El estado moderno y su mentalidad (original) (raw)
1988, Cuadernos de arte de la Universidad de Granada
Escribía Ortega en E/ tema de nuestro tiempo (1923) que el deber de las minorías selectas que encabe zaban cada generación histórica consistía en no traicionar la "misión histórica" a ellas confiada. Hoy, con una perspectiva casi finisecular, el balance de la cultura en España muestra una curva brutalmente interrumpida, a la que sigue un proceso de reconstrucción todavía inconcluso. Bajo estas circunstancias el itinerario intelectual de historiador José Antonio Maravall (J átiva, 1911)obedece al mandato de su maestro Ortega, en la medida en que ha sabido transmitir y actualizar el excepcional "Erwartungshori zont" en que se formó, mediante una obra muy vasta y al mismo tiempo sujeta a una arquitectura bas tante precisa, marcada por una curiosidad intelectual que lo ha llevado a articular distintos métodos bajo el convencimiento epistemológico de que la multiplicidad de accesos diferentes al saber constituye la gran novedad científica del siglo XX. 1 En efecto, frente a los excesos de la generalización positivista y los azares de la historia como fenómeno exclusivamente cultural, nuestro autor piensa que es necesario proyectar sobre el saber histórico la luz del debate de la teoría moderna de la Ciencia, cuyas líneas de demarcación respecto de las ciencias del hombre aparecen más "come membrane semipermeabili che come fossati invalicabili ". 2 Ya en los años veinte Ortega y Gasset se preocupó de difundir la nueva imagen de la ciencia a través de laBiblio teca de ideas del siglo XX y de los artículos de Russell, Heisenberg, Bom, cuidadosamente traducidos en laRevista de Occidente; en esta línea Maravall retiene ,partiendo sobre todo de las innovaciones en la física (por ejemplo la implicación espacio-temporal del observador en lo observado de que hablaba Heisenberg) la "historificación del mundo natural" 3 y a la inversa, la fisicalización de campos nuevos de la actividad social. Esto permite replantear de un modo dialéctico las viejas antinomias que enfrenta ban el "evénément" individual al anonimato de lo colectivo, la observación a la construcción científica, así como remozar conceptos basilares: ley, causa, estructura, los cuales ya no responden al determi nismo del modelo mecanicista, sino que se integran en una conexión histórica, "un círculo, en cuyo inte rior, relativamente cerrado, se dan lazos entre todos y cada uno de sus datos, de manera tal que cada uno de éstos resulta afectado por los otros". 4 En una escala más amplia, Maravall define la estructura histórica como "figura en que se nos muestra un conjunto de hechos dotados de una interna articulación, en la cual se sistematiza y cobra sentido la compleja red de relaciones que entre tales hechos se da". 5 Los mecanismos que unen el acontenci miento con la dinámica de las estrücturas obedecen, en cierto modo, a una causalidad plural, en cuanto lo que se constituye en objeto de conocimiento es la conexión funcional entre los hechos recíprocamente relacionados, más que su descripción inerte.