Un Concepto Filosófico De Universidad Para Nuestra América (original) (raw)
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Reseña del libro: La idea de la Universidad Autor: J.H. Newman Editorial: Ediciones Encuentro. Madrid, 2014. 308 pp.
La utopía de pensar la universidad latinoamericana en el siglo XXI
Analizar la universidad del siglo xxi es construir escenarios prospectivos, visualizar tendencias e identificar puntos de ruptura y de inflexión en el marco de los ciclos políticos, económicos y del conocimiento. En este ensayo se analizan los marcos conceptuales de ese ejercicio intelectual, se verifican las macrotendencias generales de los sistemas universitarios con especial atención a la región, y se formulan seis hipótesis de trabajo para contribuir a develar un futurible, aún lejano, pero que se está construyendo ante nuestros ojos.
Filosofar desde Nuestra América
En este libro presentamos un enfoque filosófico que resulta sumamente novedoso para la mayor parte de los/as profesores/as de filosofía, ya que se encuentra mayormente ausente del canon formativo. La perspectiva en cuestión es la de la Filosofía de la Liberación. Con esta denominación nos referimos a una vigorosa corriente teórico-metodológica, desarrollada en América Latina y el Caribe hace unos cincuenta años y difundida actualmente en todos los continentes. No obstante lo cual, y producto del eurocentrismo hegemónico en nuestras universidades, este enfoque teórico aún no arraiga en el canon filosófico. Así pues, nuestro libro apunta a suplir mínimamente la vacancia que existe en nuestro medio respecto a la Filosofía de la Liberación, para lo cual ofrece una serie de trabajos de fácil lectura que apuntan al trabajo áulico en la universidad (pero extensible, en principio, a los diferentes niveles educativos y al público en general).
Apuntes para pensar el significado de la Universidad
Revista Electrónica de Derecho de la Universidad de La Rioja (REDUR), 2008
La imposición de criterios mercantilizadores han hecho que la educación y lasinstituciones educativas, entre ellas la universidad, sean instrumentalizadas. Un tiempo detransformaciones puede ser un buen momento para recuperar la universidad como lugarprivilegiado para el pensamiento crítico.
Revista Ensayos Pedagógicos, 2018
Para iniciar este ensayo, acudimos a la vieja pregunta ¿hay filosofía en América Latina? Según Estermann, el saber de los pueblos indígenas es sin duda filosofía, al menos en un sentido amplio, ello si se concibe a la filosofía latinoamericana como “el esfuerzo humano para entender el mundo” (2009, p. 22), mediante la especulación cosmogónica y el cuestionamiento o si se le ve como un proceso de estetización gnoseológico, metafísico, ético y político (por supuesto, estos términos hay que relativizarlos al referirnos al mundo indígena), que tiene al mito como punto de partida y a la cosmogonía como unidad compleja que condensa los vínculos míticos (Cassirer, 2012).
La Universidad como espíritu de un pueblo
El derecho público a comienzos del siglo XXI : estudios en homenaje al profesor Allan R. Brewer Carías, 2003
La Universidad como espíritu de un pueblo 1. En los albores de la vida independiente de Chile, tras un breve período de anarquía, un grupo de patriotas alcanzó el poder y entregó la formación espiritual de la república a un hombre sabio: don Andrés Bello. Se inició así una de las más lindas aventuras de la historia, semejante a la entronización de Carlo Magno y la reforma de la vida moral de los francos por Alcuino; o a las vinculaciones entre Hermias de Atarneo y el grupo de académicos del Asia Menor a que alude Platón en su Carta VI. En aquella hora feliz para Hispanoamérica, se reunieron en Chile muchos intelectos privilegiados que procedían de diversos puntos de nuestro continente indo-hispano. Sarmiento se contaba entre ellos. Al discutirse si los esfuerzos públicos debían centrarse en la reforma y vigorización de la Universidad o en la expansión de la primaria, el ilustre argentino se pronunció por la segunda. Frente a él, Bello argumentó a favor de la primera. Gracias a Dios, se impuso la sensatez y triunfó el caraqueño. Las razones que dio pueden servir, literalmente transcritas, como apertura de estas reflexiones que voy a hacer ante ustedes: "Lo que digo es que (el cultivo de las letras y de las ciencias) es una condición indispensable de la (difusión de la enseñanza elemental); que donde no exista aquél, es imposible que la otra, cualesquiera que sean los esfuerzos de la autoridad, se verifique bajo la forma conveniente. La difusión de los conocimientos supone uno o más hogares (es decir, fuegos encendidos dentro de casa), de donde salga la luz, que, extendiéndose progresivamente sobre los espacios intermedios, penetre al fin las capas extremas" (p. 34) Son palabras del discurso de instalación de la Universidad de Chile, pronunciado el 17 de septiembre de 1843 y que pueden consultar en esta edición de Pedro Grases, publicada por La Casa de Bello, llamada La independencia cultural de Hispanoamérica. No tienen desperdicio: sin una fuente de luz, la sociedad se quedaría pronto a oscuras o, añadamos, caería irremisiblemente en una órbita colonial de otro país. 2. Los diversísimos pueblos de la tierra buscan todos, aunque de modosvariados y a veces inconscientes, los bienes que identificó Platón en su República: la contemplación de la verdad, la virtud y la concordia. Pero, aunque esos fines son constantes y universales, cambia profundamente de sociedad a sociedad el modo concreto como se buscan. En cada una se han ido sedimentando las experiencias, formulaciones y modos de vida de sus hombres egregios. Y han cristalizado en la tradición, en un conjunto de opiniones y hábitos compartidos y estructurados en torno al anhelo de una empresa común. Los hombres más lúcidos de la historia de la humanidad, como los clásicos griegos, han llegado a percibir tanto las dimensiones universales y permanentes de la cultura humana como la necesidad de que ellas se encarnen en fórmulas y actitudes contingentes y particulares. Un pueblo es, por tanto, además de la base biológica, una realidad espiritual peculiar, que expresa y se articula en torno a unos bienes universales. Si las minorías pensantes o poderosas pierden de vista la particularidad del espíritu del propio pueblo, ha llegado el comienzo del fin de la existencia independiente de ese pueblo. Allí tienen su origen graves desórdenes y la falta de generación de los símbolos que necesita la vida común. Como dice atinadamente Briceño-Iragorry: