Seco y latoso", "viejo y venerable": el "Poema del Cid" a principios del siglo XX o del cambio en la apreciación de la literatura (original) (raw)
.Iiterariamente es aquello una lata, una monumenrallattl, que ni por sus descripciones, ni por los caracteres, ni por nada sobresale mucho (1977: 52, 53; cursiva original). Así se desahogaba Unamuno en dos cartas de 1894, tras haber presentado una gramática y un glosario del Poema del Cid al concurso convocado por la Real Academia Española en 1892'. En 1920, en' cambio, se refería a la obra como "el viejo y venerable Cantar de mio Cid, en que el alma del pueblo de Castilla balbuce sus primeras visiones" (1968: 1025). Este cambio de opinión ¿es significativo sólo de la evolución de un autor o de algo más?; ¿ha, habido quizá una modificación en la apreciación general del Poema', modificación de la que las dos citas son paradigmáticas? ¿Y por ,qué se ha dado esa mutación? Estas son las cuestiones a las que se va a intentar dar respuesta, sobre el trasfondo de un elemento de la vida literaria que-entre la estética de la producción y la de la recepción-ha quedado arrumbado y que es de un altísimo interés: la mediación. La modificación, efectivamente, se da, desde una pluralidad (o confusión) de interpretaciones a lo largo del siglo XIX hasta una cierta "armonización" desde comienzos del xx. En efecto, después de los siglos de olvido o desaparición y la muy difícil-y escasa-reentrada en la vida literaria en el XVIII" a lo largo del XIX se publican diferentes ediciones del Poema y un buen número de alusiones a él, junto con algunos estudios específicos; pero en todo este tiempo no hay acuerdo sobre su valor "poético» y "nacional»-por utilizar los términos de la época-.Esa misma diversidad interpretativa y va!orativa podría haberse mantenido también a partir del siglo xx, y no sólo en las obras especializadas sino también en las de divulgación, (en las que el Poema había entrado nítidamente ya en el XIX), lo cual-no se olvide-lleva a una valoración en el nivel de "opinión pública" o de imaginario colectivo, sobre todo si esa divulgación se realiza a través del sistema de enseñanza'. Pues bien, una tradición receptora que se consolida a principios del siglo XX con la obra de dos filólogos convertidos en "autoridades" proporcionó el fundamento a la gran mayoría de las mediaciones soore el Poema del Cid, que divulgaron una RILCE 15.\ (J')')'}) 1l~•140 ll6 GALVÁN-BANÚS. EL POEMA DEL CID A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX sola interpretación y una alta y positiva valoración de la obra, basadas en unas categorías muy determinadas. Por ello, frente a la pluralidad de! siglo XIX, en e! "imaginario colectivo" va a existir, a lo largo de buena parte de! siglo xx, "un" Poema bien definido. Esta situación se prolonga al menos hasta los años 40, en que autores relevantes (por ejemplo, Leo Spitzer) se distancian muy marcadamente de ellas; en otro nivel, más divulgativo, será sustancialmente en los años 70 cuando se diversifique e! mensaje', es decir, se dejen de transmitir mayoritariamente esas valoraciones forjadas en los comienzos de siglo y que se imponen de la mano de autores convertidos en "autoridades". La diversidad en el siglo XIX Dentro de esa pluralidad receptora de! siglo XIX destacan algunas líneas representativas. Así, se comprueba una cierta similitud en tres obras muy significativas: