Un puente desde un solo lado : Etnografía del proceso social de producción de consenso en torno a la construcción del puente Victoria-Rosario (original) (raw)
Amigos, hoy le cortan la barba a un esclavo mío, un hombre de bien, si se puede decirlo y muy económico, así que bebamos como esponjas y quedémonos a la mesa hasta que llegue el día" Petronio (El Satiricon) Agradecer tiene, inevitablemente, forma de falta si uno no puede dejar de pensar en quiénes deja afuera. Intentaré entonces, recoger la dialéctica del amor saltando la barrera de la otredad... Gracias a mi familia y en especial a mis padres, Eduardo e Isabel, por la confianza, el sostén y el camino del encuentro entre el amor y la libertad. Gracias a mi director, Mauricio, por su incansable paciencia y por acompañarme con la fuerza cálida del devenir deviniendo. Gracias a Ana por sus comentarios siempre precisos y su cotidiana contención Gracias a ambos por los saberes en la más hermosa clave de generosidad. Gracias a los amigos de allá que permanecen sin tiempo y a los amigos de acá que hacen el tiempo maravilloso. Gracias a mis interlocutores etnográficos, por su colaboración y compromiso, por seguir anhelando pese-a-todo. La lista sigue... de cronos y alcauciles deshojándose. Eskerrik asko! INTRODUCCIÓN Un puente desde un solo lado "Porque un puente, aunque se tenga el deseo de tenderlo y toda obra sea un puente hacia y desde algo, no es verdaderamente puente mientras los hombres no lo crucen. Un puente es un hombre cruzando un puente, che." J. Cortázar (Libro de Manuel) Obras son amores i da título a un artículo periodístico donde su autor, un funcionario público, destaca diversos ejemplos-nacionales, provinciales y municipales-de obras "conocidas por sus grandes demoras" y cuya constante es que el "gran perdedor siempre fue el contribuyente, que pagó todos los costos pero recibió mal y tarde los beneficios". En este sentido, al señalamiento de una suerte de "constante del desamor" en la obra pública, su autor contrapone formas de superarla, nucleadas en torno de la denominada "Reforma del Estado y la Economía" : Desde los '90 se propuso que el Estado no debía contratar y pagar por el mero avance en la construcción de las obras, sino contratar y pagar únicamente la provisión de los servicios que normalmente prestan las obras públicas una vez que son bien concluidas. El principio básico es que el gobierno sólo comienza a pagar un canon o la cuota de un leasing en tanto y en cuanto la obra está bien ejecutada y mantenida, y suministra los servicios que de ella se esperan. Naturalmente, la licitación se adjudica a quien solicita el menor cobro periódico por un lapso prolongado (de veinte a treinta años). La iniciativa privada asume así toda la responsabilidad por el financiamiento, y como no cobra hasta que la obra funcione a pleno, tiene el mayor interés por evitar atrasos. Pero además, como únicamente cobra si los servicios de la obra se prestan adecuadamente, también tiene el mayor interés en hacer las cosas bien, utilizando buenas técnicas constructivas y materiales de calidad. ii Un título que bien podría haber sido "el amor después del amor", nos tienta a rebautizar así otros casos donde se retoma esta suerte de relación entre "amor y obra pública". Por ejemplo, aquellos que enfatizan "cambios" en la Infraestructura Pública argentina a través de comparar el peso negativo de su "estado" a inicios de la década del '90 con una diferencia sustantiva propia del "nuevo" escenario de la "obra pública" para cuya consideración se movilizan una serie de "diagnósticos retropredictivos". En este sentido, se coteja la manera por impulsos en que fue