Dialécticas del kitsch: el deseo en la cultura de masas. Favio, Santoro y los usos de la estética peronista (original) (raw)
Oliveras, E. (comp.), Estéticas de lo extremo, Buenos Aires, Emecé, 2013
dialécticas del kitsch: el deseo en la cultura de masas. favio, Santoro y los usos de la estética peronista florencia abadi Guadalupe Lucero a un siglo del surgimiento de la discusión en torno al término kitsch, 1 y luego de las múltiples transformaciones operadas desde entonces en la «industria de lo bello», es posible constatar que el debate estuvo signado de manera sostenida fundamentalmente por oposiciones . Puede sostenerse entonces que el concepto de kitsch es dialéctico, en el sentido que Walter Benjamin le da a este término . este refiere a la tensión entre «extremos» en el interior de un mismo concepto, y se vincula con la noción de ambivalencia (simultaneidad de afecciones de signo opuesto respecto de un mismo objeto) antes que con la de contradicción, de la tradición hegelo-marxiana . 2 entre las oposiciones que han determinado la historia del kitsch se destaca una de larga tradición en la filosofía: aquella que se establece entre lo inconsciente y lo consciente . Más precisamente se trata de la tensión entre lo inconsciente como impulso irreflexivo, y la conciencia reflexiva o crítica . el kitsch presenta así dos caras: una ingenua, la otra irónica, autoconsciente . esta tensión desencadena otras: lo consciente se vincula con la cultura, la historia, la razón, el espíritu, el mundo de la vigilia; lo inconsciente con la naturaleza, el mito, el cuerpo y sus pasiones, los sueños . así, la dialéctica del kitsch no se explica únicamente por el rasgo autoconsciente, es decir, por el hecho de que presuponga, en términos de Yve-alain Bois, el conocimiento de aquello que ataca . 3 es, por el contrario, la inmediatez del placer vinculado al kitsch aquello que ha asustado a los críticos e impulsado su demonización . 4 el peligro que supuso durante décadas el kitsch es el de la fragilidad de un hombre incapaz de evitar su pasividad ante el influjo de las imágenes generadoras de deseos; la amenaza de que las emociones sean calibradas . Se trata, por lo tanto, de la apelación al «alma irracional», para decirlo en términos de Platón . La dialéctica es posible, entonces, porque el kitsch tiene un vínculo profundo con la esfera de lo inconsciente, con lo onírico, con los desechos de la conciencia, con el deseo en la cultura de masas . así, la perspectiva dialéctica exige incorporar esta fuerza utópica del deseo inconsciente conservada en los objetos de la técnica, efímeros, velozmente obsoletos .