2024 - Pensar el virus (original) (raw)

El presente está relacionado de maneras múltiples con un tema central para la filosofía, la filosofía del lenguaje, y la semiótica, es decir, lo falso. Percibir el presente, aprehenderlo, conceptualizarlo e interpretarlo significa cultivar sus fronteras. Se trata de límites de varios tipos, pero dos son filosóficamente fundamentales. Primero, la frontera ontológica: hay que separar el presente de lo que ya no es — o sea el pasado — y de lo que aun no es — o sea el futuro. Segundo, la frontera gnoseológica: hay que separar el presente de la alucinación traumática — o sea, su invasión por supuestas imágenes del pasado — y de la alucinación maniática — o sea, su invasión por supuestas imágenes del futuro. Vivir el presente de manera semióticamente razonable implica, entonces, defender sus confines de lo que no es en relación al sujeto — ontológicamente y gnoseológicamente — rechazando lo falso. El pasado que invade el presente — por ejemplo, en la alucinación debida al trauma — conlleva una falsa percepción de lo que es y, por lo tanto, un miedo injustificado. Paralelamente, el futuro que invade el presente — por ejemplo, en la alucinación debida a la obsesión — también resulta en una percepción inauténtica del presente y, por consecuente, en un entusiasmo sin fundamento.