La música en la pantalla, editado por Teresa Fraile y Beatriz de las Heras (original) (raw)

Calderón escribió dos obras teatrales sobre el tema de la Sibila, la comedia La sibila del Oriente y gran reina de Sabá, que posteriormente reelaboró como auto sacramental con el título El árbol del mejor fruto, en el que se mantiene la historia principal pero se cambian o eliminan personajes secundarios y algunos elementos de la narración. Como es habitual en el teatro español, los personajes principales, tanto en la comedia como en el auto, no cantan, debido a la organización de las compañías teatrales, en las que las actrices cantantes rara vez solían ocupar los puestos de primera o segunda dama, mientras que los únicos hombres que solían tener habilidades canoras eran los graciosos, rara vez los galanes. La música ocupa una proporción muy reducida de los versos de la comedia, lo que no significa que tenga poca importancia, ya que se utiliza para articular y diferenciar puntos clave de la trama con funciones habituales en el teatro aurisecular: intervenciones sobrenaturales, coros festivos o caracterización de personajes y situaciones escénicas. La música conservada en el Manuscrito Novena coincide a grandes rasgos con las indicaciones de la comedia, pero incluye sendos coros al principio y final que no aparecen en la versión textual. La mayoría de los números están escritos para un coro de tres tiples y un bajete, la plantilla habitual en la música teatral debido al predominio de mujeres en la escena española, pero también tenemos dos pasajes monódicos con acompañamiento, cantados por una Visión sobrenatural, uno de ellos en estilo recitativo. El estilo musical es sencillo con el fin de facilitar la correcta expresión y articulación de los versos. En líneas generales los rasgos musicales corresponden al estilo característico del siglo XVII que pervivió durante las dos primeras décadas de la centuria siguiente, pero algunos rasgos más modernos sugieren que pudo haber sido compuesta, al menos en parte, a principios del XVIII. La música tiene un papel más elaborado en el auto sacramental, pero tiene pocas coincidencias con el Manuscrito Novena, lo que hace mucho más difícil analizar en detalle sus características y función. Por un lado, varios de los pasajes con participación musical son mucho más extensos, mientras que, por el otro, hay varios estribillos que se repiten a lo largo de escenas habladas para dar mayor unidad, alguno de los cuales no aparece en la comedia. Además, el auto reserva para su conclusión la octava real que en la comedia se canta en la primera y segunda jornadas.