTI: Revista de literatura hispánica , 2017
En 1930, mientras pasaba una breve temporada "al pie de los Alpes italianos", en compañía de su amigo Roberto Suárez, Cónsul en Milán, Vicente Huidobro concibe el proyecto de escribir su novela La próxima, subtitulada "(Historia que pasó en poco tiempo después)". El título alude a la posibilidad de una "próxima guerra" (1996, 20), como afirma el mismo Huidobro: "me parece imposible que el régimen capitalista encuentre otra solución a sus conflictos que una guerra" (Ibid). Tras el escenario europeo de esta solución final se asoma otra escena, de redención, ubicada en África, y que definirá el tono utópico de la obra. Se nos cuenta entonces la aventura de unos "expedicionarios" europeos, dirigidos por Alfredo Roc, en la fundación de una colonia "privada" en Angola. La advertencia de la palabra apocalíptica será compensada con la palabra salvadora de Roc, personificación del líder colonial, del filántropo millonario que recorre el mundo en búsqueda de capitales para invertir en la colonia. Tanto para la escena de apocalipsis, de catástrofe del "mundo civilizado" (Id. 22), como para la de salvación, de huida hacia África, la elección de Huidobro del modo narrativo queda definida en el subtítulo de la novela. Allí se pacta la adscripción institucional del texto. Huidobro sólo puede hablar en los términos de la ciencia ficción, 1 de una historia que ya pasó en el futuro, hablar de esa historia desde el norte de Italia para explicar, por un lado, una distopía, la anticipación de una catástrofe (guerra, cataclismo mundial) y, por otro, la proyección de unas utopías que nacen en Angola y en Rusia. Enrique Lihn, en un texto polémico publicado a mediados de los años setenta, evaluaba así el final de esta novela de Huidobro:
Análisis de El espejo de agua de Huidobro
2003
Vicente Huidobro nace en Santiago en 1893 y muere en Cartagena en 1948. Creador y exponente del creacionismo, es considerado uno de los cuatro grandes de la poesía chilena junto con Parra, Neruda y De Rokha.