Dispositivos y mecanismos de regulación de la conflictividad laboral. Los planes sociales en Argentina pos 2001 (original) (raw)
2009, XXVII Congreso ALAS. UBA. Buenos Aires. Formato cd-rom. ISSN 1852-5202. 31 de agosto al 4 de septiembre
El presente trabajo intenta problematizar los mecanismos y dispositivos de gobernabilidad a partir de asumirlos como formaciones institucionales que han sedimentado con el tiempo. A partir de ellos es que se canalizan y retraducen las demandas y luchas en términos de derechos y en un lenguaje de ciudadanía. Sin embargo, esta operatoria más que constituir un ejercicio de reconocimiento, conforma un proceso sistemático de degradación de este concepto. Para ello, realizamos un recorrido teórico e histórico a través del concepto de ciudadanía y el de trabajo como constitutivo de aquél. En el primer apartado realizamos una discusión teórica respecto del concepto de ciudadanía y salario, en el segundo, analizamos de manera breve un complejo dispositivo de contención social a través de planes sociales en la Argentina del 2002, que inició con el Plan Jefes y Jefas de Hogar, y, finalmente, ofrecemos algunas reflexiones respecto de la condición degradada de ciudadanía que estas operatorias de gubernamentalidad generan al tiempo que dejan ver especiales características de los procesos de resistencia que se a ella se oponen. Ciudadanía y Trabajo En los distintos bloques históricos se pueden identificar y diferenciar claramente los factores de cohesión e integración social ante los cuales se organiza la vida cotidiana de los individuos. En consecuencia, la comunidad, el territorio, la religión, etc., operan como claros dispositivos de demarcación de fronteras, límites e identidades. A finales del siglo XIX y, sobre todo durante el siglo XX, el "trabajo" como principal organizador de las relaciones sociales condensó una enorme cantidad de regulaciones y tensiones. Las resistencias que crecientemente se fueron organizando a su alrededor, ampliando las demandas a través de mejores salarios, coberturas sociales, defensa colectiva, representación sectorial, etc., activaron un proceso de paulatina regulación y contención de la diversidad que el mundo laboral empezaba a mostrar. El Estado de Bienestar en un primer momento y la aplicación de políticas keynesianas luego de la crisis del 30, construyeron a su alrededor una impresionante obra de ingeniería social, que favoreció la institucionalización de los conflictos. Esto implicó una traducción de la conflictividad social que circulaba a través de espacios no regulados por la estatalidad, hacia escenarios donde los dispositivos estatales operaban de manera directa o indirecta para desactivar la conflictividad y traducirla en protesta dentro del sistema político. Esta traducción de la "lucha" en "protesta" es la principal operatoria de gobierno para garantizar la circulación, producción y reproducción de las relaciones de fuerzas de cada época. Lo que implica establecer un modo específico de decir, operar y significar la conflictividad cotidiana. Como señala Deleuze (2005) son relaciones que cristalizan en "instituciones", esto es, dispositivos que regulan el ambiente, modulan la acción, representan, clasifican y visibilizan. En este marco, la ciudadanía, un concepto caro para la teoría social, no sólo asume un carácter analítico y normativo como señala Lavalle (2003), sino que se constituye en uno de los principales dispositivos de dominación e institucionalización de los conflictos sociales. Uno de los clásicos en la materia es la famosa conferencia de Marshall a mediados de siglo XX donde intenta sistematizar