[2022] "Panteones archiepiscopales". In G. Boto (coord.), La catedral de Tarragona. Arquitectura, discursos visuales y liturgia (1150-1350), Aguilar de Campoo, pp. 218-233 (original) (raw)

(2019) "Tecla, Pablo y el frontal del altar de la catedral de Tarragona en el contexto creativo del tardorrománico hispano: propuesta de datación e interpretación", en Anuario de Estudios Medievales, 49/2 (2019), pp. 645-682.

Resumen: El imponente frontal de mármol que ornamenta el altar de la catedral de Tarragona permite ahondar en el dilatado proceso histórico de la restauración de la sede metropolitana. Los confl ictos eclesiásticos generados a partir del proceso de segregación jurisdiccional respecto a la metrópolis de Narbona, la rivalidad con Toledo a propósito de la primacía hispánica y la voluntad de subrayar la fundación apostólica de la sede explican la dedicación a santa Tecla (discípula de Pablo, isoapóstolos y protomártir) y el extraordinario programa iconográfi co que plasma una versión de los Acta Pauli et Teclae. El prestigio de la caput ecclesiarum totius Citerioris Hispaniae (en palabras del arzobispo Oleguer) se refl eja en la creación de una obra de calidad excepcional que se inserta en las innovadoras corrientes escultóricas del tardorrománico hispano. El objetivo principal de este trabajo es ofrecer una datación más temprana y una nueva lectura iconográfi ca para este altar. Palabras clave: frontal de altar; románico; primacía metropolitana; Tecla; exaltación paulina; transfi guración; catedral de Tarragona.

[2018] "Tarragona y la romanidad de su comunidad catedralicia en la Edad Media", in Quaderns Ars Longa, 7. (Luis Arciniega y Amadeo Serra (eds.), Recepción, Imagen y memoria del arte del pasado)

La restauración de la sede metropolitana de Tarragona fue un asunto primordial para el papado y la clase dirigente catalana civil y eclesiástica. Al margen de la supuesta primera ocupación condal de la ciudad de Tarragona, hacia los años 943-944 conforme a una fuente árabe no fiable, la intención de recuperación de la sede se constata desde el siglo XI. No obstante, fue a principios del siglo XII cuando los acontecimientos se aceleraron y desembocaron en la efectiva toma y ocupación de la ciudad: el 23 de enero de 1118 el obispo de Barcelona Oleguer recibía de manos de Ramón Berenguer III la ciudad de Tarragona y su territorio para restaurar la sede; y muy poco después, el 21 de marzo, era nombrado arzobispo de Tarragona por parte de Calixto II, con quien se comprometía a liberar la localidad tarraconense de manos de los infieles y restaurar, así, la sede metropolitana. Con este restablecimiento se haría efectiva la deseada independencia eclesiástica con respecto a Narbona, de la que dependían las diócesis del condado de Barcelona. Oleguer, tras encontrar los recursos económicos necesarios y conocedor de que sus obligaciones como alto cargo eclesiástico le impedían participar directamente en la contienda, localizó tropas ultrapirenaicas para participar en la recuperación, contingente que llegó a la Ciudad Condal en 1125. El 14 de marzo de 1129, uno de sus caudillos, el normando Robert Bordet , recibía el feudo de la ciudad de Tarragona y su territorio con el encargo de restaurar y poblar lo que antaño había sido la imperial Tarraco. Esta donación, realizada a manos del obispo y con el consentimiento del conde de Barcelona, venía acompañada de su proclamación como princeps Tarraconae, con lo que recibía el pleno dominio temporal de la ciudad y de su territorio, con algunas excepciones de diezmos, primicias y derechos eclesiásticos que quedaban en manos del arzobispo. Este nombramiento derivó en numerosos conflictos políticos y sociales que se dilataron hasta el siglo XVII, marcando y condicionando, evidentemente, no sólo el desarrollo de las obras de la catedral, reiteradamente interrumpidas, sino también la imagen social y representativa que se quiso dar al edificio catedralicio, intra y extra portas sedis, como elemento icónico de la ciudad

Gerardo Boto, "Mudaments del panteó episcopal de la catedral de Girona. Marcs espacials i cultuals per a instal·lar un relat històric", en Ars subtilior. Estudis d’art medieval en homenatge a la professora Francesca Español. eds. Joan Valero - Marta Crispí, Barcelona, IEC, 2024, 79-97

Cinc capelles de la banda nord de la catedral gòtica de Girona contenen nou tombes episcopals, sis amb jacent i quatre amb epitafi. Dins el claustre romànic es conserven les làpides epigrafiades dels sepulcres d’altres quatre bisbes, i encara una més es troba al lapidari. Aquest estudi justifica que la majoria d’aquests túmuls es van concentrar i conservar a la desapareguda sala capitular romànica entre finals del segle XII i els voltants de l’any 1365. Atesa la profusió textual dels sepulcres, amb mètrica lleonina en la major part dels casos, i considerant la redundància d’alguns dels termes emprats, és factible interpretar que els prelats i canonges gironins van conformar a la sala del capítol una veritable capsa de reverberació visual, textual i ocasionalment acústica, que va ser desmantellada amb el desenvolupament de la fàbrica gòtica i el trasllat de les tombes a una segona i definitiva ubicació que ha perviscut fins avui.

Gerardo Boto Varela, "Metaphora, mirar la materia para ver lo etéreo. La puerta claustral de la catedral de Tarragona", Románico, 20, 2015, p. 24-33

ROMÁNICO revista de arte de amigos del románico (AdR) septiembre 2015, número 20 Me fecit: Comitentes, artistas y receptores del Románico 106 Las inscripciones con «me fecit»: ¿Artistas o comitentes? Emilie Mineo 2 ROMÁNICO 20 SUMARIO los artistas 114 Artista, artesano, maestro Carles Mancho 122 Artificem petre: organización del taller y rol del artista en el arte románico Carles Sánchez Márquez 132 Gilabertus, escultor románico tolosano Quitterie Cazes 140 Algunos movimientos de escultores románicos entre Aragón y el Béarn a comienzos del siglo XII Jacques Lacoste 150 Anselmo da Campione y los inicios de la actividad de los maestros campioneses en el duomo de Módena Saverio Lomartire 160 El escultor Arnau Cadell, constructor de claustros Immaculada Lorés i Otzet los receptores 170 Formas de fruición de las imágenes Michele Bacci 178 Erudición y recursos visuales en la evolución de las portadas románicas hispanas Javier M. Martínez de Aguirre Aldaz 186 La voz de las imágenes románicas: iconografía profana y recepción Nathalie Le Luel 194 Las cabras de Moissac. De una imagen a otra Vincent Debiais 202 Aproximación a la catalogación fotográfica de arte románico en España (siglo XIX y principios del XX) Carmen Perrotta

Marc Sureda, Gerardo Boto, "Los lugares y los protocolos del Domingo de Ramos en la Tarragona medieval: liturgia, ciudad e imagen", in Vinni Lucherini e Gerardo Boto (eds.), La cattedrale nella città medievale: i rituali, Roma: Viella, 2020, ISBN 978-88-3313-126-9, pp. 247-283

A lo largo de la Edad Media, el Domingo de Ramos en Tarragona se desarrolló en unos términos homologables a los de tantas otras ciudades, entre otras las que se analizan en este mismo volumen. En Tarragona, como en cualquier otra urbe cristiana convertida en expresión y figura de la Ciudad Santa, el paso de la comitiva al interior de las murallas propiciaba la identificación de sus habitantes con los hierosolimitanos cristícolas. Las consuetas no detallan quién o cómo se representaba el papel de Cristo. Tampoco explicitan qué protagonismo desempeñaba el prelado. Pero la conciliación de las esquilas y los cantos pautados (Gloria laus, Ingrediente Domino, Collegerunt) con la monumentalidad imponente de las murallas y las escaleras, las estaciones ante los umbrales y las profundas perspectivas visuales entre bloques de viviendas confirió a la procesión triunfal una tonalidad dramática (con los pueri absconditi en la torre) y un desarrollo rítmico. El significado litúrgico de los marcos urbanos, en particular los tránsitos liminares que pautaban la actualización de los acontecimientos evangélicos, en una ceremonia colmada de emoción, redoblaban el significado sacro del espacio urbano, por mor de devenir en litúrgico. Así, el significado litúrgico y teológico de los textos proclamados o cantados no solamente proporcionaba una interpretación genérica al marco urbano, constituido por espacios, arquitecturas e imágenes, sino que redundaba en un significado local, temporal y, en definitiva, cultural de la ceremonia y de su marco, activado por la percepción e interpretación de las prácticas y cantos por parte de los asistentes.