La arquitectura para habitar (original) (raw)
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La arquitectura natural del habitar
Boletin de Arte. Revistas UMA, nº40 , 2019
La arquitectura como refugio, como construcción de un hábitat capaz de dar respuesta a las necesidades de quien la habita permite pensar en la posibilidad de aprender de la manera intuitiva en que ciertos animales construyen sus refugios como arquitecturas propias. Seres que se cobijan en la naturaleza siguiendo diversas pautas, construyendo espacios habitables que, en algunos casos, prestan atención al entorno como mejor aliado. en otros casos los animales se apoyan en lo existente y, a veces, excavan la tierra para encontrar cobijo, pero otros son capaces de tomar restos del entorno o producir materiales artificiales para construir su refugio. Podemos advertir que las estrategias utilizadas por el mundo animal para la configuración de sus cobijos se asemejan a las del hombre a la hora de construir e imaginar nuevos espacios habitables.
Los habitadores de la arquitectura
Archipielago Revista Cultural De Nuestra America, 2003
El término habitador (1) no es usual actualmente en nuestro idioma, pues el término empleado es el de habitante y en el ámbito de nuestra profesión se suele utilizar el de usuario. Se habla de los usuarios de la arquitectura. Entre este último término y el que proponemos existe una gran distancia. Los espacios arquitectónicos no los usamos, sino que los habitamos y los vivimos. Y entre las actividades de usar y habitar hay una diferencia cualitativa. Se usan unos zapatos o un lápiz pero no los espacios que nos contienen. El uso es irracional, usamos las cosas por costumbre-Ortega y Gasset-, en cambio el habitar implica una relación profunda, una actividad, un actuar, que es lo que implica la terminación "OR" en los sustantivos en nuestro idioma. El escribidor o escritor, el que escribe; el lector, el que lee; el habitador el que vive, el que habita comprometidamente. Nos apropiamos de nuestros espacios y ellos son nuestro reflejo, "...como el eco que contesta la palabra que hiere la pared lejana." (2) LOS TRES ESPACIOS DE LA PRODUCCIÓN ARQUITECTÓNICA La enorme mayoría de las definiciones que se conocen sobre la arquitectura se refieren al espacio físico, el que se proyecta y se construye. Recordemos sólo algunas; por ejemplo para Alberti, la capacidad de imaginar; de concebir para Etienne Boullée; el arte de construir para Viollet le Duc y Auguste Perret. En otro orden de ideas, estaría la definición lúdica de Le Corbusier, "le jeu savant et magnifique de les volumes ensemble sous la lumiere." El espacio que se imagina, se concibe, se materializa en volúmenes bajo la luz, ese material inmaterial de la arquitectura. No hay mención del espacio precedente, el espacio de la reflexión y el pensamiento, donde se define el qué, por qué y para qué de la arquitectura. Y tampoco se menciona el espacio habitado como satisfactor de las necesidades humanas que le dieron origen. Pareciera que el fin del trabajo del arquitecto terminara con el término del proceso constructivo. En nuestro planteamiento el proceso de producción de las obras arquitectónicas abarca los tres espacios ya citados; el de la reflexión y el pensamiento; el que se proyecta y construye y el que se habita. Bajo estas ideas, podemos plantear una definición que abarque los tres espacios, que tenga un carácter incluyente: "La Arquitectura es un pensamiento que se habita". (3) Una definición que explicita los espacios olvidados y no menciona, pero deja implícito el necesario espacio físico pensado y por habitarse. Esta es una de las razones del por qué nos pareció interesante, la propuesta del Concurso de ideas en el Centro Histórico de Fort de France. Primero, por la decisión de no hacer ni el proyecto ni la obra por asignación directa, sino a través de un concurso público y abierto. Y segundo, porque no se parte de ideas impuestas, sino de la pregunta, ¿Qué debe hacerse? El respeto a la opinión de los demás y la valoración de la necesidad de la reflexión, muchas veces soslayada y menospreciada, hará surgir sin duda, conceptos muy importantes, por ejemplo; ¿Qué tipo de arquitectura deberá realizarse? ¿Arquitectura europea o caribeña? ¿Arquitectura francesa o martiniquense? Si el principio y fin de la arquitectura, como veremos líneas adelante, es el hombre concreto ubicado en un tiempo y lugar e inmerso en una cultura, ¿Quiénes conocen a suficiencia, sus modos de vida, sus tradiciones, sus necesidades espaciales? ¿Los arquitectos martiniquenses o los de otras regiones? LA HABITABILIDAD Ahora se menciona con frecuencia,-sobre todo en los últimos años-, a la habitabilidad como la categoría principal que diferencia a los objetos arquitectónicos del resto de los objetos producidos por el hombre. En México, desde hace 70 años, el arquitecto José Villagrán García (1902-1988) planteaba en sus clases este importante tema, más o menos un cuarto de siglo antes del filósofo alemán Heidegger (4) y medio siglo antes del arquitecto noruego Norberg Schulz (5).
Arquitectura para la felicidad
Arquitectura para la felicidad, 2013
En busca de la felicidad Alcanzar la felicidad parece ser el objetivo más importante de todos los humanos, aunque no sepan muy bien lo que es, ni cómo conseguirla. De forma generalizada, se puede decir que la felicidad es un estado de ánimo que se produce en los humanos en ausencia de miedo, y cuando creen haber alcanzado una meta deseada. Este estado de ánimo proporciona paz interior y una visión positiva de la realidad, al mismo tiempo que invita a conquistar nuevas metas. Por tanto, la felicidad puede definirse inicialmente como un estado interno de tranquilidad, satisfacción y alegría. No obstante, cada humano tiene unas necesidades diferentes, y por tanto, metas diferentes, por lo que es muy difícil establecer un paradigma general para conseguir la felicidad.
2008
Resumen. Es importante investigar sobre una nueva ética arquitectónica que "se entrometa" en la realidad para intentar su transformación; que investigue y proponga una habitabilidad digna, una vivienda apropiada, y una arquitectura inaplazable para los más necesitados y marginados a nivel mundial, siempre excluidos de lo que conocemos como el stablishment de la arquitectura actual. Esta realidad globalizada neoliberal nos conduce a tomar partido por una fórmula donde el arquitecto, mediante su actividad crítica, docente y proyectual, ayude a encontrar alternativas culturales y humanamente más apropiadas que ayuden a construir, o reconstruir, la necesidad del habitar humano. Desde una investigación comprometida, una tecnología asequible, un urbanismo dialogal y una apuesta por un modo "otro" proponemos la búsqueda de una arquitectura apropiada y habitable que apueste claramente por un espacio público y una ciudad, que incorpore a la ciudadanía también en su derecho a la ciudad. Palabras clave: habitabilidad, ciudad de masas, arquitectura alternativa, derecho a la ciudad.
Sobre el diseño arquitectónico y la experiencia del habitar ¿Podemos diseñarla
Revista Chilena de Diseño, rchd: creación y pensamiento Universidad de Chile, 2023
This work aims to present, in the form of a bibliographical review, and from a phenomenological perspective, an understanding of the experience of dwelling and architectural design. The starting point is the premise of «experience design» that circulates in certain parts of collective thinking, where it is considered that it is possible to design experiences. On our part, we seek to clarify the understanding of the concept of experience that we refer to when we speak in terms of architecture: the experience of dwelling. To do this, we showcase the thoughts of architects and theorists that help us to construct the concept in an operational manner. Subsequently, we propose that this experience of dwelling is the intentionality behind all architectural production and its processes. Finally, we attempt to answer the question: Can the experience of dwelling be designed? Through this, we clarify what we design in architectural design and its relationship with the experience of dwelling.
Las instalaciones y la arquitectura
Portada y algunas de las páginas interiores del artículo. "En la mayoría de los casos, un hombre con una máquina es mejor que un hombre sin una máquina". Henry Ford 1 .
rita_, 2021
El papel que en la arquitectura de Alejandro de la Sota juega la técnica, sintoniza con la definición de José Ortega y Gasset: ‘el esfuerzo para ahorrar esfuerzo’, aquel esfuerzo previo a la acción que permite superar las dificultades y trabas impuestas por las circunstancias. Considerando a la Naturaleza como ‘circunstancia’ (el clima, la orografía, etc.), la técnica resulta ser el instrumento mediador entre el ser humano y esa Naturaleza que no ofrece las condiciones propicias para habitar. Desde la segunda mitad de los años 50, su arquitectura muestra la voluntad de surgir a partir de la interpretación y modificación de una realidad impuesta por la Naturaleza, valiéndose de las posibilidades técnicas. El repaso de tres proyectos realizados entre 1957 y 1984, muestra la tenacidad y coherencia intelectual de su autor, y su voluntad de alcanzar la belleza derivada de la verdad constructiva: modificando el terreno y organizando el trabajo en el caso de la Residencia infantil en Miraflores de la Sierra, utilizando paneles prefabricados de hormigón para resolver simultáneamente la estructura y el cerramiento en la Casa Varela, o aceptando los formatos determinados por el fabricante de los paneles ‘sándwich’ de chapa metálica en las viviendas en Alcudia.
Habitar es uno de los compromisos que el hombre no puede dejar de adquirir por tratarse de algo que su misma condición le impone. Y habita de las más diversas maneras: cuando está en su oficina, cuan do está en su casa, cuando está en el banco, cuando va a un lugar a rezar. Todos los actos (o funciones) se realizan en lugares que constituyen las habi taciones de este habitar. Acoger estas funciones es la exigencia mínima que se le pide a una obra de arquitectura; pero la verdadera obra o la buena obra es aquella en que realmente el espacio nos ofrece de tal manera posibilidades, que no es nuestro cuerpo el que es satisfecho y "se siente bien", sino que esta mos íntegros, como personas, como una unión substancial, de cuerpo y espí ritu, descubriendo en nosotros nuevas facetas que no hacen sino admirarnos un poco de ver en lo externo, en la obra, una tal calidad espacial que nos hace revelar en nosotros una nueva parte, más plena, que apunta directamente a nuestro yo y que hace que las funciones triviales dejen de serlo. Intentemos la descripción de algunas obras arquitectónicas: Capilla de los Sacramentinos (subterráneo). Como primer elemento, vemos la separación que se usa para alejarse de la calle Arturo Prat, de su bulla, de su mezquin dad: se desciende por escaleras laterales que imprimen una sensación de irse metiendo en algo, de irse sumergiendo. Los ruidos exteriores se han apagado y la claridad va disminuyendo. De pronto, un choque visual, en un descanso, con la totalidad de la Capilla, que se extiende a los pies, oscura, en que los lí mites de los objetos se pierden, llevando a una cierta confusión espacial, que más bien es una indefinición, lográndose una especie de misticismo extraño, con las paredes gruesas y como con nervaduras en el techo. Es un misticismo de seguridad; se siente a un Dios fuerte, poderoso, omnipotente, pero que se hace presente en un espacio que da una sugerencia de seguridad, de útero materno. Uno reza y ya está metido en una totalidad mayor. Los colores están indefinidos, como gastados con el paso patente del tiempo. Pero hay una pre sencia segura, clara, nítida: es el altar blanco, con una luz que no se sabe mucho de dónde viene, pero que ayuda a hacer de contraste con el resto; es 97 Aisthesis-7