Miguel Alfonso MARTÍNEZ-ECHEVARRÍA (2004), Repensar el trabajo, Ediciones Internacionales Universitarias (EIUNSA), Madrid (original) (raw)
Revista Empresa y Humanismo
Con el advenimiento de la modernidad la sociedad ha cosechado innumerables cambios. Muchos elementos han perdido su sitio; otros, por el contrario, han tomado posiciones antes inopinables. Si alguna de aquellas permutas merece ser destacada, no me cabe duda que en la cabeza de carrera se halla el trabajo, de ahí que la elección del profesor Martínez Echevarría sea especialmente certera. No han pasado demasiadas décadas desde que la sociedad prohibiera a los miembros de sus élites ejercer trabajos empleando las manos. Tampoco desde los tiempos en los que quienes trabajaban "brutos como bueyes" (Taylor, 1911), tenían vetado el acceso al conocimiento. Los filósofos, desde Aristóteles, alardearon (aún lo siguen haciendo) de su condición no productiva, mientras que los sufrientes trabajadores trataban de ocultar sus miserias asalariadas lo más dignamente posible. Pero el siglo XXI nos presenta otra visión radicalmente diferente: ahora es desgraciado el que no trabaja; el trabajo, antaño modo de ganarse la vida, se ha convertido en un lugar social-un puesto-, en un descubrimiento más que en un handicap de la condición humana, en palabras del autor, en un "modo de entender el sentido de la propia vida" (p. 9), en un modo de vivir. El cambio ha sido rápido y profundo, tanto que ni siquiera nos habíamos podido parar a calibrar las consecuencias de la profundización y desmigamiento de su esencia. Hasta ahora. El profesor Martínez Echevarría ha pensado para nosotros, hombres con prisas, mucho y bien. En poco más de 180 páginas se puede contemplar cómo el sudor de la frente se ha convertido en corbata de lunares. El texto se ha cuarteado en cuatro capítulos. En el primero, dedicado al mundo antiguo, el autor nos presenta con la maestría que le es propia, la dicotomía entre el mundo de la esclavitudmano de obra encarnada-y el de los señores, contemplativos en el mejor de los casos; simples inactivos, en el peor. Sin embargo, a diferencia de otros tratamientos, el autor va más allá del simple análisis filosófico, adentrándose en el análisis, olvidado por los filósofos, de una actividad que se