La investigación actual en neología (original) (raw)

Coordina Gloria Guerrero Ramos: "Uso del léxico de origen especializado en la prensa" Participan Elisabet Llopart et alii: "El procesamiento de los neologismos: observaciones desde una perspectiva experimental" Carmen Sánchez Manzanares: "Caracterización pragmática de los neologismos semánticos" Érika Vega: "Nueva propuesta de criterios para determinar la neologicidad de una creación léxica" En los últimos años la investigación en neología ha sufrido un proceso de evolución muy acelerado. De ser en épocas pasadas un tema que no suscitaba gran interés, sino más bien cierto menosprecio, ha pasado a ser fundamental, ya que es la principal manera que tenemos de medir la vitalidad de las lenguas. De hecho, podemos afirmar que una lengua que carece de neología puede ser considerada una lengua muerta. Si hacemos un poco de historia podemos comprobar que el interés por la neología en las lenguas románicas data de la segunda mitad del siglo pasado. En el mundo francófono el primer coloquio de neología fue organizado en París en 1971 por el Conseil International de la Langue Française. Allí fue donde B. Quemada señaló la necesidad de asentar la neología de manera institucional. Conocido es por todos el famoso número publicado en 1974, el 36, de la revista Langages dedicado a la neología, donde participan figuras como L. Guilbert, B. Gardin, M-F. MortureuxC, G. Lefèvre, etc. En el ámbito teórico destacan los trabajos publicados en 1976 por A. Rey y en seguida nacen las redes en neología, redes que se han extendido por todo el mundo y, con especial cultivo y éxito, por el hispánico. En el mundo hispánico, la palabra neologismo no se registra en el diccionario académico hasta la edición de 1843 como un neologismo procedente del francés y en su definición se percibe esa actitud despectiva a la que aludíamos: 'vicio que consiste en introducir voces nuevas en un idioma'. Ante esta situación es lógico que para académicos como José Joaquín Mora, según podemos leer en su discurso de entrada el 10 de diciembre 1848 en la RAE, el neologismo sea un "mal" al que hay que sentar, como "reo de profanación de cosas santas", en el "banquillo" del severo tribunal académico. En 1869 la institución desechó la citada definición y propuso la que con ligeras matizaciones sigue manteniéndose hoy en día: 'vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua. Generalmente se dice de los que se introducen sin necesidad'. Poco después, en 1899, Daniel de Cortázar afirma, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, que para el desarrollo y riqueza de una lengua es preciso dotarla de las voces que pidan las necesidades diarias y que el caudal de las lenguas vivas se aumenta con las palabras nuevas procedentes de las ciencias puras y aplicadas Sin embargo no será hasta un siglo después cuando Esteban Terradas en su disertación, Neologismos, arcaísmos y sinónimos en Plática de Ingenieros, leída el 13 de octubre de 1946 con motivo también de su entrada en la RAE, proponga que sean los