El libro y la edición en Argentina. Libros para todos y modelo hispanoamericano (original) (raw)
2011, Políticas de la memoria 11, pp. 125-145,
¿En qué medida las singularidades de cada mercado editorial nacional interpelan los supuestos generales de la historia del libro y de la edición? Éste fue el objetivo del coloquio Le livre, l’éditionet la lecture dans le monde contemporain, realizado en Sydney en julio de 2005. Con este evento, el campo internacional de estudios sobre el libro y la edición ganó espacio, por primera vez, en el Congreso Internacional de Ciencias Históricas. A la cabeza de su organización estaban Jean-Yves Mollier, Jacques Michon y Martin Lyons, destacados investigadores en este campo de conocimiento en Francia, Québec y Australia. Desde finales de la década de 1980, Roger Chartier y Robert Darnton encabezaron la afirmación de esta clase de estudios, dedicados preferentemente a la Edad Moderna. Una vez asentadas las perspectivas analíticas para comprender los mundos sociales y culturales generados por la producción, circulación y apropiación de manuscritos e impresos, el evento de Sydney buscó amplificar la cartografía de experiencias nacionales gestadas desde el siglo XIX hasta el presente. La monumental Histoire de l’Édition Française (editada en 4 volúmenes entre 1986 y 1991) era la referencia mayor para motivar la escritura de obras equivalentes. Al tiempo del encuentro de Sydney, ya estaba publicado un nuevo tomo de esa obra, esta vez dedicado al siglo XX. Jean-Yves Mollier era la autoridad central para ordenar el panorama de la edición francesa entre los siglos XIX y XX. No casualmente el título del Coloquio era en francés y la mitad de las ponencias fueron en esa lengua. Por esos años también aparecieron voluminosas historias de la edición en Inglaterra, Australia, Estados Unidos, Italia, España, Canadá. 3 Era el tiempo de contrastar los diversos «modelos» nacionales de la historia de la edición y expandir la indagación hacia contextos nacionales y lingüísticos de países no centrales. Ése fue el origen del presente trabajo. Mi objetivo fue brindar un panorama de la historia del libro y de la edición en la Argentina, en la larga duración. Creí necesario aportar un sucinto panorama del modo como hasta entonces se habían escrito fragmentarios aportes para esa historia y subrayar en un racconto histórico general tres aspectos que se destacan en la configuración del «modelo argentino»: la significación de los extranjeros y del espacio trasnacional en la implantación de las artes de la impresión, la edición, la comercialización de libros; la centralidad de los proyectos que desde inicios del siglo XX buscaron afirmar la creencia en una importante masa de lectores a través de colecciones de «libros baratos» y, finalmente, la acción de argentinos que participaron decididamente en el tejido de relaciones de interdependencia entre los diferentes mercados iberoamericanos. A diferencia del caso brasileño, por ejemplo, es imposible comprender la historia de la edición argentina de forma «unitaria», prescindiendo de la escala iberoamericana que determina su diferenciación específica. Si bien algunos panoramas culturales y políticos trabajados en este texto pueden parecer superficiales para el lector argentino, no cedo en la intención de explicitar hechos generales para un lector potencialmente extranjero, postura antropológica que va al encuentro de los objetivos trasnacionales del mencionado coloquio. A partir del 2006, los estudios sobre la edición en Argentina crecieron a buen ritmo, lo que dificulta una completa actualización bibliográfica y un exhaustivo análisis de las perspectivas que prevalecen en este dominio de saber. Si bien agregué algunas referencias insoslayables, prefiero que este trabajo pueda leerse como testimonio de ese momento que hoy podríamos considerar «bisagra». Desde entonces, algunos de nosotros hemos testeado la posibilidad de organizar un primer coloquio argentino sobre estos asuntos, inclusive algún periódico especializado. La iniciativa de Horacio Tarcus y Ana Clarisa Agüero en Políticas de la Memoria debe considerarse a la vanguardia en la concretización de esos anhelos colectivos.