Centro Histórico de Lima Research Papers (original) (raw)

domingo 3 de mayo del 2020 d o m i n i c a l De las ferias coloniales al Mercado Central contemporáneo. T odo el entusiasmo de la "palta emo-cionada'", personaje carismático de los mercados itinerantes que hizo furor en redes sociales, se... more

domingo 3 de mayo del 2020 d o m i n i c a l De las ferias coloniales al Mercado Central contemporáneo. T odo el entusiasmo de la "palta emo-cionada'", personaje carismático de los mercados itinerantes que hizo furor en redes sociales, se vio menoscabado con el anuncio del presidente Martín Vizcarra el miércoles pasa-do: uno de cada cinco comerciantes del Merca-do de Caquetá dio positivo al temido COVID-19. Se confirmaba algo que, a estas alturas, ya era más que evidente: los mercados eran peligrosos focos de contagio de un virus que se alimenta de aglomeraciones y tumultos. Y justamente eso han sido los mercados desde sus inicios en tiempos antiguos, cuando las personas se con-gregaron en un espacio físico para intercambiar productos. Identificados con el tiempo por cultura barrial, como espacios de interacción no solo comercial sino también social-y, en muchos casos, como lugares de desorden y poca higie-ne-, nos preguntamos si estamos preparados para cambiar la colonial costumbre de "hacer la plaza". ¿Dejaremos de tocar la palta u oler el mango para saber si están maduros? ¿O de regatear y pedir la "yapa, casera" y la ramita de perejil? Una mirada a los mercados en el tiempo, historia La dinámica de los mercados se mantiene desde su origen. En tiempos de pandemia y ahora que sabemos que son focos de infección, ¿cambiaremos la tradicional costumbre de "hacer la plaza"? MErCaDos: panDEMia y posibiLiDaD diana gonzales obando mientras en la televisión siguen apareciendo imágenes de largas colas y tumultos en busca del alimento de todos los días.-El pasado para entender el presente-Vayamos a los orígenes. La expresión "hacer la plaza" como sinónimo de ir a hacer las compras al mercado viene de la Colonia. En aquella épo-ca, el concepto de mercado, como lo conocemos hoy no existía. Se llamaban "ramadas" o "plazas de abasto". Lima era muy pequeña, rodeada de chacras y tierras fértiles, y los vendedores se en-contraban, precisamente, en las plazas-como la Plaza Bolívar, de la Inquisición o la actual Pla-za Francia-, y principalmente en nuestra em-blemática Plaza de Armas de Lima. "Era típico de los domingos tener una gran feria en la Plaza de Armas donde se hacía el mercado, al igual que en los atrios de las iglesias", nos refiere el historiador y docente de la Universidad Privada del Norte Antonio Coello, quien ha estudiado el pasado de los mercados de Lima. Además del comercio, se generaba un encuen-tro social entre los limeños: iban a comprar, pero también a pasar el día, con sus vicios y ple-garias. Sin un orden trazado previamente, era sociedad