El Pasado Literario en La Obra De Christoph Hein (original) (raw)
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Tropelías: Revista de Teoría de la Literatura y …, 2010
La editorial "Verlag der Classiker" de Stuttgart publicó, en 1837, una nueva traducción al alemán del Quijote, hecha anónimamente a partir de la versión francesa de Louis Viardot. Esta versión había aparecido pocos meses antes en J. J. Dubochet et Cie. de París con ilustraciones de Tony Johannot. Heinrich Heine, renombrado poeta y periodista alemán, en exilio voluntario y afincado en la capital francesa desde hacía seis años, escribió un incisivo prólogo de 22 páginas a esta reedición alemana, en donde explicaba su primer contacto con el Quijote, así como el impacto que le había causado la relectura de la obra en las diferentes etapas de su vida. De dicho prólogo-una joya de la personalísima prosa heineana que debería hacerse accesible en su totalidad a los estudiosos cervantinos, dado el interés que pueden tener tan originales valoraciones 1-afirmaba Heine en una nota del 3 de mayo de 1837, dirigida a su editor Campe, que era «desgraciadamente lo peor que había [sic] escrito jamás» 2. Sin embargo, algunos críticos creen que el hecho de rebajar el valor de este prólogo fue uno de esos camuflajes que Heine gustaba de emplear respecto a su persona y su obra 3. Su biógrafo Fritz Mende valoraba, con razón, este prólogo como
LA HABANA DEL ESCRITOR EXILIADO
Orhan Pamuk, ganador del Premio Nobel de Literatura en el 2006 en Estambul: memorias y la ciudad.1 habla del " hüzün "-que a falta de mejor traducción es una melancolía – que sienten los " istanbullus " con respecto a su ciudad. " El hüzün de Estambul no es sólo el estado anímico evocado por su música y su poesía, es una manera de mirar la vida que nos implica a todos, no sólo un estado espiritual sino un estado mental que es tan afirmativo como lo es negativo " (Mi traducción).2 Citando a Walter Benjamin (" The Return of the Flaneur " , comentarios sobre Berlin Walks, de Franz Hessel) anota Pamuk que según éste el entusiasmo que causa una ciudad vista desde fuera es lo exótico o lo pintoresco y agrega Pamuk: para los naturales de la ciudad, la conexión [con la ciudad] se hace siempre mediada por los recuerdos o memorias (240). Como habanera siempre me ha apasionado mi ciudad – como a Pamuk Estambul-y en el Encuentro con Cuba en la Distancia, en 2001, en Cádiz, ya presenté una ponencia con tema semejante: " La Habana en el recuerdo: memoria afectiva ". 3 Allí digo que " La Habana, para muchos escritores exiliados, ha sido el testigo mudo de un tiempo que fue. Para los más recientes, un tiempo que todavía es " (273). Y creo con Gustavo Pérez Firmat que los cubanos somos " ovidianos a ultranza. " 4 Porque así como Ovidio nunca pudo regresar a Roma, su espíritu nunca la dejó. En ese sentido, Guillermo Cabrera Infante ha sido el más " ovidiano " de los cubanos. En La Habana para un infante difunto5 dice que los años " no pueden envejecer el recuerdo " (128). Y otro escritor, que como Cabrera Infante no nació en La Habana, pero que también dejó su espíritu en ella fue Reinaldo Arenas. La recuerda añorando : " esos sitios donde realmente existimos " (117) implicando que al dejar La Habana el exiliado " [deja] para siempre de ser. " O sea pierde su identidad.6 Zoé Valdés, en La nada cotidiana7 pone en boca de El Lince, el personaje que se ha exiliado, la frase: " Vivir en el exilio aguza el estado onírico " (129). Daína Chaviano, quien salió de Cuba en 1991, nos recuerda la descomposición social y el estado lamentable de la ciudad en El hombre, la hembra y el hambre.8
Heine y los años salvajes de la filosofía
2008
Heinrich Heine no era un filósofo, sino un poeta. Sin embargo, a lo largo de toda su amplísima obra se hace visible la profunda inclinación que sintió por la filosofía desde su decisiva etapa de estudiante en las más renombradas universidades alemanas del momento, una pasión filosófica que nunca se disipó pese a los múltiples desengaños, desilusiones y frustraciones vividos. A Heine, un poeta a quien le dolían y desconcertaban las cuestiones sociales y políticas, pero al que también le entusiasmaban las posibilidades del saber teórico, del pensamiento especulativo, le tocó vivir unos años nada anodinos de la historia de la filosofía y estuvo situado, si no en el centro del escenario, sí en la primera fila de la platea. No se contentó empero con ser un mero espectador e intervino con su palabra escrita, un medio en el que su genialidad se mostraba con todo su brillo. Eran años en los que se encontraba en pleno auge la religión secular del conocimiento y del progreso. Una nueva fe a la que se adhirió de cabeza y de corazón, y de la que también fue polémico apóstol.
EL TEXTO HISTÓRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO HYDEN WHITE
de las formas en que un campo académico hace balance de sí mismo es considerando su historia. Sin embargo, es difícil realizar una historia objetiva de una disciplina académica, porque si el historiador mismo es un practicante de ésta, probablemente sea un devoto de una u otra tendencia, y, por lo tanto será parcial; y si no es un practicante, es improbable que tenga la experiencia para distinguir entre los acontecimientos significativos y los insignificantes en el desarrollo del campo. Se podría pensar que estas dificultades no surgen en el campo de la historia misma, pero lo hacen y no sólo por las razones ya mencionadas. Cuando se trata de escribir la historia de cierta disciplina académica, o incluso de una ciencia, se debe estar preparado para hacer preguntas acerca de ésta, preguntas que no se deben plantear en la práctica de la misma. Se debe intentar alcanzar aquello que está más allá de los presupuestos que sostienen un tipo dado de investigación y formular las preguntas que pueden ser realizadas en su práctica, con objeto de determinar por qué este tipo de indagación ha sido diseñado para resolver los problemas que propiamente trata de resolver. Esto es lo que la metahistoria trata de hacer. Su objetivo son preguntas tales como: ¿cuál es la estructura de una conciencia peculiarmente histórica? ¿Cuál es el estatus epistemológico de las explicaciones históricas, comparadas con otros tipos de explicaciones que podrán ofrecerse para dar cuenta de los materiales con que los historiadores tratan generalmente? ¿Cuáles son las formas posibles de representación histórica y cuáles son sus bases? ¿Qué autoridad pueden demandar los relatos históricos, como contribuciones a un conocimiento cierto de la realidad en general y de las ciencias humanas en particular? Ahora bien, muchas de estas preguntas han sido tratadas de manera bastante competente a lo largo de los últimos veinticinco años por filósofos preocupados por definir las relaciones de la historia con otras disciplinas especialmente las ciencias físicas y sociales, y también por historiadores interesados en evaluar los logros de su disciplina a la hora de trazar un mapa del pasado y determinar relación de ese pasado con el presente. Pero hay un problema que ni los filósofos ni los historiadores han planteado seriamente y al cual los teóricos de la literatura han prestado sólo una atención superficial. El asunto tiene que ver con el estatus de la narrativa histórica, considerada puramente como un artefacto verbal que pretende ser un modelo de estructuras y procesos muy antiguos y, por consiguiente, no sujeto a controles experimentales u observacionales. Esto no quiere decir que los historiadores y los filósofos de la historia no se hayan percatado de la naturaleza esencialmente provisional y contingente de las representaciones históricas y de que son susceptibles de revisión infinita a la luz de una nueva evidencia o de una conceptualización más sofisticada de los problemas. Una de las características de un buen historiador profesional es la coherencia con la cual recuerda a sus lectores la naturaleza puramente provisional de sus caracterizaciones de los acontecimientos, los agentes y las agencias encontrados en el siempre incompleto registro histórico. Esto tampoco quiere decir que los teóricos de la literatura nunca
El bien también es banal: sobre "stille Helden" y literatura
Revista de Filología Alemana, 2013
RESUMEN Un número indeterminado de personas con los más diversos trasfondos colaboraron para que cientos de judíos pudieran escapar del exterminio. Incómodos para la sociedad alemana de posguerra, sólo a partir del inédito contexto propiciado por la nueva situación política se ha comenzado a prestar cierta atención a estas personas a partir de los años noventa. Prueba de ello es la presencia del tema tanto en la literatura científica o divulgativa como en la memorial o de ficción. Aquellos denominados comúnmente stille Helden rechazan a menudo esta consideración, pues su modo de actuar no se debió a intenciones heroicas, sino que era la única respuesta que a su modo de ver podían dar a lo que ocurría a su alrededor. En unos tiempos de confusión moral, el bien fue para ellos tan banal como el mal para la gran mayoría.
revista chilena de literatura, 2018
RESUMEN/ ABSTRACT Este artículo aborda el problema del tiempo en la trilogía Historia de una absolución familiar, de Germán Marín. A manera de hipótesis, sostengo que en su obra y en su figura de autor, ambas signadas por la melancolía, confluyen muchas de las contradicciones que han venido marcando la relación de nuestra narrativa contemporánea con el pasado. Si, por una parte, ésta ensaya una reelaboración crítica de la historia oficial, la memoria y la tradición, por otra, tiende a desplegar una perspectiva fuertemente determinista sobre el pasado, además de un prurito conservador y patriarcal. En el caso específico de esta trilogía, podemos afirmar que ella oscila entre la subversión del "imperativo genealógico" (Drechsel 1978) y su evocación nostálgica. Finalmente, me pregunto por las posibles relaciones entre la obra de Germán Marín y la "narrativa de los hijos." pALABRAS CLAVE: Germán Marín, tiempo, pasado, narrativa chilena de postdictadura, novela familiar. the writer who caMe froM the past: HIStoRIA DE UNA ABSoLUCIóN FAMILIAR, By gerMán Marín This article deals with the problem of time in the trilogy Historia de una absolución familiar, by Germán Marín. As a hypothesis, I claim that in his work and in his author persona, both marked by melancholy, come together many of the contradictions that have been affecting the relationship of our contemporary narrative with the past. If, on the one hand, it raises * Este trabajo se enmarca en un proyecto de tesis doctoral sobre el problema del tiempo en la narrativa chilena y argentina de postdictadura, patrocinado por Conicyt.