Espejo (Cuento) (original) (raw)

Espejo

Leonora Carrington dijo que su vocación artística fue influida por muchos estímulos; pero cualquier lego diría que su influencia más evidente a primera vista se debe al Bosco con su obsesión medieval por la gracia y el pe-cado, lo divino y lo demoniaco. Dijo también que sus temas se le presentaban repentinamente tomándola por asalto; sin embargo cualquier observador atento pensa-ría que llegaban a ella luego de hondas reflexiones sobre la vida y el universo. Lo que dijera resultaba bien reci-bido porque su nombre, cuando murió a los noventa y cinco años de edad, estaba consagrado entre las creado-ras más célebres a nivel internacional gracias a una ima-ginación asombrosa que sabía aprovechar en sus óleos, dibujos, esculturas, litografías, piezas dramáticas y hasta en los títeres que diseñó para José Horna y el vestuario y escenografía hechos para La hija de Rapaccini que Octavio Paz presentó en las legendarias funciones de Poesía en Voz Alta, a pesar de que Leonora tomó mal las medidas y tuvieron que cortarla adecuándola al reduci-do espacio del teatro El Caballito. Escribió un libro de cuentos publicado en la Editorial Era y colaboró en la revista S.nob de la cual salieron sólo tres números bajo la dirección de Salvador Elizondo, Emilio García Riera y Juan García Ponce. Durante largo tiempo vivió en una casa sombría y descuidada en la calle de Chihuahua, donde hacinaba escul turas contra las paredes y redujo al mínimo los pla-ceres cotidianos domésticos. Recibía a sus entrevistado-res con cara de pocos amigos y respondía monosílabos como si estuviera siempre a la defensiva, como alejan-do intrusos que reconstruyeran su biografía de la que se conocen las mismas cosas. Tal vez esa aparente dificul-tad formaba parte de una leyenda de mujer hermosa que había conocido el abismo de la locura y que después de las vicisitudes de la guerra y el nazismo, llegó a México con Renato Leduc, un marido de conveniencia, y des-pués imitando los caracoles anduvo con su mundo a cuestas. Conservó un matrimonio y parió dos hijos. Su actitud desdeñosa convenía a su personalidad valiéndo-se de mil subterfugios para huir de la comunicación y le servía además para fijar precios altos a sus trabajos exce-lentemente cotizados. La realidad y la ficción se tejieron desde que los es-tudiosos averiguaron su nacimiento el año de 1917 en Leonora Carrington (1917-2011) Lo demoniaco y lo divino Beatriz Espejo La obra plástica de Leonora Carrington, fertilizada por el surrealismo y el mundo arquetípico de lo inconsciente, se su-merge en el ámbito mítico y alegórico con una gran fuerza y ori-ginalidad. La estudiosa Delmari Romero Keith ex plora su obra, al tiempo que Beatriz Espejo nos ofrece una crónica-entrevista en la que las obsesiones de la artista británico-mexicana emer-gen en todo su esplendor.

El Espejo Africano

Hay objetos que jamás nos pertenecerán del todo. No importa que se trate de antiguas reliquias familiares, pasadas de mano en mano a través de las generaciones. No importa si los recibimos como regalo de cumpleaños o si pagamos por ellos una buena cantidad de dinero… Estos objetos guardan siempre un revés, una raíz que se extiende hacia otras realidades, un bolsillo secreto. Son objetos con rincones que no podemos limpiar ni entender. Objetos que se marchan cuando dormimos y regresan al amanecer.

El Espejo como no-lugar (1964-2010)

Revista Quintana, nº 11, Universidad de Santiago de Compostela, 2012

Es hacia 1964 cuando los artistas comienzan a utilizar el espejo en sus obras para repensar por un lado las relaciones entre el arte y la realidad y, por otro, las relaciones entre el yo y su imagen. A través del reflejo se adentran en las complejas aguas narcisistas de la construcción de la identidad, coincidiendo así con las preocupaciones que en el campo de la teoría del arte se desarrollan a través de los trabajos de Lacan y Foucault, con su espejo como no-lugar. La mirada que emerge en relación al papel que juega el espejo en estas instalaciones artísticas es paradójica: en unos casos nos remite a un mundo dual, donde el sujeto se diferencia de su imagen y entorno. En otros, esta mirada que corta en dos la realidad, queda superada por la "mirada desdiferenciada" que alienta una percepción sistémica y holística del mundo cancelando una percepción excesivamente antropocéntrica. Palabras claves: Espejo, la obra de arte como no-lugar, Narciso y la construcción de la identidad, mirada sistémica ABSTRACT The use of mirror in art has been used by artist since around 1964 in order to explore the limits between art and reality and the relationships between the `I ´ and its image. Thus, through the visual effect of reflections, artists explore the construction of (narcissist) identity, coinciding with Lacan´s mirror theory, and Foucault´s mirror as non-site. From the use of mirror in the artistic installations emerges a paradoxical gaze: in some cases the gaze cuts the world in two, creating a dual reality between the subject and his/her reflection, and in other cases the gaze becomes systemic and holistic canceling a perception of the world excessively anthropocentric. Key Words: Mirror, work of art as a non-site, Narcissus and the formation of the identity, systemic gaze. "