La narrativa de Marvel Moreno: el poder y la palabra (original) (raw)

Marvel Moreno y sus voces: Escritoras, narradoras, personajes

Nuevo Mundo. Revista de Estudios Latinoamericanos, 2015

La obra de la escritora colombiana Marvel Moreno (Barranquilla, 1939-París, 1995), en tanto que producción discursiva de una mujer “fuera de las normas”, asume una posición en el campo literario que refleja la ambivalencia del sujeto femenino y las tensiones que lo atraviesan. Para analizar este aspecto, nos centraremos en la enunciación del discurso narrativo tal como lo entiende D. Maingueneau (2004), como un problema que va más allá de la distinción formal entre un narrador y un autor. Moreno asume en su obra una particular enunciación o técnica narrativa, resultado del cruce entre el deseo de inscribirse como agente autónoma en el campo literario y el malestar que generan ciertas reglas que lo rigen, sobre todo las normas sexo-genéricas que condicionan la participación de la mujer.

"Cuentos Completos" de Marvel Moreno

que pasó después en la cocina desplumando una diminuta codorniz; en la muchacha, los pisos limpios, el olor a cera, las ventanas abiertas otra vez de par en par. Del patio sólo llegaba el ruido de las manos de María al chocar con las del niño. Era un sonido seco, intercalado de pequeños silencios. Doña Julia se disponía a adobar la codorniz con perejil y una hoja de laurel cuando oyó sonar el timbre de la puerta y los pasos de María regresando por el vestíbulo a toda carrera para decirle que una sirvienta había llegado a buscarla. Apenas alcanzó a ver el revoloteo de la colita de caballo girando junto a la puerta de la cocina. Pensó que debía conducirla y prometerle que la llamaría otra tarde. Pero no lo hizo, se sentía cansada. Mucho después, ya la imagen del niño se gastaba en el tiempo, doña Julia volvería una y otra vez al recuerdo de aquel instante y con angustia pensaría que si hubiera acompañado a María habría podido impedir que el niño le entregara el muñeco, y ella, atolondrada, asqueada tal vez, lo echara al salir de la casa en la caneca de la basura que, como siempre, el carro del aseo recogió puntualmente a las seis. me indicaron que viniera aquí, las siete, una detrás de otra saliendo de los árboles, corriendo con la brisa gritaban que volviera, que en este patio Eduardo me aguardaba. Te espero cada noche en el jagüey, Tomasa, inútil que te encierres en tu cuarto, bajo las sábanas tu piel se enciende, tu cuerpo se dilata. Más tiempo permaneces sola, más osada te vuelven las ideas. Regresas enervada, incapaz de fijar tu mirada en la mía, me basta murmurar en tu oído las frases más locas para encontrarte abierta a mi deseo. Saliendo de un sueño lo vi un amanecer, en una playa cubierta de caracoles rojos donde las garzas negras viajaban a anidar, casi perdido en la neblina mientras yo corría tratando de alcanzarlo y él se iba desvaneciendo hasta a lo lejos animar la sombra de un pescador que entre el ruido de las olas me hizo aquello. Hacerlo, ir y venir, venir, ir, morir mil veces. Dejar correr la lluvia por mi cara, la vida por mis piernas, con mi placer arar la tierra, con mi cuerpo fecundarla, que goce, que crezca, que nazca, ir y venir contando las estrellas, siete estrellas, siete brujas, mirando las piedras del camino, las redondas, las cuadradas, seguida de gatos negros, negros de ojos dorados, dorados, verdes, dorados, gatos que asusten a la gente, yo huía de la gente, la husmeaba de lejos y me convertía en alga de laguna y dormía como rama seca entre los mangles y cubierta de fango pasaba por tronco flotando a la deriva de la ciénega. Me siguen los gatos, la luna se hace triste, ella se acerca, se inclina, todos han muerto, dice, sólo yo quedo en la casa. Sólo. Yo, Tomasa, conozco el temblor de tus piernas cuando te entro, en balde murmuras que me mueva, que te duelen las uñas, en balde tus puños me golpean, me gusta la inquietud de tu mirada, tus pezones cerrados, tus labios entreabiertos, me gusta salir de tu cuerpo y enfermarte de deseo recorriendo lentamente con mis labios la oscilación de tu vientre. Caminar, pisar el lodo, hundir los pies en el musgo, lodo, humedad de musgo, verde musgo, verde luz de la luna girando sobre la ciénega, girando con el viento, bailando entre la lluvia vengan brujas verdes, vayan, vuelvan, vengan al grito de la lechuza, al aullido del perro, a la palabra inventada, a la caricia secreta, luna verde de lluvia me espera al final del camino, me dejo ir, vente aquí, allá, donde te digo, donde yo quiero, buscándolo hice en el monte siete círculos de cristal y agua, de agua y vidrio, ir y venir buscándolo, ir y volver hallándolo en la yema de los dedos. Salir, entrar, entrar y salir, montar por los cocoteros y descubrirlas enredadas entre lianas, fumar con las siete la hierba de los sueños siguiendo el rastro de cadenas y telarañas, cruz sangre, triángulo oro, cruz sangre fumamos para ir más lejos que la sombra, más lejos que lo lejos, una mujer llora, una mujer protesta, recojan brujas mías el eco de su queja, que se vayan, que se vayan hombres de mirada triste, que se alejen huyendo, que huyan corriendo, somos olor de pantano, zigzagueo de salamandra, humedad de penumbra, corran si no aman los senos, huyan si temen las reglas hombres de dedos secos, de corazón vacío, corran, vayan que solos no estarán, en la ambigüedad otros hombres los esperan. Siete círculos tracé a mediodía, siete círculos ardieron a medianoche, en cada uno las brujas quemaron verdades y mentiras, rap, iob, cenizas hubo, oz, fa, ceniza y lluvia, iob, rap, ceniza y lluvia y vientos torcidos, sentada sobre siete hojas dejé pasar los días, tantos pasaron que las culebras se enroscaron en mis brazos y en mis manos las sabandijas pusieron huevos, azules, azules y blancos, blancos y rojos, tantos días que cubierta de telarañas vi a los pájaros hacer nidos entre mi pelo. No importa que el pelo se te llene de arena, Tomasa, deja que lo enrede la hierba y lo empuje la brisa, no me digas que estás cansada y te da miedo empezar de nuevo, mira que tengo tu olor en mi boca, que quiero llegar a lo más hondo de ti, hasta ese punto de tu cuerpo donde existes para ti sola y arqueada entre mis brazos, en un espasmo de muerte, te entregas a la vida. Voy a hundirme ahora en la ansiedad de tus piernas, Tomasa, ya te siento respirar

Un lugar en el campo literario: Marvel Moreno como la "escritora reservada"

Estudos Femnistas, 2021

El artículo indaga en la figura autorial de la colombiana Marvel Moreno, que se construye alrededor de su inadecuación en el canon literario caribeño colombiano y latinoamericano. Esta marginación sienta gran parte de sus bases en el hecho de ser una escritora en un campo mayoritariamente masculino y sin duda alguna masculinista. Tal posición juega un doble papel pues, al mismo tiempo que pretende darle un lugar propio en el campo, la excluye de él hasta el punto de invisibilizarla. Primero se analizarán las voces presentes en su narrativa, aspecto que se halla relacionado con el posicionamiento de la obra y de la autora en el campo literario. Seguidamente, nos centraremos en algunos textos críticos sobre la autora y su obra para observar cómo su imagen corresponde a ciertas figuras del imaginario propio de la escritora: Judith Shakespeare, la artista maldita, la hermana menor, entre otras. Finalmente se verá si la inclusión de una escritora como Marvel Moreno en el campo literario colombiano sigue siendo aún hoy problemática. Palabras-clave: Marvel Moreno; feminismo; escritura de mujeres; literatura colombiana; estudios autoriales.

Feminidades monstruosas: La bruja, la loca, el ángel, la muñeca en la obra de Marvel Moreno

Revista de Estudios Colombianos, 2014

El artículo indaga en las figuras femeninas extremas presentes en la narrativa de la escritora colombiana Marvel Moreno (Barranquilla, 1939-París, 1995). Los personajes femeninos de la obra, en su búsqueda de una feminidad más propia y auténtica, infringen las normas sociales que condicionan la construcción de la identidad femenina. Ellas asumen una forma de ser sui géneris, unos comportamientos excéntricos, pudiendo ser consideradas como mujeres monstruos: individuos marginales, " anormales ". En el universo moreniano encontramos brujas, locas, seres angelicales o fantasmales, mujeres-muñecas que actúan como autómatas o zombis, entre otras " aberraciones " femeninas. Nos interesa ver en qué medida estas identidades femeninas excesivas y, de alguna manera, extraordinarias, consiguen salir de los cautiverios a los que son sometidas las mujeres cuando alteran las normas y logran cristalizar una nueva feminidad.

Edición y política: las novelas de Marvel Moreno, un ejemplo

Ilusión y materialidad. Perspectivas sobre el archivo, 2018

Este ensayo consta de tres partes: en la primera desarrollo un marco teórico que busca conceptualizar filosóficamente la edición como una acción política; en la segunda me propongo hacer un recuento histórico de las mediaciones y alteraciones editoriales que han sufrido las novelas de la escritora barranquillera Marvel Moreno, para hacer con ello una valoración de la condición actual de las mismas. Por último, basado en el recuento de los diferentes actores, hechos y perspectivas, ilustraré la correspondencia teórica con la práctica de varios de los conceptos desarrollados en la primera parte.

Igualdad y diferencia: La construcción de lo femenino en la obra de Marvel Moreno

Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica, 2013

La narrativa de la colombiana Marvel Moreno subvierte el modelo identitario femenino restrictivo del sistema patriarcal al proponer que las mujeres deben tener la libertad de construir su propia identidad. Sin embargo, esta identidad a la que se aspira está aún sujeta, en parte, a la tradición falogocéntrica que postula, por un lado, un yo ilustrado masculino como ideal, y por otro, un yo femenino naturalizado. Veremos cómo en los textos de la escritora se combinan estas concepciones aparentemente disímiles de lo femenino.

Testimoniar en ficción. Moreno con Walsh

El hilo de la fábula, 2021

Después de medio siglo de su institucionalización, ¿por dónde y cómo volver al testimonio o discutir sobre sus frágiles fronteras, siempre presionadas por disputas disciplinares y políticas o por las tensiones irresueltas entre la voz y la escritura? ¿Cómo atender a su compleja maquinaria narrativa repleta de elipsis, saltos y condensaciones después que, ya sabemos, ha demostrado su relevancia y eficacia como prueba de la verdad en sede judicial? ¿Es posible, entonces, apostar a su reinscripción poética? Este parece ser el cometido de algunas narraciones recientes cuando, a partir de intrincadas operaciones de archivo, exploran sus múltiples derivas para incrustarlo en la zona imprecisa y ambivalente que dibuja la ficción documental. Ni como prueba de la verdad ni como la voz de los que ya no están, el testimonio en tanto documento material retorna como huella, como acontecimiento. Oración. Carta a Vicki y otras elegías políticas (2018) de María Moreno testimonia en ficción sin someterse a los formatos hegemónicos de la biografía ni de la autobiografía. Apela a la re-escritura para ponerse en el lugar de otro y suplantar al autor como heredera, desdoblarse y experimentar por él, con él.

"En diciembre llegaban las brisas": la sexualidad de la mujer y la inquietud de sí en la novela de Marvel Moreno.

Nacida en 1939 y criada en el seno de una acomodada familia costeña, Marvel Moreno fue educada en los valores y costumbres de la burguesía criolla de Barranquilla (Colombia). Su familia, si bien vivía una angustiante decadencia económica, gozaba de condiciones para mantener su posición. Después de haber sido coronada Reina del Carnaval, buscando seguir su vocación por la escritura, se estableció en Francia hasta el final de sus días. La estrecha relación que mantuvo con su abuela, quien la invitaba a conquistar y defender su derecho de ser mujer en largas conversaciones durante ardientes atardeceres (como deja entrever en la novela), podría considerarse como una de las fuentes primigenias de su carácter, de sus inquietudes y de la obstinación por el hábito de la escritura, un hábito que le permitió recuperar del olvido (en clave autobiográfica), el vasto universo femenino (en clave histórica), que descubrió en las vidas de la mujeres costeñas con quienes compartió. Sus libros de cuentos (Algo tan feo en la vida de una señora bien, 1980; El encuentro y otros relatos, 1992; Cuentos completos, 2005) y su única novela (En diciembre llegaban las brisas, 2014), dejan entrever el mundo mistificado de la alegre ciudad del Carnaval, una ciudad con un pasado colonial y esclavista en la que el impulso de una modernidad incipiente, era incapaz de trastocar el orden social. Las mujeres son retratadas a lo largo de sus narraciones, en los márgenes de nuevas y viejas relaciones de poder que se producen entre los hombres, cargando sobre sí una estricta vigilancia moral y un control sobre su cuerpo. La obra de Marvel permite sentir el pulso universal de una historia que la constreñiría a ella misma y a las mujeres de sus relatos.