Viajeros y caminos medievales (original) (raw)
1999, Cuadernos de turismo
Viajar en la Edad Media ofrecía grandes dificultades, pese a todo el tráfico por los caminos europeos era muy alto. Existían múltiples motivos para viajar: comercio, peregrinaciones, relaciones diplomáticas, desplazamientos militares, deseos de conocer mundo, etc. Los caminos, en general, eran de tierra y estaban muy deteriorados. Los desplazamientos se hacían a pie, en caballerías, carros, y más tarde, en coches, literas, etc. El viajero tenía que sortear numerosas dificultades y peligros: atravesar bosques, ríos y montañas, enfrentarse a los ataques de bandidos, soportar incontables peajes, alojarse en incómodas e inseguras ventas y posadas. Pero no todo eran calamidades, también el viajero obtenía compensaciones de variada índole: económicas, culturales y personales. RÉSUMÉ Voyager au Moyen Age posait de grandes difficultés, même si le trafic par les chemins européens était très élevé. Il y avait de multiples motifs pour voyager: commerce, pélèrinages, relations diplomatiques, déplacements militaires, envie de connaître le monde… Le chemins, en général, étaient en terre et ils étaient très abîmés. Les déplacements se faisaient à pied, à cheval, en charriot et, plus tard, en voiture, en litière, etc. Le voyageur devait éviter de nombreuses difficultés et dangers: traverser des bois, des rivières et des montagnes, faire front aux attaques des bandits, supporter d'innombrables péages, se loger dans des auberges peu confortables et moins sûres encore. Mais tout n'était pas calamiteux, il y avait aussi des récompenses très variées: économiques, culturelles et personnelles. Podemos decir, con Cervantes, que «ningún viaje es malo cuando toca a su fin, excepto que lleve a la horca», pues todo viaje es formativo, una manera de adquirir cultura, de enriquecerse personalmente. El viaje ha sido siempre una forma de alejarse de la realidad cotidiana, de lo vulgar, lo conocido, y salir en busca de lo diferente, lo 112 ÁNGEL LUIS MOLINA MOLINA Cuadernos de Turismo, nº 4, 1999 desconocido, lo atractivo, la aventura, todo ello despertaba, impulsaba y mantenía la actividad viajera 1. Viajar en la Edad Media ofrecía grandes dificultades, aunque se tratara de trayectos cortos. Los bosques impenetrables que cubrían buena parte de Europa, las grandes cadenas montañosas como los Alpes o los Pirineos y los ríos caudalosos como el Rin o el Danubio representaban obstáculos difíciles y, a veces, costosos de superar. Aún así, el tráfico por los caminos y paisajes de Europa era sorprendentemente alto. Motivos para viajar había suficientes y muy variados: el comercio entre las ciudades feriales, las peregrinaciones religiosas, las relaciones diplomáticas entre los múltiples reinos y señoríos que formaban el mosaico de la Europa feudal, los desplazamientos militares causados por las infinitas guerras, las emigraciones para escapar de epidemias y hambrunas, etc. Pero, además, otras personas como estudiantes y artistas viajaban para ver mundo y ampliar sus conocimientos, cruzándose en los caminos con mensajeros, mercenarios, monjes, mercaderes, pastores, tratantes de ganado, arquitectos, canteros, vidrieros y otros trabajadores, sin hablar de los vagabundos, aventureros, delincuentes y buscadores de fortuna 2. LOS CAMINOS El estudio de los caminos ha de hecerse desde diversos enfoques: organización del territorio, social, económico y cultural 3 :