Subjetividad, mujer y novela picaresca: el caso de las pícaras (original) (raw)
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Los relatos de pícara protagonista y la poética picaresca
e-Humanista: Journal of Iberian Studies, 43 , 2019
Introducción La novela picaresca dejó de ser potestad exclusiva de protagonistas varones cuando, en 1605, se publica el Libro de entretenimiento de la pícara Justina. Con él, comenta J.L Alborg, "se llega a la plena aceptación de la mujer en el mundo de la picaresca" (Alborg, 475). Por primera vez en la novela picaresca, una mujer de baja extracción social asume el papel protagonista y narra su vida en primera persona. En oposición a la heroína idealizada de la narrativa caballeresca, bizantina y pastoril, Justina solo puede compararse con sus precursoras, Celestina o Lozana, por sus manchas, vida amoral y protagonismo. Las tres (alcahueta, ramera y mesonera) se mueven en el mismo submundo, pero el formato y estructura narrativa del Guzmán de Alfarache concibe que Justina cuente su vida. La novela de López de Úbeda, a quien se ha atribuido su autoría, 1 actúa como desencadenante del ciclo denominado picaresca femenina, 2 en cuya categoría, tratadistas del Siglo de Oro incluyen tres relatos más: La hija de Celestina (1612) de Salas Barbadillo, La niña de los embustes, Teresa de Manzanares (1632) y *Desarrollo en este artículo una temática tratada en un trabajo anterior (2016). 1 Aunque en la portada de la edición príncipe se lee que el libro fue compuesto por el licenciado Francisco López de Úbeda, la autoría de la obra empezó a ponerse en cuestión cuando Cervantes, en un pasaje no parco de ambigüedades del Viaje del Parnaso (1614), alude al autor de La pícara Justina como eclesiástico. Varios han sido los candidatos propuestos por la crítica a lo largo de la historia como autores de La pícara Justina: La figura del religioso Andrés Pérez se consideró la más plausible hasta que, en 1895, Pérez Pastor documentó la existencia del licenciado Francisco López de Úbeda, médico, natural de Toledo. Sin embargo, la exhumación de unos documentos del Archivo Histórico Provincial de Valladolid, en 2004 por Anastasio Rojo Vega, ha cambiado el rumbo de la autoría del libro. El legajo recoge un acta notarial fechada el 18 de abril de 1605, en el que se transcribe la cesión de la compra y venta del libro titulado La pícara e incluye la compra realizada anteriormente por Diego Pérez a Fray Baltasar Navarrete, antiguo propietario del libro, ante Cristóbal de Santiago. La relación existente entre el libro de La pícara y Baltasar Navarrete ha llevado a investigadores como Rojo Vega, 2004 y Navarro Durán, 2007 a apostar por la figura del dominico como la opción más plausible. Mañero Lozano vincula a "Úbeda" con el "grupo de escritores toledanos que gravitó en torno a la figura de Lope" (Lozano, 52) y anota algunos puntos en común con el autor de la Elocuencia española en arte, Jiménez Patón. 2 No consideramos bajo este marbete los personajes de una acción dramática, o que se integran en novelitas cortesanas que forman parte de una colección. A esta sazón, Pablo J. Ronquillo 1980 ha contabilizado hasta doce pícaras entre las que se encuentran las cuatro objeto de este estudio, y las protagonistas de las novelitas: El escarmiento del viejo verde (1615), La niña de los embustes (1615), La dama del perro muerto (1615), El coche mendigón (1620), La sabia Flora Malsabidilla (1621), todas de Salas Barbadillo, y Las harpías en Madrid (1631) de Castillo Solórzano. También Van Pragg, 1936, incluye en la nómina a Cristina (El coche mendigón), Teodora (La dama del perro muerto) y a Flora (La sabia Flora malsabidilla). Por el contrario, Rey Hazas, 1986, y siguiendo su criterio, incluye en la lista solo a las cuatro féminas objeto de este estudio porque: "se integran en formas novelescas muy diferentes a las picarescas, aunque sus rasgos, a veces, sean coincidentes. Porque la descripción de una verdadera pícara necesita obligadamente el desarrollo de una vida según los cánones constructivos del género picaresco" (Hazas, 92). son de la misma opinión: Justina, Elena, Teresa y Rufina son las máximas exponentes de la modalidad femenina, solo son estas cuatro pícaras las que se pueden encuadrar en esta tradición. No se puede incluir a La Lozana andaluza o La Gitanilla por utilizar un esquema narrativo muy diferente. Otra cuestión es si estas narraciones son auténticas novelas picarescas, controversia muy debatida, que también puede extenderse no únicamente a los relatos de pícara protagonista, sino también a los de protagonista masculino.
«Cuidadoso descuido»: los pícaros, la mentira y el teatro en la narrativa picaresca
Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, 2015
Resumen. Este trabajo explora la utilización de la frase nominal «cuidadoso descuido» en episodios de seducción de textos picarescos. El origen de la frase se encuentra, por un lado, en los tratados cortesanos, en los que «descuido» es traducción de sprezzatura, y en textos sobre preceptiva dramática, donde «cuidadoso descuido» expresa la naturalidad con la que se debe actuar. Los textos picarescos analizados subvierten aquel doble origen, tanto cortesano como teatral, y convierten «cuidadoso descuido» en un eufemismo problemático para referirse a actos delictivos que involucran mentira y disimulación. Palabras clave. Cuidadoso descuido, novela picaresca, teatro, Mateo Alemán,
El género picaresco y la novela
Le genre picaresque naît avec la publication de Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes (1555). Volonté satirique, structure ouverte et mélange de traditions littéraires, en sont les caractéristiques les plus accusées. On retrouve ces trois traits dans la plupart des narrations picaresques, à commencer par Guzmán de Alfarache. Par conséquent, le genre picaresque ne suit pas un schéma formel défini. On ne saurait nommer "roman", une sorte de récit dont l'intention didactique ou burlesque prédomine d'une façon nette sur l'analyse des caractères. Resumen El género picaresco nace con la publicación de Segunda parie de la vida de Lazarillo de Tormes (1555). Voluntad satírica, estructura abierta y mezcla de tradiciones literarias constituyen sus características más acusadas. Se repiten esos tres rasgos en la mayoría de las narraciones picarescas, comenzando por Guzmán de Alfarache. El género picaresco, por lo tanto, no sigue un esquema formal definido. Debe evitarse denominar "novela" a un tipo de relato cuya intención didáctica o burlesca predomina visiblemente sobre el análisis de los personajes.
Mujeres de un solo zarcillo: a propósito de la novela de Cristina Policastro
saber.ula.ve
Sin el deseo de ofrecer un marco definitivo para el disfrute de los textos escritos por mujeres, las siguientes líneas pretenden, por una parte, reflejar la teoría de algunas autoras, acerca del tema en cuestión y, por otra, ofrecer una interpretación de la última novela de la escritora venezolana Cristina Policastro, Mujeres de un solo zarcillo. Palabras clave: Literatura femenina, Cristina Policastro, Mujeres de un solo zarcillo.
La novela picaresca entre realismo y representación de la realidad: el caso del "Buscón
La Perinola
El autor investiga sobre el concepto de realismo a través de las páginas del Buscón. Se discute sobre el tópico de la literatura realista española y su relación con un estilo literario que triunfa en la segunda mitad del siglo XIX. Para Antonio Gargano hay que tener en cuenta la distancia cómica que el lector está obligado a tomar cuando lee la novela picaresca.
El pícaro hablador, adaptación de Los habladores: el entremés picaresco y la locuacidad del pícaro
Letras Hispanas, 2023
Si bien los textos de la picaresca retratan varios aspectos de su protagonista anti- héroe, Manoel Coelho Rebello en El pícaro hablador, obra ampliamente citada pero poco comentada, escoge solamente una característica del pícaro para formar la base de su breve entremés: la locuacidad. El noveno de la colección de veinticuatro entremeses, Musa entre- tenida de varios entremeses (1658) constituye una adaptación del entremés Los habladores, a veces atribuido a Cervantes. Este trabajo analiza los motivos comerciales de la nueva ver- sión de esta pieza, además de los cambios realizados en el proceso de adaptación. Se arguye que, en El pícaro hablador, Coelho Rebello reescribe Los habladores como un entremés claramente picaresco para valerse de la popularidad tanto de este género dramático como del novelesco picaresco. Mediante una comparación de las dos obras, se examina cómo Coelho Rebello concibe el personaje del pícaro al destilarlo a una sola característica que fuera capaz de representarse en forma entremesil, lo que Gonzalo Sobejano llama “locuacidad crítica”, ejemplificada en la verbosidad alógica y la versificación del personaje titular. While texts of the Spanish picaresque portray their antiheroic protagonist with a number of different traits, Manoel Coelho Rebello in El pícaro hablador, a work that is widely cited but not widely studied, chooses only one characteristic of the pícaro to form the basis of his brief entremés: his loquacity. The ninth in a collection of twenty-four entreme- ses titled Musa entretenida de varios entremeses (1658), this dramatic piece is an adaptation of Los habladores, an entremés sometimes attributed to Cervantes. This article will consider the commercial motives for the new version of the work, in addition to the changes that were carried out in the process of adapting the play. It is argued that, in El pícaro hablador, Coelho Rebello rewrites Los habladores as a clearly picaresque entremés in order to leverage the popularity of both the entremés genre itself and the picaresque novel. By comparing both works, this article analyzes how Coelho Rebello embodies the character of the pícaro under one single trait on the entremés stage, a feature that Gonzalo Sobejano calls “critical loquacity,” exemplified by the main character’s alogical verbosity and poetic versification.