Delirios (original) (raw)

Con este número atracamos el decimoctavo puerto de esta publicación, poniendo fin a nuestro tercer año de travesías por distintos mares, océanos y estanques de fango. Tras el contacto con algunas de las más horrendas o inverosímiles bestias en el número anterior, o quizá afectados por el siniestro canto de las sirenas, la tripulación entera cae en estado de delirio. Centramos nuestro interés en la alienación de la conciencia artística y creativa, ya que, gracias a este estado del alma o de la mente, se han originado algunas de las creaciones más excepcionales. En este número nos dejamos llevar por nuestra fijación en lo delirante y quisimos proponer un catálogo de demencias productivas que han configurado parte del tejido artístico y literario occidental. Quizá haya sido la influencia de Saturno, puesto que durante mucho tiempo se creyó que la locura tocaba a los nacidos bajo el influjo del planeta o del dios; o quizá la melancolía provocada por un exceso de bilis negra, como teorizó Hipócrates; o por qué no, el influjo de sustancias alucinógenas las que hicieron rebasar a algunos de los más importantes creadores la frontera de lo «convencional» para ir «más allá», para fracturar los límites normalizados de la experiencia humana. Hacemos un repaso por lo goyesco, por la noción de inspiración divina, por el extraordinariamente delirante Friedrich Hölderlin o no menos desfasado teatro de Artaud. Anclamos en la faceta ensayística de Salvador Dalí para acabar tropezando con Hitchcock, Fleming y Fincher. Depresión y genialidad, locura e ingenio se entretejen en las creaciones que abordaremos en las siguientes páginas. Esta vez el viaje es hacia el interior, hacia las entrañas de la mente enajenada o, en algunos casos, demasiado lúcida para aquellos que nunca se atrevieron a dejar atrás lo correcto y lo establecido. Víctor Bermúdez (Ed.). Delirios. Revista Periplo. Vol. XVIII. Diciembre. Págs.: 92.