Félix Lope de Vega Carpio’s El príncipe inocente, ed. Tania de Miguel Magro y Erin Cowling, Valladolid, Editorial Agilice Digital, 2018, 129 pp. (original) (raw)

Pedro Calderón de la Barca, El príncipe constante, ed. I. Hernando Morata, Universidad de Navarra / Iberoamericana / Vervuert (Biblioteca Áurea Hispánica, 102; Comedias completas de Calderón, 13), Madrid / Frankfurt am Main, 2015, 318 pp. ISBN: 9788484898962

E s notorio el interés despertado por El príncipe constante en lectores, intelectuales y estudiosos. La edición crítica de Isabel Hernando Morata confirma una vez más y con aportaciones novedosas, tras la edición de Joseba Andoni Cuñado Landa (Reichenberger, Kassel, 2014) y de Alfredo Rodríguez López-Vázquez (Cátedra, Madrid, 2017), el alcance de la pieza que Calderón de la Barca confeccionó, cuando no era ni treintañero, entre finales de 1628 y principios de 1629. El trabajo se inserta en la colección Biblioteca Áurea Hispánica, cuya sección «Comedias completas de Calderón» llega, con el presente, a trece volúmenes, editados con esmero por la editorial Iberoamericana / Vervuert. Partiendo de los problemas textuales de la princeps calderoniana, el estudio de Hernando Morata, tras el análisis y el cotejo de las ediciones antiguas, propone como texto base una suelta sin fecha ni lugar, incluida en un volumen falso de la Sexta parte de escogidas (Madrid, 1654). Se trata de un testimonio no considerado hasta ahora, cuya elección está motivada por la presencia de lecturas y versos que en otros se perdieron.

Reseña de Lope de Vega, Los cautivos de Argel, edición, introducción y notas de N. Ohanna, Castalia, Barcelona, 2017, 331 pp. ISBN: 9788497407892

Lope Los cautivos de Argel. Hasta ese momento, en el panorama de los estudios sobre el teatro clásico español no se había dedicado mucha atención a esta peculiar comedia, tan relevante para comprender la dimensión del cautiverio y de las relaciones entre cristianos y musulmanes en la España de los siglos xvi y xvii. Las razones de la relegación de la pieza del Fénix posiblemente haya que buscarlas, según el editor Natalio Ohanna, en el juicio de Emilio Cotarelo y Mori, quien hace una centuria dudó de la autoría lopesca de la obra porque en ella se identificaron demasiadas concordancias con El trato de Argel de Cervantes. Por este motivo, «la sospecha del hurto intelectual», comenta el editor, «ensombrecería desde entonces cualquier tipo de acercamiento crítico al texto, que sí los hubo, aunque escasos y comúnmente desentendidos del material literario, del asunto representado y de los que explícitamente ofrecía como instrumento de indagación histórica» (p. 13). Antes de empezar el análisis introductorio, Ohanna, además de afirmar reconocer al Fénix como autor fiable de la obra, da cuenta del objetivo principal que tuvo en la preparación de la edición: quitarle el polvo del tiempo a la pieza para rescatarla, llevarla a la atención de la comunidad académica y finalmente intentar resaltar su valor, ya que la obra, según Ohanna, «bien merece ingresar en el canon de nuestras letras» (p. 14).

Lope de Vega Carpio, El sembrar en buena tierra, introd. y ed. M. Morrás y X. Tubau, Parte Décima de las Comedias de Lope de Vega, coord. E. Di Pastena, Lérida, Milleniu, 2010, vol. III

Edición dE maría morrás y XaviEr tubau 10. «Vuela el verano; transcurre el otoño, y a mediados de diciembre de aquel año de 1615, como Hernán Sánchez de Vargas, en cuya compañía figura como segunda dama la Loca, se hallara sin comedias nuevas de Lope, porque éste, reñido con él, no quiere dárselas, prefiriendo a otros autores, en la ruda competencia que todos ellos se hacían, válese de una estratagema para vencer la resistencia del gran poeta, pues, conocedor de la influencia preponderante que el Duque tiene sobre su secretario, acude a aquél con el intento de que le ordene que escriba para él. Lope entérase de ello por Alonso Riquelme, su gran amigo, jefe también de una compañía teatral, que viene a contárselo, y ambos acuerdan que éste visite a Sessa y le exponga los particulares del caso...» (González de Amezúa 1990:II, 368-369).