Cuentos medievales: ‘La dama del castillo del gavilán’ y el ‘Ejemplo de las flechas’ (Juan de Mandevilla, Libro de las maravillas del mundo) (original) (raw)
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Bulletin of Hispanic Studies, 2008
Resumen El principal objetivo de este trabajo es estudiar las distintas lecturas que desde el feminismo se han hecho de la cuentística medieval castellana. La aportación de la crítica feminista a esta parcela de la literatura española ha sido muy grande, con sugestivos análisis de los personajes femeninos de los exempla, de la misoginia presente en ellos, etc. Por otra parte, el caso de don Juan es especialmente interesante porque ha dado lugar, como veremos, a interpretaciones de signo muy diverso dentro del feminismo.
Breve historia de las leyendas medievales
Nowtilus, 2010
En esta obra se recopila la mejor selección de las leyendas medievales de las crónicas, los poemas y la tradición oral de toda Europa para relatarnos el verdadero trasfondo histórico de cada una de ellas. Así, permite conocer la historia real de aquellos hombres y mujeres que vivieron durante la Edad Media y cuyas hazañas extraordinarias los convirtieron en leyenda. Beowulf, el Cid, el rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda, Gala Placidia, William Wallace, Carlomagno, Juana de Arco, Ataulfo, santa Eulalia, Daciano, el obispo Maeloc… son solo algunos de los personajes que lograron destacarse en un periodo inestable, donde los ideales, el honor y el amor movían ejércitos y sellaban destinos. Agrupando por temas precisos como héroes y villanos, reinas y doncellas, el amor y el honor, las grandes batallas, los lugares y objetos sagrados y las sociedades y las sectas secretas la obra permite conocer de cerca esa época oscura llena de sucesos tan enigmáticos como fantásticos, cuyas huellas han llegado hasta la actualidad.
El Público Femenino De Los Libros De Caballerías en España, Siglo XVI
2014
LOS MORALISTAS DEL SIGLO XVI se preocupaban especialmente por un publico femenino asiduo a los libros de caballerias en Espana. Lo consideraban el mas susceptible de adoptar el genero caballeresco como un modelo de aprendizaje. Tales obras parecian ser una guia de comportamiento inapropiado en cualquier estado de la vida de la mujer: doncellas, casadas, viudas y monjas.
«Lecturas feministas de la épica, los romances y las crónicas medievales castellanas»
Uno de los primeros estudios sobre la imagen de la mujer en la épica medieval española fue Women in the Medieval Spanish Epic and Lyric Tradition, de Lucy A. Sponsler, editado por la Universidad de Kentucky en 1975. Este estudio marcó en gran medida la pauta de lo que iban a ser los acercamientos posteriores al tema. Por ejemplo, Sponsler comienza señalando el papel secundario de las mujeres en los cantares épicos, limitado con frecuencia al de esposa o madre 1 . Y define la relación de Jimena con el Cid en términos de sumisión, pasividad, formalidad y vasallaje, como demuestra el hecho de que se 1 Ibíd., págs. 7 y 119. María Eugenia Lacarra refrenda esta idea: «Las mujeres que aparecen en estos textos lo hacen en razón de los lazos de parentesco con los personajes masculinos. Su papel se limita al de esposas, madres o hijas» («Los paradigmas de hombre y de mujer en la literatura épico-legendaria medieval castellana», Estudios históricos y literarios sobre la mujer medieval, Málaga, Diputación Provincial de Málaga, 1990, pág. 29). Y Víctor Millet la formula de manera más radical al tachar a las mujeres épicas de simples «comparsas» («¿Comparsa o protagonista endemoniada? Reflexiones sobre la imagen de la mujer en la poesía heroica», Actas del IX Simposio de la sociedad española de literatura general y comparada. I. La mujer: elogio y vituperio, eds. Túa Blesa et alii, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 1994, pág. 284). Consuelo Arias, que estudia el espacio en el que se desenvuelven Jimena y sus hijas, un espacio siempre interior, privado, doméstico y de reclusión, concluye también que las mujeres épicas «no existen como signo», que sólo lo hacen «en función de los signos masculinos como esposas, hijas y sirvientes» («El espacio femenino en tres obras del medioevo español: de la reclusión a la transgresión», La Torre, I, 3-4, 1987, pág. 368). Precisamente uno de esos espacios en los que aparece Jimena, la torre del alcázar valenciano, lo interpreta Silvia Matthies Baraibar como un símbolo, hábilmente utilizado por el poeta, de la recuperación del poder y del estatus social por parte del Cid, tras su enfrentamiento con el rey y su destierro: «Así, a través del símbolo de la dama en la torre, el poeta hace ver a su público, de una forma que éste entendería inmediatamente, que el Cid ya ha reconquistado el derecho a su linaje, a su estatus social y familiar. Comenzó destituido, pero ya posee una fortaleza, una torre, desde la que se divisa el rico dominio que ha ganado, y una dama en ella como signo visible de su riqueza y poder. La primera parte del Cantar podría bien describirse como la narración del camino que lleva al héroe desde la casa vacía y la doña
La interlocuciÓn en el origen de los libros de caballerías: las Sergas de Esplandián
2001
Conviene, para mejor centrar el objeto de nuestra investigación, hacerla preceder de un par de precisiones terminológicas. Así, defino en primer lugar la interlocución literaria como una conversación entre dos o más personajes, representada o aludida en el texto; excluyo, pues, como objeto de estudio los soliloquios, arengas de recepción pasiva y cartas. En segundo lugar, limito la categoría de los «libros de caballerías» a aquellos que J. I. Ferreras agrupaba en 1986 bajo el rótulo de «materia castellana», esto es, el conjunto de narraciones caballerescas extensas que toma como su principal referencia el Amadís de Gaula con las Sergas de Esplandián impresos casi con seguridad en los últimos años del siglo xv. Excluyo, así, tanto las «narraciones caballerescas