Las locuras según Lacan (original) (raw)

Institución: UBACyT RESUMEN GENERAL La distinción entre los conceptos de psicosis y locura aparece mucho antes de que el psicoanálisis surja como campo de investigación y abordaje clínico de lo patológico en la historia de la psiquiatría. "Psicosis"-término introducido en 1845-en la historia de la clínica psiquiátrica que comienza con Ph. Pinel, era utilizado como sinónimo de "enfermedad mental", de "afección psiquiátrica". Como concepto técnico sustituye al viejo término de "locura", en la medida en que la evolución de las concepciones clínicas tendía a hacer de ella no ya un género sino una clase de enfermedades que podían yuxtaponerse en lo que llamamos clasificación o nomenclatura; aunque no siempre fue concebida así pues primeramente, por el contrario, fue considerada un género unitario y homogéneo dentro del cual las diversas especies se separaban en cuadros sincrónicos, en síndromes. Así, la locura ha sido considerada indistintamente sinónimo de furor, manía, delirio, rabia, frenesí, alienación. El saber popular no toma en cuenta esta diferencia y califica de "loco" a aquello que se distingue claramente de la razón, de la sensatez. En sentido vulgar, "psicosis" y "locura" han sido tomados por el lenguaje común como equivalentes. En nuestra lengua se confunden, aunque la etimología enseña (tanto en francés como en castellano) que tienen orígenes, tradiciones, evolución y campos semánticos diversos. También en el campo del psicoanálisis suelen ser tomados como equivalentes, lo cual conlleva consecuencias clínicas significativas. Esto permite subrayar la pertinencia de una polémica actual. Es en la obra de Lacan donde se produce su distinción, designando conceptos diferentes que, incluso, pueden superponerse. En efecto, la originalidad de su abordaje permite decir que puede haber locura (folie) en la psicosis (psychoses), tanto como puede no haberla. En este sentido, ambos términos corresponden en su enseñanza a planos conceptuales diversos. El último, es tomado de las elaboraciones de la psiquiatría clásica de fines del siglo XIX pero es transformado en su enseñanza a partir de su concepción estructuralista de la forclusión del significante del nombre-del-padre. Mientras que el primero tiene como referencia a Hegel y postula como ejemplo el personaje de Alcestes de El Misántropo de Molière. A partir de esta concepción y delimitación original, Lacan empleó el concepto de locura en diversos contextos: por ejemplo, para referirse al amor, llegando a decir que "cuando se está enamorado, se está loco" siguiendo así la perspectiva establecida por S. Freud; también para referirse al no-todo de la sexuación femenina, diciendo que las mujeres son locas, aunque "no-locas-del-todo", mostrando de este modo variaciones significativas. Si bien los comentadores de su obra han reconocido esa distinción, desde los comienzos de su enseñanza enmarcada por la función de la palabra y el campo del lenguaje, no se ha destacado todo lo necesario la transformación que sufre el concepto de locura al final de la misma, ni se ha establecido con precisión su índole, sus alcances y consecuencias. En efecto, sobre el final de su enseñanza, el concepto es transformado al ser abordado con el soporte de la teoría de nudos definido como desanudamiento de los tres registros, por oposición a la estructura de la psicosis definida como una forma particular de anudamiento (no borromeo) distinto del anudamiento de la neurosis (borromeo). A la par que es ligado con la normalidad, al sostener que "la normalidad es la locura", lo que podría conducir a plantear que en este período Lacan afirma que la normalidad es la psicosis, retornando así a formulaciones de autores posfreudianos que sostenían los núcleos psicóticos de los cuales la neurosis era una defensa. Para establecer con precisión la índole de dicha transformación, sus alcances y consecuencias, se abordará el concepto de locura desde la perspectiva de la clínica psicoanalítica vertebrada por las elaboraciones lacanianas sobre la estructura de los discursos, las fórmulas de la sexuación y la teoría del nudo Borromeo, especialmente con el interés del delimitar algunas consecuencias en la clínica, en particular en lo relativo a la posición del analista y a las llamadas estructuras freudianas.