Víctimas de la trata por explotación sexual (original) (raw)
2019, Discusiones de filosofía política
En la era de la globalización, pareciera que las fronteras nacionales se diluyen y la economía traspasa los límites político territoriales, al menos eso es lo que se suponía cuando apareció sorpresivamente esta nueva forma de relaciones económicas. Entonces, se debería redefinir los términos de la política, repensar el derecho internacional y asimilar estos cambios en función de que se efectivice la transformación propuesta al nivel del ciudadano común –no sólo el de las instituciones globales-. El mundo ha cambiado, por ende, el derecho también debe cambiar. Lo que se ha dado en llamar “derecho de gentes” hoy parece ser insuficiente; entonces, aparece una definición muy nueva como la de “justicia global”. En este último tiempo, aparecieron muchos trabajos que versan sobre la forma de alcanzar la equidad en el planeta dejando atrás el juego de suma cero en las relaciones internacionales. La dinámica de lo político no está atada únicamente a la riqueza-pobreza sino también a la defensa de la integridad física y psicológica de los que se alejan de su país por el miedo a la muerte del que hablaba Hobbes en su Leviatán. La dificultad más relevante al momento de proponer una justicia global es que no existe una institución global, organización de alcance internacional eficiente y efectiva que pueda garantizar los derechos humanos en total plenitud. La Organización de Naciones Unidas fue fundada en 1945, reemplazando a la Sociedad de Naciones, con la intención de que no se produjeran más guerras y que existiera un organismo internacional que velara por todos en aspectos como la economía, la educación, los derechos, etc. La intención fue buena, por el momento no ha llegado a ser suficiente herramienta para alcanzar la equidad y la paz. ¿Quiénes son las personas tratadas?