Juan Rulfo y las presencias de la imagen (original) (raw)
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Juan Rulfo y las presencias de la imagen (Revista La Pupila - Uruguay)
2016
Las imágenes captadas por Rulfo condensan el tiempo. En las fotos en blanco y negro uno puede asomarse a instantáneas de un caleidoscopio cuyos colores se han esfumado tiempo atrás. El archivo que cuenta con seis mil negativos de sus fotografías, los cuentos de El llano en llamas y su ineludible e inolvidable novela Pedro Páramo son testimonios de su intento silencioso por captar los enigmas de México a través de la mirada y de la palabra. Las siluetas de ríos, calles, caminos, rostros, pueblos, iglesias, cementerios, ruinas, vías de trenes, ciudades, casas, cuerpos en movimiento y en tensión, son los puntos de fuga de un relevamiento profundo de sombras olvidadas. En las sombras de los espacios y de los cuerpos la ausencia adquiere otra densidad y el paisaje deja de ser un fondo o un escenario para transformarse en protagonista decisivo. Porque, como señala Waldemar Verdugo Fuentes, “sus personajes están fundidos a la geografía como se funden las ciudades en la niebla”.
El mexicano Juan Rulfo figura, a pesar de la brevedad de su obra, entre los grandes renovadores de la narrativa hispanoamericana del siglo XX. De formación autodidacta, trabajó como guionista para el cine y la televisión. Con sólo dos obras de ficción publicadas -el libro de relatos El llano en llamas y la novela Pedro Páramo-, ha ejercido una decisiva influencia en la literatura en castellano del último medio siglo. En 1983 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Pedro Páramo se publicó en 1955, dos años después de los relatos de El llano en llamas. En el arranque de la novela, Juan Preciado promete a su madre en el lecho de muerte ir en busca de su padre, Pedro Páramo, un pequeño cacique pueblerino a quien no conoce. «El olvido en que nos tuvo cóbraselo caro» le dice ella, y Juan parte hacia Comala, un pueblo mítico que es el verdadero protagonista de estas páginas. Allí, envuelto en una tierra vieja que está sobre las brasas de la tierra, «en la mera boca del infierno», se encontrará con las voces de la memoria de personajes de ensueño, que irán tejiendo una historia de deseos y pasado, de muertos y visiones irreales, que abarca desde mediados del XIX a las revueltas cristeras de comienzos del XX. Anclada en terreno firme, la novela se dispara en múltiples direcciones rompiendo el tiempo, confundiendo realidad y alucinación, fundiendo violencia y lirismo con sus conversaciones entrecortadas. Entre espectros, la desolación de Comala hace realidad ese «valle de lágrimas» que compone la geografía universal del dolor, llena de ecos, violencia y aire envenenado. En su laconismo, Pedro Páramo supone un impresionante ejemplo de condensación narrativa. Rulfo vio la necesidad de que el autor desapareciera y dejara hablar a sus personajes libremente, mediante una estructura «construida de silencios, de hilos colgantes, de escenas cortadas», cediendo el turno al lector para que llene esos vacíos. Afín al realismo mágico, el ambiente de esta historia se tiñe de soledad, fatalismo y mitología.
Un acercamiento a la narración fotográfica de Juan Rulfo
El artículo trata de describir las diferentes facetas de la obra fotográfica de Juan Rulfo: su aspecto técnico, su lugar en el contexto de la fotografía mexicana y su aportación antropológica. El análisis se concentrará ante todo en la fotografía antropológica y arquitectónica para mostrar la visión de decadencia que predomina en la producción artística de Rulfo. Se tratará también el tema de la narración fotográfica, las fotografías sin foco como un punto de connotación entre el arte visual y la literatura, así como la presencia y el simbolismo de la fotografía como soporte físico y artefacto. Palabras clave: fotografía mexicana, antropología, Juan Rulfo, estudios interdisciplinares.
Trayectos urbanos de Juan Rulfo
Horizontal.mx, 2016
La publicación de En los ferrocarriles: Juan Rulfo/Fotografías añade nuevas perspectivas a una obra literaria que se contamina con los lenguajes de la urbe.
La poética de la imagen fotográfica en Juan Rulfo como recogimiento visual
Depresión visual Percepciones artístico-filosóficas acerca de la sobreestimulación visual actual, 2024
Volver a la fotografía misma requiere del mundo visible en su luminosidad. En el caso de la producción artística de Rulfo, se trata de una misma experiencia abierta al mundo mediante dos formas de escritura, a saber, la de la voz y la de la mirada, esta última como el elemento clave en su fotografía al tener en la luz un medio de generación de imágenes y un elemento plástico que parece emanar de las cosas y los cuerpos. El rasgo distintivo y vivencial de la obra fotográfica de Juan Rulfo consiste en ofrecer a la mirada una pauta para su recogimiento, lo cual propicia la contemplación cara a la pintura con la salvedad de que se vuelve un momento de reposo, a diferencia de la contemplación pictórica, donde la mirada se mantiene activa, pues la condición reproducible de la fotografía hace que su aprehensión sea por acostumbramiento, como bien lo observaba Walter Benjamin.
Juan Rulfo Creación y Sobreviviencia
Este texto describe el periplo de Juan Rulfo en su camino a la escritura de sus dos obras célebreas El Llano en llamas (1953) y Pedro Páramo, traducidas a más de 50 idiomas. Es un recorrido por el confinamiento del orfanato, el seminario en Jalisco y la llegada a la ciudad de México, donde inició formalmente su proyecto escritural que tuvo durante una década gestó y a lo largo de los siguientes diez años desarrolló con pausada constancia. En medio sobrevivió en la burocracia de la Sria. de Gobernación, la Goodrich Euzkadi; desarrolló una silenciosa carrera como fotógrafo (dejó al morir, según información de la familia, seis mil negativos) que se conoció pocos años antes de la muerte del escritor (1986). Laboró cerca de un cuarto de siglo en el desaparecido Instituto Nacional Indigenista como corrector, editor y Director de Publicaciones. Luego de la publicación siguieron treinta años de silencio creativo, largo adios que concluyó con su muerte, de hombre común, la tarde del 7 de enero de 1986, sin compañía, en el último aliento, al sur de la ciudad de México en su departamento, cuyo edifició ya había oscurecido el invierno.
Juan Rulfo: un extranjero en su propio tiempo
Ansenuza, 2020
Allá hallarás mi querencia. El lugar que yo quise. Donde los sueños me enflaquecieron. Mi pueblo, levantado sobre la llanura. Lleno de árboles y de hojas, como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos.